Primitivamente, la vestimenta se utilizaba solo con el fin de cubrir nuestro cuerpo, a modo de supervivencia. Poco a poco esos ropajes fueron teniendo estilo propio, llegando a lo que actualmente llamamos moda. La moda tiene mucho que ver con las costumbres y el lugar donde nos encontremos. Es arte, es tradición y también algo fugaz en muchas ocasiones.
El país, grupo social o nivel socioeconómico van a influir notablemente en la vestimenta de cada sector de la población. No es lo mismo vivir en un pueblo que en una gran ciudad. Generalmente en la urbe las influencias en cuanto a la moda se refiere son mucho más fuertes y se apuesta mucho más por la vanguardia. El mundo rural los estilos solían ser mucho más tradicionales. Aunque sigue habiendo diferencias, lo cierto es que la tecnología digital ha acercado ambos entornos.
Hasta mediados del siglo XX, la moda era algo rígido y cuadriculado. Tanto hombres como mujeres tenían que vestir de una manera determinada y muy concreta. No había tallas para todos los públicos, por lo que muchas veces se recurría al patronaje casero. Afortunadamente, los tiempos han cambiado y muchas marcas de moda se han adaptado a prácticamente todos los estilos y características de sus clientes, poniéndose las pilas con la ropa de talla grande para hombres y mujeres, por ejemplo.
Un sello de identidad
“La moda es un lenguaje instantáneo”, como bien dijo Miuccia Prada. Es una vía más de comunicación en forma de identidad colectiva y también personal. Cómo vestimos es parte de nuestra presentación al mundo, enseña una parte de nosotros y dice mucho también sobre cómo nos sentimos. Todos queremos encajar en la sociedad, y muchas veces nos vemos arrastrados por las tendencias del momento. Nuestra manera de vestir también revelará el nivel económico y a la clase social a la que pertenecemos. Unos buenos zapatos, un vestido de calidad o un buen reloj serán capaces de hablar por nosotros.
El clima también es un factor importantísimo para saber qué tipo de vestimenta impera en cada lugar del mundo. En los países más calurosos reinará la moda más ligera y con prendas que no se peguen al cuerpo y transpiren. El algodón, lino o seda serán fieles amigos de estos países con altas temperaturas. Por el contrario, en los países fríos la moda abrigada y bien calentita será tendencia durante prácticamente todo el año. En estos casos, hacernos con un abrigo de alta calidad nos sacará de más de un apuro.
Por supuesto, la cultura, la clase social y los códigos de vestimenta de cada país juegan un papel fundamental en el desarrollo de los estilos. Por poner un ejemplo, no viste de la misma manera un hombre de negocios, que un profesor. De la misma manera que el desarrollo histórico, cultural y social, hace que podamos apreciar estilos muy diferentes si comparamos Japón, India e Italia, por citar algunos ejemplos.
En definitiva, “donde fueres haz lo que vieres”. Cada lugar del mundo es único por sus gentes, su gastronomía, sus paisajes y también por su moda. Resulta muy interesante poder nutrirnos de todas esas costumbres hasta llegar a sus entrañas, descubriendo así el verdadero significado del código de vestimenta de cada rincón del mundo.