Diego Maradona es uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol. Su fantasía con el balón en los pies siempre destacó por encima de los escándalos que salpicaron su vida privada. Algo que también contribuyó a aumentar su inabarcable leyenda.

En este artículo te proponemos una visita por las ciudades y estadios que marcaron la carrera futbolística del mítico 10 argentino, en un tiempo en el que no había tantos medios, tantas apuestas deportivas. Un tiempo en el que era más importante prestar atención al juego que a un comparador de cuotas, cuando el fútbol era fútbol.

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Las ciudades y los estadios que marcaron la carrera de Maradona

 

Las ciudades y los estadios que marcaron la carrera de Maradona

1. Buenos Aires

Maradona nació en Villa Fiorito un barrio pobre situado en Lanús, al sur del Gran Buenos Aires. Es allí donde comenzó a jugar. Fiorito sigue siendo pobre, pero aún se puede visitar la casa en la que vivió el Pelusa, en cuya fachada puede leerse la siguiente pintada: «La Casa de D10s».

Debutó y sorprendió al mundo en Argentinos Juniors. El estadio, situado en el barrio bonaerense de La Paternal, cambió su nombre al de estadio Diego Armando Maradona. Poco después, se fue un poco más al este de la capital, a la Bombonera, para lucir los colores azul y amarillo de Boca Juniors antes de dar el salto a Europa. Fue en Boca donde, tras volver del Viejo Continente, bajo de forma y semi-retirado, colgó las botas de manera definitiva en 1998.

2. Barcelona y el Camp Nou

El salto de Maradona al fútbol europeo se produjo en el Fútbol Club Barcelona. En el equipo blaugrana estuvo dos temporadas. A pesar de su importancia en la historia del fútbol, el Barça no acostumbra a sacar pecho del paso del Pelusa por el Camp Nou. Más allá de Maradona, Barcelona merece una visita por su belleza y sus edificios emblemáticos como la Sagrada Familia, la Sagrera, la Casa Batlló.

3. Nápoles y el estadio de San Paolo

San Paolo, el estadio del Nápoles es el que le dio la mayor gloria a Diego Maradona. El 10, al igual que pasa con él en Argentina, es considerado un dios en la ciudad italiana por todo lo que hizo en el terreno de juego.

Fue en Nápoles donde convirtió un buen equipo en un conjunto ganador gracias a su inagotable muestrario técnico, sus gambetas, sus pases determinantes, sus goles y su magia. En 1987 llevó al Nápoles a conquistar su primer título de Liga, algo que coronó con la consecución del título de Copa, un doblete histórico. Luego vendrían más títulos: otro Scudetto, otra Copa y una Copa de la UEFA, algo a lo que el club italiano jamás habría podido aspirar sin la presencia del Pelusa. En 2020, después de la muerte del argentino, el Nápoles cambió el nombre del estadio San Paolo por el de Diego Armando Maradona.

Repartidos por toda la ciudad, aún hoy, treinta años después de la salida del argentino del club napolitano, puedes encontrar numerosos murales y altares, como el del bar Nilo o el del Quartieri Spagnoli, dedicados a la memoria de Maradona.

4. Ciudad de México y el estadio Azteca

La de Maradona en 1986 es, hasta la fecha, la mejor actuación de un jugador de fútbol en un Mundial. El Diego, del mismo modo que hizo con el Nápoles, fue capaz de conducir a la selección albiceleste a conseguir su segundo título Mundial. Un éxito que antes de comenzar la cita mundialista, parecía bastante lejano. Sin embargo, Maradona fue destrozando rivales uno tras otro hasta que pudo levantar la Copa del Mundo.

El estadio Azteca de Ciudad de México fue el escenario en el que el argentino pintó una obra universal. Allí, frente a cerca de 90.000 espectadores se apuntó un doblete que permitió superar por 2-1 a Inglaterra. Y lo hizo anotando el mejor gol de la historia de los mundiales, un zigzag imposible en el que dejó atrás, uno tras otro, a todos los ingleses que salieron a su paso, y otro gol que ha quedado para la historia, la ya mítica Mano de Dios.