Situada al norte de Italia, a orillas del mar Adriático, Trieste ha sido ciudad fronteriza, de paso y cruce de culturas. Una ciudad que ha pertenecido a Roma, a Bizancio, a Venecia, al Imperio Austrohúngaro y, finalmente, a Italia. Incluso fue territorio libre desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta 1954. En Trieste se mezclan a la perfección elementos de cada una de las civilizaciones que han dado forma a su historia. Se nota en su arquitectura, en las costumbres, la gastronomía y hasta en el acento ¿Quieres conocer algunos de sus rincones más hermosos?

1. La Plaza de la Unidad

Plaza-de-la-Unidad-TriesteMagnífica y emblemática plaza para recordar un gran acontecimiento. Un inmenso y elegante espacio de 12.000 metros cuadrados abierto por uno de sus lados al mar. Los otros tres están ocupados por bellísimos palacios y edificios construidos en su mayoría durante el siglo XIX: el Palacio Comunal, el Palacio Modello, el de Piteri, el del Gobierno, la Casa Stratti…

2. El Canal Grande

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No es como los de Venecia, pero también tiene su encanto. Se construyó en el siglo XVIII para que los barcos pudieran llegar hasta el centro de la ciudad y descargar la mercancía. Un canal que tiene un bellísimo final: la fachada neoclásica de la iglesia de San Antonio Nuovo. Si te apetece hacer una parada, aquí encontrarás multitud de terrazas y restaurantes, recuérdalo.

3. El castillo y la catedral de San Justo

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Subiendo por una empinada colina de callejuelas empedradas llegamos al castillo de San Justo. Cuando hayas recuperado el resuello, admira las vistas que se ofrecen desde él, son fantásticas. Muy cerca se encuentra la catedral, un edificio que se empezó a construir en el siglo XIV y que destaca por sus mosaicos y el magnífico rosetón de la fachada. Si quieres admirar otro templo magnífico, también por sus mosaicos, acércate a la iglesia ortodoxa de San Nicolás.

4. Teatro romano

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Más de dos mil años después de su construcción los restos de este teatro aún permiten imaginar cómo fue en su época de esplendor, cuando aquí se daban cita seis mil espectadores. Oculto durante siglos, unas excavaciones permitieron hace apenas cien años sacar a la luz esta joya arquitectónica de la época romana.

5. El castillo de Miramar

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Y asomando al mar desde una colina nos encontramos este maravilloso castillo. Un edificio aristocrático y fastuoso, muy del gusto de mediados del XIX, regalo del  archiduque Maximiliano de Habsburgo a su esposa. Hermoso por fuera y también por dentro, con sus elegantes salones y estancias magníficamente decoradas. No dejes de pasear por sus jardines, son sencillamente exquisitos.

6. Los cafés

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No puedes abandonar Trieste sin haber hecho una pequeña ruta por los cafés de una ciudad que siente verdadera pasión por esta bebida. Los cafés, además, han sido y siguen siendo lugar de encuentro, de reunión, de inspiración y de intercambio literario. En algunos aún queda el recuerdo de la presencia de artistas y literatos de la talla de James Joyce o Italo Svevo.

Trieste es una fantástica caja de sorpresas, un destino más que aconsejable para una escapada ¿No crees?

Imágenes: Elescir, ho visto nina volare , antonio, Fabio Omero, Giorgio Montersino.