Las maravillas arquitectónicas, los paisajes culturales, y la gastronomía internacional hacen de Europa central un lugar digno de visitar. El problema no es saber si se visita o se pasa de él, el problema es saber cuáles son las mejores ciudades para conocer este ambiente cultural cargado de arte, arquitectura, literatura, música y gastronomía. ¡Acompáñanos! Te contáremos todo lo que debes saber para recorrer esta espectacular zona del mundo… No te arrepentirás. 😉
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Las mejores ciudades de Europa central
Cabe mencionar, antes de comenzar, que no debes preocuparte por el transporte de un sitio a otro, en realidad lo tendrás resuelto en el amplio abanico de opciones. Por ejemplo, si partes en tren de Budapest a Praga encontrarás grandes beneficios como la rapidez y economía.
1. Praga
Nombrado como el rincón mágico de Europa, pese a que en la historia ha sido constantemente bombardeado por sucesos trágicos; Praga se encuentra entre las mejores 8 ciudades de Europa central. Esta ciudad se muestra espléndida y vigorosa cuando se pasea por sus calles. Los edificios medievales, renacentistas y barrosos te dejarán sin aliento al ver la capacidad de ingenio de los antiguos maestros.
¿Por dónde comenzar? Quizá por el castillo, que domina la ciudad y ofrece una vista impresionante de los tejados, las torres y el río. Antes o después de presenciar el cambio de guardia conviene visitar la galería del castillo donde Rubens y Tiziano te abrazarán con sus obras. Luego puedes moverte a la sinagoga Española, la espectacular decoración morisca te dejará atónito. ¡Miles de planes te esperan para disfrutar!
2. Zúrich
Sería razón suficiente para visitarla el hecho de que Zúrich tenga una de las mejores calidades de vida en el mundo. Una ciudad repleta de encantos donde los cafés clásicos como el Sprüngli te darán una tarde inolvidable, o el casco antiguo te trasladará a los comienzos de la ciudad con los romanos en el siglo I.
3. Budapest
La capital de Hungría resplandece en toda Europa central por su renovación patrimonial y su gran oferta cultural. Lo mejor para descubrir la ciudad es utilizar los tradicionales tranvías amarillos que conecta los dos barrios que dan nombre a la ciudad: Buda y Pest. En esta hermosa ciudad no te puedes perder el gran mercado, donde encontrarás las grandes delicadezas de la gastronomía húngara, así como tampoco la mezcla de nostalgia e impresión que te dejará el mayor monumento del siglo XIX frente al río Danubio.
Además, puedes coger un tren desde Budapest a Viena, nuestro próximo destino.
4. Viena
Desde la época medieval hasta la Primera Guerra Mundial esta ciudad se vio inmaculada, impoluta, como si los años jamás le pasaran… La Ringstrasse es un bulevar que sí o sí debes conocer, en sus casi 5,3 kilómetros se alzan los edificios insignia del esplendor vienés como la Ópera, el Parlamento, el Ayuntamiento y la Universidad.
Como recomendación especial, te sugerimos que visites los palacios aledaños a la ciudad como los de Belvedere. ¿Por qué? Debes saber que contienen increíbles museos de arte medieval, barroco y la galería nacional, dedicada a pintores austriacos de los siglos XIX y XX. ¿Una recomendación?
5. Berlín
Un viaje a Berlín significa un recorrido por la historia del mundo. El tiempo aquí se vuelve espacio desde el Muro hasta la Isla de los Museos. Todo en esta ciudad es hecho histórico; se deben recoger los pasos con cuidado y mucha reflexión. ¿Qué visitar? Date un recorrido por el Tiergarten, pasando por el Parlamento, seguido de Postdarmer Platz y Pariser Platz, finalizando en Alexanderplatz. Te encantará.
6. Hamburgo
Hamburgo es un laboratorio de arquitectura y vanguardia. Su ícono contemporáneo: Elbphilharmonie, un edificio que dibuja una ola en su tejado con grandes salas de música, apartamentos, hoteles y grandes terrazas para el deleite de aquel que la visita.
No debes sorprendente si encuentras en la ciudad una mixtura de elementos; su potencial cultural se ve reflejado en que Hamburgo fue musa e inspiración para artistas como Bach, Mendelssohn, Mahler y Teleman. Si hablamos de arquitectura son parada obligada el ayuntamiento, las iglesias de St. Petri y St. Jakobi. Esta rica ciudad está cundida de refinamiento y tiendas magníficas, no te la pierdas.
7. Cracovia
Cuenta la leyenda que el príncipe Krakus, tras derrotar al dragón Smok que tenía aterrada a la población, fundó Cracovia y esta tomó el nombre de su salvador. Dada su situación privilegiada al sur de Polonia, entre las tierras altas del Jura y la cordillera de los Tatra, la ciudad fue siempre una tentación para muchos y acabó siendo víctima de constantes cambios fronterizos. Pero hoy no hay rastro de ello.
Cracovia floreció y lo hizo de una manera sorprendente e impactante. La calle Florianska es el lugar ideal para dar un pase tranquilo y pausado; donde podrás ver algunos de los mejores palacetes burgueses que, actualmente albergan galerías de arte y museos. El estilo Art nouveau está materializado por toda la ciudad y su arquitectura te transportará al pasado Medieval.
8. Split
Diocleciano dejó su imponente huella en esta ciudad de la costa croata. El emperador romano fue enterrado aquí en el año 313 y los edificios y murallas que él alzó sirvieron a generaciones posteriores para edificar su propia ciudad. En las imponentes murallas de Split se aprecian ventanas venecianas y bizantinas y no es extraño pernoctar en una habitación de hotel que tenga columnas romanas en su interior. Imprescindible la visita al pintoresco mercado y tomar pescadito frito con vino blanco en alguna konoba, las típicas tabernas de la costa dálmata. Una escapada que no te querrás perder.
Cuéntanos, ¿cuál ha sido tu favorita? Europa central llega para quedarse en tu corazón. ¡Te leemos!