Vézelay ha sido calificado como uno de los pueblos más bonitos de Francia y no es ninguna exageración. Situado en lo alto de una colina, en medio de un bellísimo paisaje y con un maravilloso conjunto arquitectónico medieval, Vezelay es una auténtica joya en el corazón de la región de Borgoña.

Vézelay, arte y religión

El esplendor de Vézelay está ligado, estrechamente, a un acontecimiento muy particular: la llegada de las reliquias de María Magdalena. Este hecho convirtió esta pequeña localidad en un importante centro de peregrinaje durante toda la Edad Media.

Vezelay

Así, a finales del siglo IX, se levantó una abadía que durante siglos fue punto de encuentro de devotos llegados de tierras a veces muy lejanas. Tal era la devoción que el edificio tuvo que ser ampliado y reformado.

La basílica de Santa María Magdalena es un magnífico y bellísimo ejemplo de arte románico. En su exterior destacan el impresionante pórtico y los capiteles. En el interior son las columnas que sostienen los techos abovedados las que deben captar la atención, ya que están magníficamente decoradas en su parte superior.

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Vézelay tuvo una gran importancia en el aspecto religioso, no solo por las reliquias. San Bernardo reunió aquí a los ejércitos que iniciarían la Segunda Cruzada, el mismo lugar en el que años más tarde se reunirían Ricardo Corazón de León y el rey Felipe Augusto para iniciar la Tercera Cruzada.

Pero, la duda sobre la autenticidad de las reliquias, las guerras religiosas y los acontecimientos revolucionarios marcaron la decadencia de Vézelay. La basílica cayó en el olvido y el abandono, hasta que en el siglo XIX Eugène Viollet-le-Duc la restauró y devolvió todo su esplendor.

Vezelay-abadia

Pero, Vézelay es mucho más que la basílica. Es el paso de una de las rutas del Camino de Santiago. Aquí se pueden contemplar los restos de la antigua iglesia de Saint-Étienne, un templo levantado en el siglo XII, que llegó a ser utilizado como mercado de grano.

A épocas de esplendor pasadas también nos lleva la Cordelle, una hermosa capilla construida en el año 1146 tras la proclamación de la Segunda Cruzada.

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Y, por supuesto, hay que pasear por las callejuelas medievales de Vézelay, contemplar sus casas, sus pavimentos empedrados y dejarse trasportar en el tiempo. No en vano, tanto el pueblo como su basílica fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

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Imágenes: Holly HayesGérard CORRETSean MalloyGillesAurelien Guichard