Cada vez más jóvenes deciden estudiar y trabajar en el extranjero en busca de nuevas oportunidades. Al mismo tiempo, como contracara de tanta ilusión, proliferan las agencias que engañan o directamente estafan a los estudiantes.

«Los agentes de educación están desempeñando un papel cada vez más importante en el sector de estudiantes internacionales», afirmó el ministro de Educación de Australia, Dan Tehan, cuando a fines de 2019 presentó nuevas medidas para transparentar las operaciones de este sector.

La situación en Australia es paradigmática. Según los últimos datos publicados por su
Ministerio de Educación, en 2018 hubo 693.750 estudiantes internacionales que pagaron la tarifa completa y aportaron 35.200 millones de dólares a la economía australiana. El 75 % de los estudiantes internacionales utilizaron un agente educativo para facilitar su estudio.

Pero la situación está lejos de ser idílica. Según otro reporte del Gobierno australiano, «los estudiantes extranjeros dependen en gran medida de la asistencia de los agentes educativos al tomar decisiones». Esta dependencia hace que los estudiantes extranjeros sean vulnerables a ser mal informados, engañados y, en las peores circunstancias, a la explotación por parte de sus proveedores, agentes educativos y otros, como los empleadores.

Cómo detectar una señal de fraude

Joven preocupado hablando por teléfono

Según el Gobierno de Canadá, detectar una compañía fraudulenta no siempre es fácil. Sin embargo, ofrecen algunas señales a tener en cuenta:

  • Alguien le pide dinero para acceder o completar un proceso de solicitud.
  • Alguien le pide que envíe documentos, información personal o pagos a través de las redes sociales.
  • Se le garantiza la entrada a Canadá, una cantidad significativa de dinero, un trabajo bien remunerado o el procesamiento más rápido de una solicitud.
  • Hay una sensación de urgencia y presión para actuar de inmediato sin recibir mucha información.
  • El sitio web o el correo electrónico parecen legítimos, pero hay errores de ortografía y gramática en el texto.

Si estás pensando en estudiar y trabajar en el extranjero nuestra recomendación es que lo hagas con GrowPro Experience. Se trata de la plataforma número uno de experiencias educativas internacionales, tiene miles de estudiantes y las opiniones de GrowPro de sus clientes son excelentes. Además no tienen coste adicional para el estudiante.

Qué tener en cuenta a la hora de elegir una agencia

Joven estudiante manos hacia arriba

Por su parte, el Gobierno de Australia ofrece consejos básicos a la hora de elegir un agente educativo, que pueden aplicarse a cualquier otro país del mundo:

  • Hable con más de un agente: ​Las instituciones educativas generalmente tienen más de un agente educativo designado por país, así que hable con algunos agentes y luego compare la información que le brindan.
  • Seleccione un agente experimentado: ​Elija un agente educativo con experiencia. Es probable que tengan un mejor conocimiento del sistema educativo, visas y la vida en ese país.
  • Verifique las credenciales del agente: ​Asegúrese de que el agente esté autorizado para representar a la institución que le interesa. Puede solicitar ver su carta de nombramiento de las instituciones.
  • Pregunte acerca de los costos: ​Descubra qué honorarios debe pagar por usar los servicios del agente.

¿Cómo detectar empresas confiables?

Hay muchas agencias de calidad y cuyo respaldo se puede ver a simple vista. Por ejemplo, GrowPro para Australia, Canadá o Nueva Zelanda; o Motivist Japan para estudiar en Japón.

¿Pero cómo detectar empresas confiables? Una señal es la presencia en varios países. Además, si tienen un mayor rango horario de atención al estudiante, son empresas con más estabilidad.

También hay que prestar atención a los distintos departamentos de la empresa. Si la misma persona que vende el curso, es quien aplica el visado y tramita todo, es evidente que se trata de una agencia sin departamentos diferenciados, por lo que no cuenta con grandes recursos de organización.

Otro factor significativo es que la agencia tenga sedes en los países donde ofrece cursos, ya que los gobiernos suelen tener políticas de control para ayudar a los estudiantes internacionales en caso de alguna irregularidad. Y si, además, se localiza en distintas ciudades, es una señal de que es una empresa con presencia en el país y que no tiene interés en vender un destino en concreto.

También hay que considerar si una agencia ofrece algo más que el curso. Por ejemplo, si realiza encuentros entre estudiantes, organiza iniciativas ecológicas o tiene servicios de recogida en el aeropuerto (Arrival Pack). Son servicios extras que ayudan mucho al estudiante a dar sus primeros pasos en un país nuevo y que muestran que la empresa tiene un compromiso legítimo con sus estudiantes.

Por último, pero no menos importante, hay que huir de los descuentos inverosímiles. Es un principio que aplica para cualquier tipo de estafa, y los agentes educativos no son la excepción. Cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía.