Las Vegas siempre fue intrigante y atrajo la atención de los curiosos desde que se convirtió en un centro de juego de escala sin precedentes tras la Segunda Guerra Mundial. El modo de vida, que antes sólo era posible para los muy ricos, ahora también estaba al alcance de los no tan ricos.

Pero la experiencia más importante de Las Vegas ha sido el sabor de lo «prohibido». Pero esto no es todo. Sobre todo, es el deseo de probar suerte lo que ahora atrae a los clientes a los casinos y casas de apuestas online, como 1xbet españa, y muchos otros.

Un oasis de entretenimiento en medio del desierto

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Las Vegas es lo equivalente a Disney World, pero para adultos. La verdad es que Las Vegas se creó realmente con ese concepto en mente. Todo empezó a principios del siglo XX, con mafiosos y hombres de negocios interesados en conseguir un lugar donde las leyes no fueran las mismas que en Nueva York, Los Ángeles o Chicago. El resultado fue ponerlo todo simplemente en el medio del desierto. En Nevada no había nada del otro mundo. Lo único destacable que había cerca era el Gran Cañón.

Cómo Las Vegas se convirtió en “Sin City”

El gángster Bugsy Siegel tuvo una idea escalofriante cuando decidió dejar atrás la ciudad de Nueva York y crear el mítico Casino Flamingo en Las Vegas. De hecho, Las Vegas se estaba convirtiendo en una sensación tan grande, que en 1954 había 8 millones de personas que acudían a los complejos turísticos. No todos querían jugar a la ruleta o al blackjack, ya que se sentían más atraídos por artistas como Dean Martin, Elvis Presley o Frank Sinatra, que actuaban ahí casi semanalmente.

Dado que ciertos casinos fueron creados por gángsters y que casi todo implicaba juego, bebida y diversión, pecar era una actividad bastante común.

Su evolución hacia un museo salvaje para adultos

Sin duda, los tiempos han cambiado y las cosas han mejorado en casi todos los aspectos. Los índices de delincuencia en Las Vegas han bajado y el juego se considera un extra de la ciudad, en vez de ser el único propósito para visitarla.

Ahora nos encontramos ante una nueva Las Vegas apto para toda la familia. Las Vegas ha sido capaz de convertirse en un museo abierto. En una sociedad mucho más sutil y correcta, Las Vegas ofrece restaurantes y eventos a la gente que quiere probar distintas experiencias que desafían la separación entre fantasía y realidad.

La ciudad construida en medio de un desierto como tierra de fantasía puede definir la evolución de los valores estadounidenses. Al mismo tiempo, cosas que antes sólo se podían encontrar solo en Las Vegas ahora son comunes en todos Estados Unidos: casi todas las ciudades tienen restaurantes y supermercados abiertos las 24 horas, el juego en los casinos de alguna forma está disponible en todos los estados.

Sin embargo, en Las Vegas sigue habiendo excesos. La gente no va allí a plantar árboles ni a hacer senderismo. Es un paraíso hedonista para cualquiera que quiera «pecar» de vez en cuando.

Conclusión: ¿Entonces qué efecto cultural tiene Las Vegas sobre los visitantes?

el primer casino de las vegas

¿Hay algo que aprender de Las Vegas, la ciudad considerada no un lugar «real», sino una ciudad del «pecado», no para vivir, sino para escapar, construida en medio de un desierto, contradiciendo todo el entorno natural? Antes representaba el reverso de la América puritana, un lugar al que la gente iba para dar rienda suelta a sus deseos «irracionales». Ahora Las Vegas sigue llevando consigo la imagen de ciudad del juego, aunque muchas cosas han cambiado y siguen cambiando.

Los visitantes vienen a Las Vegas a vivir las peculiaridades y la extraña perspectiva que ofrece el lugar. Se puede decir que Las Vegas ha cambiado la vida a mucha gente. Algunos se han casado, otros han ganado millones en juegos de casino, otros se han hecho famosos gracias a sus actuaciones, y otros, por desgracia, han perdido mucho más dinero del que podían permitirse.

Por tanto, Las Vegas es una ciudad que hace que a todo el mundo se le acelere la sangre. Está en medio del desierto para estimular a la gente a pensar que puede existir un microparaíso de excesos y lujúria.