Viana do Bolo, un ayuntamiento ourensano ya rozando con la provincia de Zamora, una joya bañada por las serenas aguas de los ríos Camba y Bibei y adornada por miles de castaños centenarios, emerge como la capital de un municipio acogedor que nos recibe con los brazos abiertos. Las calles empedradas invitan a perderse entre casas blasonadas, pequeños jardines que ofrecen vistas al valle fluvial y un arco en el Concello, bajo el cual transcurre la vida cotidiana. En sus raíces arraigan tradiciones ancestrales, especialmente durante el Entroido o “Entrudio, como se conoce aquí a su más importante y conocida celebración. (Fotografía del periódico O Sil)
El «Entrudio» en Viana do Bolo es un caleidoscopio ancestral, un carnaval que entrelaza rituales misteriosos de leyendas prerromanas con celebraciones del siglo XX. Transmitido oralmente, este legado se enraíza en la historia, un misterio nebuloso que se alza como uno de los más antiguos de Galicia. Evolucionando desde sus orígenes agrícolas, esta festividad conserva sus raíces esenciales. Rituales como el «fulión», las guerras de harina y los «boteiros» caracterizan este carnaval, junto con comparsas perdidas y resurgentes.
El Folión. Preparativos bulliciosos anticipan el «Entrudio», con la creación de bombos y azadas que resonarán la historia local. Al iniciar su recorrido, el pueblo se convierte en un escenario vibrante, donde cada golpe y nota construyen la esencia de Viana do Bolo. Este desfile es un tributo a la identidad, entrelazando pasado y presente. Es el corazón de la tradición, recordando la importancia de las raíces.
El “Boteiro” de Viana do Bolo se alza como la esencia misma del carnaval. Enmascarado y revestido con un atuendo que deslumbra por su explosión de colores, este maestro de ceremonias guía el Folión con su danza vibrante y su imponente presencia. Su máscara de madera, su cinturón adornado con esquilas y su traje cosido a mano, son la narrativa viva de la historia ancestral de la región. El Boteiro no solo danza, encarna la festividad en cada brinco, es el faro que marca la ruta del carnaval por las calles empedradas.
Las guerras de harina. Ligados a las tradiciones de Compadres y Comadres, la costumbre de arrojar harina inicia la festividad. Los hombres lanzan la harina el Jueves de Compadres, seguidos por las mujeres el Jueves de Comadres, marcando la diversión máxima en Viana do Bolo. El juego inesperado de «botar fariña» transforma la festividad en un remolino de tradición y alegría.
Días grandes
El Carnaval de Viana do Bolo se despliega en una secuencia de días llenos de tradición y algarabía. Tras los jueves de Compadres y Comadres, el viernes y sábado marcan el apogeo con la Plaza Mayor como epicentro.
El Domingo Gordo es día emblemático de desfiles, bailes y la famosa “Festa da Androlla”, fiesta gastronómica que se celebra desde 1970 congregando en la actualidad a alrededor de 3000 personas. El Lunes Infantil brinda diversión a los más pequeños, seguido por el Martes de “Entroido” con sus foliones y quema de los “lardeiros”. El Miércoles de Ceniza, la «Sardiñada» y el entierro de la sardina despiden el Carnaval.