El turismo siempre ha sido uno de los principales motores que han impulsado la economía española, y de su mano, otros sectores como la construcción y las infraestructuras se han ido desarrollado paralelamente.
El turismo goza de una gran tradición en nuestro país. Desde mediados del siglo pasado, cuando hubo el primer “boom”, empezó a llegar gran cantidad de gente de otros países atraídos por la benevolencia del clima mediterráneo.
Hoy en día es una de los principales sectores económicos a nivel mundial. Con el desarrollo y el abaratamiento en los medios de transporte, los viajes por placer se han asentado en todo el mundo y España no se ha quedado atrás: de hecho se trata del tercer país por número de turistas después de Francia y de Estados Unidos. La experiencia, sin embargo, sí ha evolucionado con los años. Si durante décadas el clima fue el factor de principal atracción para los visitantes en nuestro país, actualmente y con la competencia mundial, el negocio ha tenido que reinvertarse y multiplicar la oferta para el consumidor. Tanto a nivel d turismo interior como exterior, España enamora, entre otras muchas cosas, por el paladar. Nuestro país tiene el ratio más alto de bares y restaurantes por habitante del mundo, y la riqueza gastronómica se ha destapado como un motivo de peso para que la gente viaje tanto a pueblos como a las grandes urbes.
Las oficinas de turismo locales cada vez cuentan más con gastroguías elaboradas con la ayuda de los ayuntamientos, que ven en esta actividad un filón importante de ingresos; de ahí las ambiciosas campañas de publicidad e informativas. Imprimir catálogos, folletos y revistas es un proceso muy barato y efectivo, y una manera muy sencilla de promocionar negocios que, en la actualidad, son imanes para un turismo cada vez más masivo.
Los datos indican que el turismo gastronómico cotiza al alza. La tremenda variedad de platos que ofrece España dependiendo de su geografía lo convierten en un destino que cumple con todos sus turistas independientemente de sus gustos, y por eso se ha convertido también en este sector específico, en uno de los principales líderes a nivel planetario. En 2013, un 11,8% de las visitas a nuestro país tenían un motivo gastronómico. En 2014 la cifra ascendió a un 12,7% y en 2016 nada menos que un 15% citaban la comida como el motivo principal de su viaje.
España se sitúa en el quinto lugar en el ranking de países en número de estrellas Michelín, lista que sigue liderada por Japón, Francia, Italia y Alemania. Por comunidades autónomas, Cataluña es la que más posee. Le siguen a una distancia considerable el País Vasco, Madrid, la Comunidad Valenciana, Andalucía y Galicia.
Las Estrellas Michelín suelen ser un reclamo importante para los visitantes procedentes de otros países. Sin embargo, en lo que se refiere al turismo patrio, las preferencias son diferentes. Así pues, Andalucía se corona como la opción predilecta para los españoles, seguida por dos comunidades del norte que son también sinónimo del buen comer: el País Vasco y Galicia.