Pocos placeres de la vida se comparan con el disfrute de la buena mesa. Sabores, temperaturas, aromas y texturas se combinan para presentarnos nuevas versiones del goce del sentido del gusto. Y bien que se relacionan la buena mesa con los viajes, permitiéndonos explorar en los fogones de una cultura y conocer a través de sus preparaciones, su historia. Si te cuentas entre aquellos trotamundos para los que conocer un lugar pasa no solo por disfrutar de sus paisajes y sitios emblemáticos, sino también de su comida autóctona, el turismo gastronómico es lo tuyo. Opciones como viajegastronomico.com te abrirán un universo de posibilidades para viajar y comer de la mejor forma posible. Así que, para todos los amantes de la buena mesa, disfruta de estas rutas gastronómicas que te despertarán el apetito. ¡Comencemos!
Las 5 mejores rutas de turismo gastronómico
1. La pasión por el chocolate, en Ucrania
Si eres de los que deliran por un buen bombón o una exquisita barra de chocolate, debes saber que no es solo Suiza la meca de este delicioso alimento. Una excelente opción para disfrutar del mejor chocolate es hacer un viaje a Leópolis, la ciudad más grande del oeste de Ucrania. En ella encontrarás, en pleno casco antiguo, un espectacular museo del chocolate, donde podrás apreciar como se transforma la materia prima en los más exquisitos dulces y postres con chocolate, de los que podrás probar todos los que te apetezcan. Además, si organizas tu viaje para el mes de octubre, podrás participar en el Festival Nacional del Chocolate de Leópolis, en el que participan los mejores productores industriales y artesanales de chocolate.
2. Los mejores vinos, en Hungría
Cuando hablamos de buenos vinos, generalmente pensamos en California, o incluso en Argentina o Chile. Pero una de las mejores rutas de turismo gastronómico que puedes hacer para disfrutar y comprar vinos para regalar o para tu consumo, es Hungría. Específicamente Szekszárd, capital de la provincia de Tolna, es una meca de la tradición vitivinícola. Se trata de una de las regiones productoras de vino más antiguas de todo el país, produciendo licores de altísima calidad, que se han destacado en premios y competiciones nacionales e internacionales. Especialmente se destacan por los vinos tintos de aroma especializado.
3. El té de la tarde, en Inglaterra
Si hablamos de costumbres llenas de glamour y clase, la del té de la tarde es de las más populares, y la señorial Inglaterra es la referencia en este sentido. Desde la era georgiana el té formó parte de las costumbres y tradiciones de los ingleses, y aún hoy permanece vigente y llama la atención de quienes se declaran amantes de esta bebida. Si quieres conocer el punto cumbre del té inglés no puedes dejar de visitar Bath, uno de los mejores destinos para este fin. Y una vez allí, no puedes dejar de visitar el Pump Room, el salón emblemático que fue el corazón de la vida social de Bath durante dos siglos. Incluso aparece en las novelas de Jane Austen. Disfruta del te, acompañado de sus deliciosos mini bocadillos, bollos con cremas y mermeladas caseras.
4. Las tapas, en España
Una auténtica delicia universal son las tapas españolas. Tanta popularidad han alcanzado, que en la actualidad las encontramos casi en cada rincón del planeta. Pero, haciendo honor a la verdad, en ningún lugar se disfruta de la calidad de tapas que encontramos en la propia España. La madre patria, y en especial la capital, Madrid, son la referencia en este tipo de comidas que suelen consumirse en variedad, en porciones pequeñas y acompañadas de un buen vino o las tradicionales cañas. Desde mercados populares y con muchos puestos, hasta bares y restaurantes especializados, las tapas madrileñas no suelen fallar. Si eliges este destino como tu siguiente ruta gastronómica, recuerda no dejar fuera del menú los pinchos de tortilla de patatas, el jamón ibérico, las olivas encurtidas, las croquetas, los mejillones y los chorizos. Un auténtico regalo al paladar.
5. La patisserie, en Francia
Si sabes de gastronomía, seguro habrás escuchado que la francesa es de las más exquisitas y elaboradas del mundo. Las Crepes, el Cassoulet o el Foie Gras son de los platos más emblemáticos de esta cocina, y si visitas París o cualquier ciudad francesa, seguro que no resistirás la tentación de probarlos. Pero especial mención para los amantes del turismo gastronómico merece la patisserie francesa, sin duda que de la mejor y más original del mundo.
Desde la Edad Media que los franceses empezaron a estudiar el arte de la repostería, y en 1556 se abrieron las puertas de la primera escuela formal. Unos cuantos siglos después, la evolución en este arte no se detiene, conquistando los paladares más exigentes. Si visitas Francia con este fin, no puedes dejar de probar el Café liégeois, el Calisson, la Charlotte, la Crème brûlée, la Crème caramel, la Crêpe Suzette, el legendario Croissant, la Flan pâtissier, el Éclair o los Macarons. Delicias que quedarán grabadas en su memoria culinaria.