Visitar un museo es un placer. Sin embargo, a menudo puede resultar cansado. Empiezas con mucha fuerza, deseando encontrar en tu camino adelante tus piezas favoritas, la razón por la que realizas esta visita, y acabas hastiado y abrumado con tanta imagen y tanta cartela. Además, el paseo a pie se hace incómodo y tus expectativas de disfrute se ven empañadas por la realidad: hay ruido, murmullo de gente, la colección es interminable y pierdes la atención, o alguna cabeza se cuela de repente en tu campo de visión e interrumpe tu momento de éxtasis observacional. Te ha pasado alguna vez? No te preocupes, estas sensaciones en un museo no son nuevas. Ya hay autores que se han preocupado de ponerle un nombre, la “fatiga del museo”.
Si la quieres evitar, te ayudamos a través de 3 claves a organizar tu visita con antelación y disfrutarla al máximo.
3 claves para preparar tu próxima visita a un museo
1. Infórmate
En estos días que vivimos, Internet pone a nuestra disposición una gran cantidad de servicios y medios. Podemos disfrutar de infinito material audiovisual, de arte, música, cine, entrevistas, conferencias…gracias a plataformas como Youtube. Podemos consumir una ingente cantidad de cine en forma de cortos, documentales o largometrajes, programas de televisión, series y miniseries en plataformas como Netflix, Amazon Prime, HBO, Disney+ o Apple TV. Podemos, gracias a plataformas como VSO, participar hasta en los más clásicos juegos de casino online actualizados (Blackjack, ruleta, Baccarat…) gratis o por dinero real, en una mesa real y un crupier físico, incluso practicar o leer trucos. Y podemos batallar online con participantes de cualquier procedencia gracias a juegos como el Fortnite.
Por su parte, en el área de museos sucede igual. Recuerda que hoy día, la mayoría de museos pone a disposición del visitante una gran cantidad de contenido de utilidad a través de su página web. Allí podrás informarte de los horarios de visita, de las normas (quizás especiales en estos días que corren), del acceso, del precio de la entrada (si lo hubiera) y, lo que es más importante, del museo y su colección. Hazte con un mapa (seguro lo encuentras en la website) para situarte mejor.
Es posible que el museo oferte actividades, organice conferencias, elabore vídeos explicativos con comentarios de expertos, e incluso es posible que además de publicarlo en su web, retransmitan en streaming desde Youtube, por ejemplo. Así sucede con El Prado, que proporciona contenidos desde su canal, o con el Rijksmuseum y sus videos.
Además, como sucede en el sector de los juegos online, los medios avanzan a un ritmo tan acelerado que, actualmente es posible hacer una visita virtual a diferentes museos, como el British Museum, gracias a Google Streetview o disfrutar de las obras ampliadas en HD y hasta ver hasta el craquelado del pigmento sobre el lienzo de los cuadros.
Asimismo te recomendamos indagar sobre la propia historia del museo, como edificio y como institución, pues enriquecerá tu perspectiva para apreciar los más mínimos detalles.
Pero, sobre todo, es importante repasar cuáles son las obras más importantes de la colección del museo y, más en general, las piezas que la componen. Esto nos servirá posteriormente para hacer una selección.
2. Elabora un itinerario
Se ha demostrado que el interés durante un paseo en el museo alcanza la máxima cota durante los primeros 30 minutos, para luego decaer poco a poco. Por lo que es conveniente que procures condensar en esa media hora, las piezas que sí o sí quieres disfrutar con atención.
Selecciona, para ello, según tu propio criterio las piezas de la colección y elabora tu itinerario personal. Quizás te decidas a visitar la Galería de los Ufizzi solo para ver cuadros del Trecento italiano, o te animes a visitar El Prado solo para ver a Goya. Sé realista y no exageres al elegir. Es mejor regresar una segunda vez si fuera necesario, que hacer una visita que tu cerebro olvidará después de una noche de sueño. No olvides localizar en el mapa del museo, las salas donde se ubican las obras de tu itinerario.
3. Y disfruta
Una vez que has podido dejar atrás los típicos controles de seguridad de acceso al museo, ponte en situación y cíñete al itinerario para disfrutar con todos tus sentidos. No te sientas culpable por recorrer rápido algunas salas. Si después de dedicarle tu atención a las obras elegidas, te quedan fuerzas y humor, puedes dar algún paseo más, disfrutar de la arquitectura del edificio o incluso, tomarte un café con buenas vistas, si te lo permiten.