Nuevas posibilidades turísticas salen a la luz año tras años. El 2018 es el año de las islas Santo Tomé y Príncipe, dos puntos minúsculos en el mapa cerca de la línea ecuatorial pertenecientes al continente de África. A pesar de que aún no sean muy conocidas, están empezando a destacar como territorios vírgenes para turistas que buscan aventura o relajación en grandes cantidades.
La República Democrática de Santo Tomé y Príncipe es un país africano compuesto por varias islas situadas en el golfo de Guinea, cerca de la línea ecuatorial. Las islas principales son Santo Tomé y Príncipe. Para los que suelen fallar en geografía, en esta ocasión no deben preocuparse porque casi nadie acierta la localización de estas islas. Están situadas en el puesto número cinco de nacionalidades difíciles de colocar en un mapa. El tamaño de tales islas es bastante pequeño, lo cual lo hace más difícil de encontrarlas. Aparte de las islas Seychelles, Santo Tomé y Príncipe son los países más pequeños del continente africano.
Las islas de Santo Tomé y de Príncipe son una antigua colonia portuguesa no muy conocidas turísticamente, de modo que se trata de un territorio virgen donde no hay acumulación de turistas, es decir, el sueño de cualquier que busca relajación, aislamiento y playas de ensueño. Aunque aún no se haya popularizado en el sector turístico, estas islas tienen todos los componentes para convertirse en el destino ideal para aquellos que buscan aventura en estado puro, así como para quienes prefieren disfrutar de una tranquilidad que difícilmente encontrarán en otro sitio.
Y lo cierto es que los motivos para visitar estas islas son diversos y variados; todo son ventajas. Santo Tomé y Príncipe son dos islas con una tasa baja de criminalidad, por lo que la seguridad está asegurada, su gastronomía es rica y sana como sus enormes centollos y otros mariscos, además se pueden encontrar alojamientos de lujo, pero también humildes hostales económicos.
Una de las visitas obligatorias son las antiguas plantaciones de cacao, una experiencia que no deja indiferente a nadie. Pero si eres más de toalla en mano, libro y relax, puedes relajarte en playas paradisíacas de gran belleza natural con agua cristalina, arena blanca y cocoteros. Se pueden encontrar arrecifes, por lo que recomendamos que lleves gafas y tubo de bucear. Las playas suelen estar totalmente desiertas, pues a sus habitantes no les aficiona pasar largas horas en la arena, y el turismo es muy escaso. El lugar perfecto para desconectar y disfrutar de una auténtica paz en el paraíso.