Tras décadas de haber finalizado la oscura y célebre era del narcotráfico, el futuro de Medellín parece brillar más que nunca. Recientemente, la ciudad ha sido destacada por la revista Time Out, que la sitúa en el tercer puesto de su lista de las mejores ciudades del mundo en 2022.
Ubicada en un valle cónico entre los hermosos Andes de Sudamérica, la «Ciudad de la Eterna Primavera» colombiana está repleta de rascacielos rojos y blancos. Además, está equipada con un sistema de telecabinas públicas que suben constantemente a las colinas para dar servicio a sus barrios. Muchos de ellos fueron considerados demasiado peligrosos en el pasado.
Medellín, en su momento, fue sinónimo de drogas y sangre. Incluso, fue calificada como la ciudad más peligrosa del mundo en 1988. Sin embargo, ahora es un escenario increíblemente vibrante y colorido para el creciente número de visitantes extranjeros que recibe.
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Medellín: un poco de historia
Hace apenas 30 años, los capos de la droga vivían como reyes. La policía era víctima de asesinatos. Y los ciudadanos desaparecían de la noche a la mañana sin dejar rastro.
Es comprensible que muchos colombianos estén resentidos por la forma en que Escobar y sus socios criminales definieron la identidad nacional. Ansían por pasar página y que el turismo quede fascinado por otros aspectos más inspiradores. Sin embargo, hay quienes se sienten cómodos a la sombra de Escobar. Sobre todo, los que recibieron los beneficios del dinero del narcotráfico.
Para algunos, su legado sigue siendo una fuente de atracciones y beneficios. Conocido como «turismo oscuro», los extranjeros fascinados por las historias del narco se hacen selfies en la tumba de Pablo Escobar y en los lugares que una vez fueron peligrosos y en los que él gobernó. Ni siquiera los habitantes de la ciudad son inmunes a la propaganda que los cárteles le dieron a la ciudad. Sobre todo, los nacidos después de la muerte de Escobar en 1993.
A pesar de su oscuro pasado, la ciudad ha ganado reconocimiento internacional. Se ha convertido en un destino codiciado por locales y extranjeros por igual. Su popularidad turística ha crecido un gran porcentaje los últimos años. La novedad de visitar la ciudad solo por su pasado aún está presente, pero hay muchas otras razones por las que ha sido nombrada una de las mejores ciudades del mundo.
¿Por qué Medellín es de las mejores ciudades del mundo?
La capital de la provincia de Antioquia es famosa por sus exuberantes cafetales y sus cultivos de flores. Además, tiene ahora una de las economías de más rápido crecimiento del continente. E incluso, se ha convertido en una de las grandes historias de éxito de América Latina. De hecho, los nómadas digitales han acudido a la ciudad en los últimos años, deseosos de subirse al tren del emprendimiento que avanza a buen ritmo.
Es una ciudad que ofrece una buena calidad de vida en relación con el costo. Cuenta con acceso a servicios de salud, zonas verdes, transporte, comercio y viajes. La cultura cálida y amistosa de los lugareños —o paisas, como se les conoce— es otra de las razones por las que la ciudad es tan aclamada. Pues, tienen una disposición hacia su comunidad y su entorno que es deseada por muchos.
Además, la inmensa selva urbana y la exuberante vegetación de Medellín, quizá una de las ciudades más bioactivas del mundo, la convierten en un destino popular para cualquiera que quiera una experiencia única.
Medellín ha experimentado una increíble transformación en los últimos 30 años. Pero, a pesar de su reciente reconocimiento y de su enorme progresión, siguen existiendo grandes problemas en la ciudad latinoamericana.
La delincuencia y la violencia han repuntado en la ciudad desde 2016, tras años de relativa tranquilidad. El tráfico de cocaína sigue existiendo, quizás más fragmentado que en la época de los cárteles de Escobar. Los juegos de azar también están en aumento en toda la nación colombiana y la preocupación por el impacto de la ludopatía en su población es cada vez mayor.
Si bien la ciudad ha logrado fortalecerse, sobreponiéndose a su reputación por las drogas, la corrupción y la violencia, Medellín continúa buscando la mejor forma de contar su historia.