La cocina gallega sabe a tradición y a hogar. Sus exquisitos platos, a base de productos de la tierra, están hechos a la antigua, con fuego lento, dedicación y mucho amor por los ingredientes. Carnes, pescados, embutidos, especias… Galicia es una fuente inagotable de materias primas, que convierten a cada uno de sus platos en una explosión de sabor.

La oferta culinaria de Galicia es muy extensa y cada provincia tiene sus propias exquisiteces, pero hay algunas elaboraciones soberanas. Son los platos típicos e imprescindibles, esos que no puedes perderte cuando pises por primera vez tierras gallegas.

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Empanada de liscos y chorizo

La empanada gallega es uno de los platos más reconocidos y exportados. Las hay con muchos rellenos, pero una de las más apreciadas es la de liscos (o «iscos») con chorizo. La masa es la de siempre, pero el relleno incluye liscos en tiras. Lisco es el término que se utiliza en Lugo para referirse a la panceta.

El otro ingrediente estrella es el chorizo. En Galicia se elaboran embutidos excelentes; en Ourense, por ejemplo, se produce un chorizo cular espectacular a base de magro, panceta y especias, pero para la empanada es mejor un chorizo fresco. Lo importante es que sea sabroso y jugoso, porque va a tener que pasar por la sartén.

Pulpo á feira con cachelos

El pulpo gallego no puede faltar en cualquier menú degustación. Es un plato a base de pulpo cocido cortado en rodajas y patatas hervidas, que se sirve en un plato de madera aderezado con aceite, pimentón y una pizca de sal gruesa. Si decides elaborarlo en casa, es imprescindible seguir las recomendaciones sobre la cocción para que no quede duro. Habrá de “asustarlo” 3 veces y dejarlo en cocción durante unos 25 ó 30 minutos, en función del tamaño.

Caldo gallego

Este tradicional plato de la cocina de invierno puede realizarse de diversas formas y cada cocinero le suele dar un toque personal. Pero sí hay unos ingredientes imprescindibles, que son carne de ternera o cerdo, un trozo de chorizo gallego ahumado, un poco de unto gallego (grasa blanca del cerdo), cachelos, alubias blancas o habas y verduras de temporada, generalmente grelos, nabizas (brotes de nabo) y berza rizada o repollo blanco. A partir de ahí, la receta se puede “tunear” añadiendo o quitando elementos. Lo importante es hacer una cocción larga y dejarlo reposar, porque sabe más bueno de un día para otro.

Lacón con grelos

Este famoso plato de la gastronomía gallega se consume preferentemente en carnavales, que es cuando los grelos están en su mejor momento. Elaborarlo lleva su tiempo, pero vale la pena intentarlo porque el resultado es impresionante. Primero, hay que poner a remojo el lacón un par de días para que pierda la sal. Una vez desalado, se cuece y se aprovecha la misma agua para hervir unos chorizos gallegos y unas patatas troceadas. Por último, se añaden los grelos y se dejan cocer 10 minutos junto al resto de ingredientes.

A la hora de servir, se trocea el lacón y se monta el plato con las patatas, el chorizo y los grelos. Solo faltará regar con un poco de aceite de oliva y añadir pimentón. Un truco interesante: para evitar que los grelos amarguen, conviene escaldarlos 15 segundos en agua hirviendo antes de incorporarlos al caldo de cocción.