Cada enero, Mallorca se llena de fuego, risas y esa mezcla de emoción y respeto que solo trae Sant Antoni. Es curioso cómo una isla tranquila se transforma en escenario de demonios danzantes y foguerons que crujen en las plazas. ¿La razón? Honrar a Sant Antoni Abat, el protector de los animales, y de paso, rendirse al poder purificador del fuego.
El 16 y 17 de enero, se puede ver a Sant Antoni en Sa Pobla, Artà o Manacor, pueblos que se convierten en auténticos hervideros de tradición: familias asando sobrasada, abuelos contando historias de otros tiempos y, de fondo, las gloses, esas coplas burlonas que cuentan verdades con una sonrisa. Es una fiesta que no solo se vive, se siente.
Y es que aquí, en Mallorca, la fiesta de Sant Antoni no es solo una fecha en el calendario: es el latido ancestral de una tierra que, una vez al año, se entrega al fuego y a sus demonios.
El origen de Sant Antoni y tradición
Hablar sobre el origen de Sant Antoni en Mallorca es viajar siglos atrás, a una época en la que la vida giraba en torno al campo y la protección divina era una necesidad más que una creencia. Sant Antoni Abat, conocido por su conexión con los animales, se convirtió en el patrón del mundo rural. De ahí que, cada 17 de enero, la isla rinda homenaje con una celebración donde el fuego, los demonios y las bendiciones se entrelazan.
El fuego simboliza la purificación y el triunfo del bien sobre el mal. Por eso, las calles se llenan de foguerons (hogueras) y de demonios que, entre saltos y chispas, representan las tentaciones que el santo superó en su vida. Pero no en todos los pueblos se vive igual.
En Sa Pobla, la tradición es más solemne, con gloses que narran historias antiguas; en Artà, los demonios son protagonistas indiscutibles, mientras que en Manacor, la fiesta destaca por su carácter auténtico y comunitario. Cada rincón de la isla tiene su propia versión, pero todos comparten la esencia: respeto, fuego y una conexión profunda con la tierra y sus costumbres.
Actividades imperdibles en la fiesta de Sant Antoni
Las Fiestas de Sant Antoni en Sa Pobla, Artà o Manacor no serían lo mismo sin sus actividades más emblemáticas, esas que despiertan la curiosidad de los visitantes y llenan de orgullo a los locales.
- Foguerons y torradas: Lo primero que ves cuando llega Sant Antoni son los foguerons. Gigantes, crujientes, hipnóticos. Y alrededor, una escena casi tribal: brasas ardientes, gente riendo y el olor irresistible de sobrasada asándose.
- Correfocs y demonios: De pronto, el tambor resuena en el pecho y aparecen ellos: los demonios. Saltan, gritan, giran con sus tridentes de fuego y tú, sin darte cuenta, te ves corriendo entre chispas. El correfoc no se ve, se vive.
- Beneïdes: Al día siguiente, la calma. Es momento de las beneïdes. Caballos engalanados, perros impacientes y gatos un poco desconcertados desfilan ante Sant Antoni para recibir su bendición.
- Gloses, Cant de la Sibila y los Xeremiers: No te sorprendas si, entre foguerons y torradas, escuchas versos que te sacan una carcajada. Son las gloses, esas rimas que critican, divierten y, de paso, cuentan verdades. Y luego están los xeremiers, con sus xeremies sonando como si el pasado hablara.
Consejos para disfrutar de la fiesta de Sant Antoni
Lo principal es dejarte llevar. Sant Antoni es tradición, caos controlado y esa sensación de vivir algo que, aunque no entiendas del todo, te atrapa al instante. Sin embargo, no está de más aplicar lo siguiente.
- Ropa cómoda y, si planeas acercarte a un correfoc, mejor de algodón. Si quieres integrarte del todo, busca una camiseta con el logo de la fiesta o incluso un pañuelo rojo o negro, como muchos locales.
- Sobrasada y botifarró recién asados son imprescindibles.
- Pide un buen trozo de pan con alioli; el ajo te acompañará toda la noche, pero es parte de la experiencia.
- Mantén distancia si no estás seguro en los correfocs.
- Usa una gorra o pañuelo para proteger el pelo.
- Y si te ves envuelto en el baile de fuego, disfruta, pero nunca intentes tocar los tridentes.
Dónde alojarse para una experiencia completa
Elegir bien dónde alojarse es clave para disfrutar al máximo de las Fiestas de Sant Antoni en Mallorca. Aunque la celebración tiene su epicentro en pueblos como Sa Pobla o Manacor, quedarse en Palma es una excelente opción para moverse fácilmente entre localidades y, al mismo tiempo, disfrutar de la oferta cultural, gastronómica y de ocio de la capital.
Si buscas una estancia que combine comodidad, ubicación y encanto, tienes la opción del Hotel Posada Terra Santa. Este acogedor establecimiento se encuentra en una antigua casa señorial del siglo XVI, perfectamente restaurada, y ofrece el equilibrio ideal entre la emoción de las fiestas y el descanso merecido después de una noche de correfocs y foguerons.
Desde este exclusivo hotel boutique situado en el centro histórico de Palma, no solo estarás a un paso de las principales atracciones de Palma, sino que también te resultará sencillo llegar a los pueblos donde Sant Antoni se vive con más intensidad. De esa manera, podrás vivir la experiencia completa de las fiestas más cálidas de Mallorca. ¿Qué esperas?