Un teleférico lleva por la ladera de la montaña del monte Aiguille, una característica montaña del suroeste de Francia. Después de unos 10 minutos y mucho vértigo el aire fresco recibe al viajero con un saludo a una altura de 3842 metros.

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Es un pequeño municipio de Trièves, situado a 60 km al sur de la ciudad de Grenoble. Este pueblo de montaña está situado a los pies del Mont Aiguille, una de las siete maravillas del Dauphiné.

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La zona está llena de distintas aldeas, todas a una media de 1000 metros de altitud. El territorio es parte del Parque Natural del Vercors, la reserva natural más grande de Francia.

Geología

El monte Aiguille es una escama de piedra caliza. Su morfología es el resultado de las diferencias de comportamiento de las innumerables fallas activas entre el monte Aiguille y el macizo del Vercors en el curso de las diferentes glaciaciones de la era Cuaternaria condujeron a su aislamiento actual, y su curiosa forma.

Vistas alucinantes

Frente los muchos escalones hasta la cima, se puede observar una gran vista del Mont Blanc y del valle de Chamonix. Existe además un ascensor que os lleva hasta la cima de la Aiguille du Midi. ¡Las vistas desde la cima son increíble!

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Pero cualquiera de las áreas de observación son estúpendas. En la parte trasera podréis disfrutas de una asombrosa panóramica del Mont Blanc. A través de la pasarela al edificio de llegada/salida se puede alcanzar una terraza mirador con una de las mejores vistas del glaciar de la montaña.

Leyendas

Hay varias leyendas en torno a esta montaña. La plataforma de la cumbre aparece de hecho, como una especie de Edén, una zona protegida del mundo profano. En la Edad Media, el monte Aiguille se percibía como una enorme roca de una altura prodigiosa.

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En 1656, Denys de Salvaing relató que las diosas expulsadas del Olimpo llegaron a buscar refugio en este lugar. Fueron sorprendidas desnudas por el cazador Ibicus y ello provocó la ira de Júpiter, que lo transformó en cabra salvaje de los Alpes.

No te pierdas la montaña desquiciante de Roirama, que crece de manera caprichosa y atrae a miles de curiosos y viajeros.

 

Imagen: Pierre F_Robert Cross y Denis Boulay vía Flickr