Libia no es un país fácil para visitar, pero el magnífico yacimiento romano de Leptis Magna vale la pena el esfuerzo.
Leptis Magna, Libia: la Roma junto al mar
¿Una majestuosa ciudad romana olvidada con vistas al Mediterráneo en el norte de África? Parece demasiado bueno para ser verdad, pero estas columnas junto al mar regalan el misterioso placer de contemplar un sitio clásico que no ha sido visto por muchos otros ojos.
A pesar de que ha comenzado a abrirse, Libia todavía no es un país fácil de visitar. Es necesario un agente de viajes para manejar la logística. La elección se reduce a viajar de forma independiente con un guía y conductor o ir con un grupo. De cualquier manera, es bastante caro.
La capital de Libia, Trípoli, es un lugar cálido y fascinante, con una mezcla vibrante de los pueblos, las culturas y la arquitectura: ruinas romanas y patios medievales dignos de las mil y una noches en la ciudad vieja amurallada, cerca del puerto, edificios coloniales hermosos y modernas torres de el nuevo. Los nombres de las calles están en árabe los edificios no tienen números ni códigos postales. Desde aquí podréis hacer la excursión a Leptis.
Leptis es particularmente especial, comparado con otras ruinas romanas. Originalmente una colonia púnica antes de ser incorporada al antiguo Imperio Romano, fue el lugar de nacimiento del emperador Septimio Severo (AD145-211) que no reparó en gastos para convertirlo en la Roma junto al mar. El pico de su prosperidad duró poco más de un siglo. Fue abandonada antes de la conquista árabe en el siglo VII y permaneció enterrada en la arena hasta que los colonizadores italianos de Libia comenzaron las excavaciones en los años veinte.
El esplendor sorprendentemente bien conservado de la ciudad se encuentra en sus arcos de triunfo, columnas, el puerto, el anfiteatro, el circo, el teatro, los mercados, los baños, los templos, la basílica y los gigantescos foros. Todo esto la hizo ser catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1982, aunque dos tercios de ella permanecen ocultos.
Lo que hace Leptis sea tan especial es que los arqueólogos aún no están seguros acerca de por qué se abandonó tan rápido y completamente, y la ausencia de los enjambres de visitantes habituales se suma al misterio. Pasear a través de su ordenado trazado de calles, junto a algunos bancos públicos de piedra, sin otro ser humano que perturbe el silencio, mirando hacia abajo en el escenario con telón de fondo de color rosa, las columnas de piedra de mármol y el mar Mediterráneo. La grandeza y el aislamiento de ese punto de vista, que se pueden compartir aquí con los habitantes fallecidos hace mucho tiempo, de una civilización desaparecida.
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Imagen: Neil Weightman, Quigibo, Rob Glover, NH53 y Quigibo vía Flickr