¿Te apetece descubrir un lugar de cuento? ¿Visitar un pueblo increíble del que te enamorarás si lo conoces? ¿Quieres vivir una gran experiencia en tus vacaciones? No todo el mundo tiene la oportunidad de vivir en un pueblo flotante, como la tienen los habitantes de Siltsville. ¿Quieres conocerla?

Vive cerca del agua

Cerca de la costa de Florida, en la zona de Miami, puedes ver casas que flotan sobre el agua cristalina de color turquesa. Según la historia, el aspecto de este particular lugar se debe a una prohibición establecida en los años 30 en el siglo XX, en la que se establecia que los juegos de azar estaban prohibidos hasta una distancia de una milla mar adentro desde la costa. Y hecha la ley… ¡hecha la trampa!

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Este sería el principio de Stiltsville, una villa de casas sobre palafitos de una zona de bancos de arena en la frontera de la bahía Biscayne, cercana al centro de Miami. La primera edificación fue la de Crawfich Eddie, un bar y club de pesca situado sobre los pilotes y que permitía los juegos de azar.

Al poco tiempo, la edificación de cabañas se hizo más común y por eso también se construyeron clubes con membresías exclusivas, que celebraban fiestas en las que participaba la alta sociedad de Miami. Algunos de estos clubes tenían restaurantes, bares, salones y eran la excusa perfecta para huir de la ciudad y atenerse a sus propias leyes, llegando a convertirse en un auténtico atractivo turístico.

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En la etapa de esplendor de Stiltsville se llegaron a construir 27 edificaciones. En la propuesta para la villa se incluían clubes que vendían bebidas alcohólicas y que no siempre estaban regulados. Uno de los más conocidos, el Bikini Club, funcionaba con ofertas similares a “Bebidas gratis para mujeres que vistan bikinis”, o terrazas nudistas para tomar el sol.

La leyenda urbana cuenta que el poblado tenía la intención de convertirse en una mini nación con leyes propias fuera de las aguas del territorio de Estados Unidos.

¿Y tú? ¿Vivirías en este poblado? ¿Lo conocías? Si te ha resultado interesante, también puedes leer «Paraty, el pueblo que se inunda a propósito».

Imágenes: Ines Hegedus-GarciaRon Wieckipwbaker.