A 70 kilómetros de Roma hay un rincón único, fantástico, lleno de seres mitológicos, terribles, amenazantes, pero absolutamente hermosos. ¿Habías oído hablar de Bormazo? Te asombrarás, es un lugar de fantasía, diseñado y creado… ¡en pleno Renacimiento! ¿Te apetece recorrerlo? Acompáñanos.
Un lugar sobrecogedor
Al contrario que la mayoría de los parques esparcidos por el mundo entero, en Bormazo no se respira sosiego, al contrario, el visitante se siente impresionado y casi atemorizado por lo que encuentra. Tal vez sea el espíritu atormentado de su creador (del que hablaremos más adelante), que parece estar presente en cada rincón.
Bormazo está poblado de imponentes esculturas talladas en la roca. Figuras fantásticas de seres mitológicos, de ogros, arpías, entes deformes o animales de proporciones desmesuradas en medio de una impresionante vegetación que le da un toque aún más misterioso ¡Cuidado al caminar! Nunca sabes lo que te puedes encontrar al otro lado de seto que intentas bordear.
El Ogro
De entre todas las figuras destaca el Ogro. Una impresionante figura con una descomunal boca dispuesta a engullir al visitante ¿Te atreverías a entrar en ella? No te desvelaremos lo que hay al otro lado, solo te diremos que merece la pena arriesgarse.
Pier Francesco Orsini ¿Visionario o loco de amor?
Tan impresionante obra salió de la imaginación del duque Pier Francesco Orsini. Cuenta la historia que, roto de dolor, mandó construir este asombroso y siniestro jardín tras la muerte de su esposa. Si buscaba sorprender, más que atraer, desde luego que lo consiguió ¡Estamos hablando del siglo XVI!
¿Quién dio forma a los peculiares deseos del duque? No fue un loco, en absoluto, fue un maestro de renombre, Pirro Ligorio, el arquitecto que terminó la Basílica de San Pedro en el Vaticano tras la muerte de Miguel Ángel. Él diseñó este lugar, aprovechando los desniveles y las rocas volcánicas para que pudieran transformarse en esos terribles seres.
Fuente de inspiración
Cuando el duque murió, los jardines de su residencia y sus fantásticas figuras cayeron en el olvido y así permanecieron 350 años, hasta que a mediados del siglo XX Giovanni Bettini compró la propiedad.
Poco después la visitaba el escritor mexicano Manuel Mujica Láinez, que ambientó en este lugar su novela “Bomarzo”. Y parece que el genial Dalí se inspiró también en este lugar para su obra “La tentación de San Antonio”.
Lo cierto es que después del abandono los jardines de Bormazo resurgieron con fuerza y hoy es uno de los lugares más asombrosos y cargados de misterio de Italia.
¿Te ha gustado…o te ha horrorizado? En cualquier caso, merece una visita, no olvidarás este lugar fácilmente. Y ya que hablamos de misterios…conoce las ruinas de Guyaju ¡Fascinantes!
Imágenes: Valentina_A, Andrea Marutti, Monica Galentino, Marcello Linzalone, Stefano, Yellow.Cat Costantini