A muchos os llamará la atención el hecho de que, en un mundo tan dinámico como el que vivimos, vayan apareciendo términos nuevos que se adaptan a las nuevas realidades. El concepto de Nómada Digital —o Digital Nomad— fue uno de ellos. Los de Coworking y Coliving son otros ejemplos. Y así, cada vez más, son más las nuevas palabras o nuevas expresiones que surgen para describir las formas de vida y trabajo que se van generalizando en un mundo en el que la digitalización y la globalización son protagonistas.
El término Viajero Perpetuo —o Perpetual Traveler (PT)— es un ejemplo más de esto que hablamos. La irrupción de esta nueva forma de enfocar la vida, los viajes y el trabajo nace, precisamente, gracias a ese contexto digital y globalizado en el que vivimos. Y se está haciendo cada vez más popular a medida que el fenómeno del teletrabajo se va asentando y generalizando en más empresas y sectores.
¿Qué son los viajeros perpetuos?
Pero ¿de qué hablamos exactamente cuándo nos referimos a estos viajeros perpetuos?, ya que se trata de un concepto relativamente nuevo con el que muchos aún no estarán familiarizados. Pues bien, el PT se caracteriza principalmente por haber roto los lazos con la idea de estar asentado en un solo país. También por haber sustituido esa forma de vida por otra en la que no existe un lugar de asentamiento definitivo.
Más bien, se trata de un movimiento y una itinerancia entre destinos que permite sacar el máximo partido de los diferentes países a los que se acuda. Y con ello, beneficiarse de las ventajas de ser un ciudadano del mundo: menos ataduras, menos obligaciones fiscales, más posibilidades de diversificación y de aprovechamiento de oportunidades en función de lo que ofrezca cada destino…
¿Qué conlleva ser un PT?
Ahora, ¿qué significa esto en términos prácticos? Pues que un PT puede tener un negocio en un país, su agenda de ocio en otro, su cuenta de ahorros en otro, su residencia fiscal en otro, y así sucesivamente. Simplemente, mediante el uso de VPN, como ExpressVPN, puede acceder de forma remota a todo lo que necesite.
Muchas veces, los motivos que impulsan a algunos de estos nómadas a elegir este estilo de vida son económicos. Existen, por ejemplo, países que ofrecen incentivos o exenciones fiscales. Asimismo, existen otros que permiten recuperar los impuestos indirectos como el IVA. Esto lleva a que la tributación de muchos de estos viajeros profesionales se reduzca al mínimo —lo que les ha válido un mote muy apropiado para las siglas PT: Prior Taxpayer (ex-contribuyente).
Pero esa no es la única razón por la que ser un viajero perpetuo puede resultar atractivo. Otras de las ventajas tienen que ver con dos facetas que se retroalimentan; la apertura, y la generación/aprovechamiento de oportunidades. Así es. Los PT se suelen caracterizar por ser personas que se salen de lo convencional. Personas que, gracias a su bagaje internacional, cuentan con una perspectiva diversa y una inteligencia cultural muy desarrollada.
Suelen ser personas con apertura de miras y mentes receptivas y flexibles. Esto, entre otras cosas, les permite ser mucho más resilientes al cambio y a los obstáculos, y contar con mayores recursos para resolver problemas. Estas cualidades pueden hacerles aptos tanto para multitud de puestos con vocación internacional, como a la hora de montar un negocio propio. Además, estarán en una posición ventajosa para sacar partido a las oportunidades laborales y de negocio que su adaptabilidad permite en términos, por ejemplo, de sueldos, fiscalidad, tipo de cambio, inversiones, mano de obra o abastecimientos.
Su red de contactos será, por otro lado, mucho más diversa y global, lo que, sin duda, puede abrir muchas puertas tanto a nivel profesional como personal. Por no hablar de las posibilidades de aprendizaje en materia de idiomas, costumbres, o interacción a las que nos estaremos acercando, tomando este camino.
El recorrido básico para empezar esta andadura, si te lo estás preguntando, es la siguiente: deja tu país de nacionalidad y todo aquello que te ate a ese lugar. Desplázate a un país puente donde resulte sencillo lograr la residencia (cubriendo los requisitos pertinentes en cada caso: lugar de residencia; seguro de salud, ingresos mínimos, etc.). A través del consulado, notifica a tu país de origen del cambio de residencia y tramita tu baja fiscal. Por último, solo te quedará darte de baja también en el nuevo país de residencia.
¡Y recuerda, un viajero perpetuo debe ser también un turista perpetuo! Es decir, para que te sigan considerando como tal, no podrás exceder tus estancias más allá del tiempo permitido, según su clasificación como turista (sobre todo si tienes esa nacionalidad). Suena interesante, ¿verdad? ¿Te animas a convertirte en uno?