¿Quieres saber qué sitio se ha puesto de moda para pasar unos días en Argentina? ¿En un país tan grande y con tanta historia a sus espaldas que podrías pasarte la vida entera descubriéndolo? En Argentina hay desde playas de ensueño como la de las Grutas, a localidades termales como Río Hondo, pasando por inmensas cataratas como las de Colón, ciudades tan monumentales como Buenos Aires y otros miles de lugares más. Pero hay un sitio que en los últimos años está adquiriendo fama entre los argentinos y es el Espejo de Agua. ¿Nos acompañas a descubrirlo?
Espejo de Agua, un tesoro argentino
Este extraordinario espejo de agua, conocido también como Dique Cabra Corral, está rodeado de preciosas montañas y bosques.
Aunque no lo parezca, se trata de un gigantesco embalse que ocupa una superficie de 13.160 hectáreas en forma de Y. Se creó entre 1966 – 1972 para aliviar las crecidas en la confluencia de los ríos Guachipas y Arias: puede contener hasta 2.880 hm³, convirtiéndose así en el tercer embalse más grande del país.
El idílico enclave que se eligió para la construcción de este grandioso dique ha conseguido que no solo abastezca de agua y electricidad al noroeste de argentino, sino que se convierta en todo un centro vacacional del país.
Se sitúa a pocos kilómetros de la homónima capital de Salta, a la que se puede llegar en avión. Entorno al dique se han creado numerosos complejos hoteleros: camping, casas rurales y hoteles, como también restaurantes y cafés, así que una vez llegues a Cabra Corral… solo tienes que disfrutar.
Alrededor de este espejo de agua, como bien le han apodado, encontrarás un sin fin de propuestas para divertirte como la vela, el esquí náutico, paseos en moto acuática y otros deportes acuáticos incluida la pesca.
Para los más atrevidos, si te diriges a la zona donde se ubica la gigantesca Presa de Cabra Corral, que cuenta con 96 m. de altitud, desde una de sus columnas verás que se practica bungee – jumping. Ya sabes, salto al vacío, eso sí, con una cuerda elástica que te hará estallar de adrenalina solo con mirarlo. Y si con esto no tienes bastante, intenta la bajada en canoa o balsa por los ríos rápidos del Juramento.
Si no eres tanto de acción y prefieres algo más científico y cultural, puedes concentrarte más en el camino: subir a lomos de un caballo y disfrutar del paisaje poniendo mucha atención, porque no sólo los caballos han dejado su huella aquí, sino también los dinosaurios. Sí, has leído bien, en el camino que lleva al Río Juramento puedes observar huellas de estos gigantes prehistóricos. ¡Alucinante!
Y siguiendo esta misma línea. contrata una excursión en barco en el Club de Pescadores que te lleve a la costa sur del dique, unos 5 km de travesía para ver la espectacular Bahía Ablomé, un pequeño cerro cargado de historia y misterio.
En él habitaron los indígenas de la cultura Santamariana de los años 900 – 1000 a.C. que nos han dejado en este cerro su arte plasmado en la Formación Pirgua, un soporte rocoso del periodo cretácico que contiene cientos de Petroglifos y Pinturas Rupestres que representan el cosmos. Algunos en su interpretación ven incluso visitantes extraterrestres prehistóricos representados como dioses. Prueba tú también de averiguar el significado de estos misterios diseños, una experiencia que cautiva a todos.
Seguro que nunca imaginaste que un simple embalse pudiera dar tanto de sí. ¡Comparte este post con tus amigos y contadnos qué os parece!
Imágenes:Joaquín Lisandro Bravín, AHLN, Gustavo Guerra, Néstor Pugliese, hypiz, Sebastian del Val, Raul Mahr