Entre las herencias que el mar Mediterráneo nos ha dejado, no sólo tenemos los más espectaculares paisajes y ciudades costeras de ensueño, sino también una marcada influencia en la alimentación. Muestra de ello encontramos en la deliciosa Dieta Mediterránea, que ha venido ganando adeptos en todos los rincones del mundo. Se trata de un patrón alimenticio en el que se priorizan los ingredientes y alimentos propios de la agricultura local de los países con clima mediterráneo y colindantes con el mar, especialmente España e Italia. Con abundantes vegetales y excelentes fuentes de grasas saludables, como los piñones, este estilo de alimentación logra maravillas, no solo en la pérdida de peso sino también en el bienestar general del organismo.
La esencia de la Dieta Mediterránea combina una serie de elementos. En primera instancia, se basa en la reducción sostenible del consumo de carnes rojas e hidratos de carbono, con la intención de aumentar las preparaciones en base a vegetales, carnes blancas y grasas monoinsaturadas. El ejercicio físico también es una parte importante. Deben hacerse rutinas de ejercicios moderados de al menos unos treinta minutos por día, entre cuatro y cinco veces por semana. Entre los principales beneficios de mantener este estilo de alimentación en el largo plazo, se destaca el control de un peso saludable, la estabilización de la presión arterial y el atraso en el deterioro cognitivo que genera el envejecimiento. Acompáñanos a descubrir los alimentos más emblemáticos que integran la Dieta Mediterránea.
Los 6 alimentos más importantes para la Dieta Mediterránea
1. El aceite de oliva
Si te interesa investigar sobre la Dieta Mediterránea, te encontrarás con el aceite de oliva como uno de sus componentes más emblemáticos. Proveniente de tierras españolas, el aceite de oliva es un alimento que, aunque calórico, esta lleno de propiedades que generan beneficios para la salud. Sus grasas saludables ayudan a reducir el colesterol malo y aumentar el bueno. También se ha demostrado que tiene una valiosa influencia en la prevención del cáncer de mama. En general, se utiliza tanto para cocinar como para aderezar. Eso si, procura no excederte con la cantidad, pues su carga energética es elevada. Una cucharada regular, de unos diez mililitros, tiene unas noventa calorías.
2. Los frutos secos
Uno de los pilares de la alimentación bajo el estilo de la Dieta Mediterránea, es la inclusión de grasas saludables. En este sentido, los frutos secos son una de las opciones mejor valoradas. Se trata de alimentos ricos en ácido oleico y vitamina E, lo que suma a sus cualidades como antioxidante. También poseen proteínas vegetales y calcio. Al generar un efecto de saciedad, son perfectos para incluir en las meriendas de la mañana o de la tarde, antes de las comidas principales.
3. El Pimiento
Este es sin duda uno de los vegetales más ricos y valiosos para la dieta mediterránea. Se usa como un ingrediente fundamental para preparar sofritos. También puede cocerse a la plancha con un toque de sal. Los pimientos son una extraordinaria fuente de antioxidantes, cuidan la salud de la vista y tienen un contenido de Vitamina C tres veces superior al de las naranjas.
4. Las coles variadas
Las hortalizas y legumbres son un punto clave de la Dieta Mediterránea, pero entre la enorme variedad, hay algunas que destacan por sus propiedades. Es el caso de la familia de las coles: brócoli, coliflor o nabos, son alimentos perfectos para seguir esta dieta. Pueden prepararse al vapor, o incluso en forma de caldos. Tienen un gran efecto preventivo contra el cáncer y cumplen una función de desintoxicante natural, que ayuda a limpiar tu organismo.
5. Las carnes blancas
Uno de los patrones de la Dieta Mediterránea es la disminución radical del consumo de carnes rojas. En contraprestación, este sistema de alimentación es abundante en carnes blancas, en especial en pescados. Tradicionalmente muchos de los pueblos y países que limitan con el mar Mediterráneo, han sumado el pescado como parte vital de su dieta. La variedad de especies y exquisito sabor ha facilitado este proceso. En resumen, el consumo de carnes blancas representa una ventaja del todo favorable para nuestro organismo. Se trata de un alimento que tiene menos grasas saturadas y menos colesterol que las carnes rojas.
6. Las sardinas
Apartado especial entre las carnes blancas que definen a este estilo de alimentación, merecen las sardinas. Durante mucho tiempo han sido consideradas un alimento inferior, por su bajo precio. La realidad es que es un alimento extraordinario, pleno de grasas omega 3, que tienen un impacto muy positivo en la salud cardiovascular. Su versatilidad es otra de sus ventajas. A la plancha, guisadas o en escabeche, son tan solo algunas de las formas de prepararlas.
La Dieta Mediterránea ha sido transmitida de generación en generación por los pobladores de las regiones aledañas al mar. Pero sus ventajas para la salud han logrado que sea un estilo cada vez más universal. El cuidado a la salud de nuestros órganos, la vitalidad y energía y la protección de nuestras funciones cognitivas, son algunas de las ventajas de las que disfrutaremos, si la asumimos como un estilo de vida.