¿Cómo te imaginas la puerta del Infierno? ¿Seguramente oscura, con fuego? ¿Y dónde la situarías? ¿En medio del desierto, dentro de un volcán? ¿Irías? Nuestra imaginación, influenciada por aspectos culturales, religiosos, el cine y la televisión inevitablemente nos forma una imagen mezcla de todo lo anterior, pero hace como más de 2000 años todo esto no existía y alguien encontró ese «siniestro» lugar. ¿Lo vemos? Te aseguro que te sorprenderá…
En busca del Demonio
Hoy nuestra brújula señala Turquía, más concretamente Denizli. A media hora de camino está Hierápolis, Ιεραπολις, una antigua ciudad helena, del periodo en que Grecia dominaba el Mediterraneo, hoy es un yacimiento arqueológico de gran valor declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998. Esta ciudad surge en la cima de la montaña Pumakkale, pues desde tiempo inmemorable se conocían las propiedades curativas de las aguas que bañan sus maravillosas piscinas, de agua turquesa. Los griegos y después los romanos decidieron hacer aquí una ciudad-balneario. ¿Entramos?
Teatro romano
Nuestro itinerario parte justo aquí, donde comienza el sitio arqueológico. Data del siglo II fue construido en la ladera de la montaña y tenía capacidad para 20.000 espectadores. Se conserva en perfecto estado y aún se aprecian claramente sus tres secciones Cávea, Escena y Orchestra. No está permitido bajar hasta la escena, pero sólo con sentarte en las gradas puedes sentir la grandiosidad que tiene este prodigioso lugar.
Templo de Nifeo
Dejando atrás el Teatro Romano seguimos hasta el Templo de Ninfeo, una fuente construida en forma de U, en el s. IV, dedicada a los cinco dioses de la ciudad Selena, Júpiter, Juno, Artemis y Apolo.
Un baño «cultural»
¿Quieres darte un baño literalmente cultural? Pues ven al Museo de Hierápolis, el único lugar en el mundo en el que podrás disfrutar de un relajante baño en aguas termales entre ruinas romanas. ¡Sensacional!
Se trata de una vieja Terma Romana del s.II que hoy hace las veces de museo y tiene una zona de piscinas al aire libre con aguas termales. ¡Todo un lujo!
Dentro del museo podemos ver esculturas conmemorativas, sarcófagos, monedas y piezas de decoración, todo lo que hasta hoy se ha encontrado durante las excavaciones.
Puertas de Hierápolis
Construidas por el procónsul durante el Imperio Bizantino en el s.V. El conjunto se compone de un arco del triunfo central flanqueado por otros dos arcos menores con dos torres a los lados.
Hierápolis, Ciudad Sagrada
Existen también tres necrópolis dentro de Hierápolis, y quizás se deba a esto su nombre: Ciudad Sagrada, en griego. Se cree que el motivo de que esta ciudad tuviese tres cementerios es porque algunos de los enfermos que venían con la esperanza de sanar no lo conseguían.
Templo de Apolo
Ya que hemos sido capaces de visitar las tumbas de la necrópolis, podemos pasar a mayores entrando en el Templo de Apolo, edificado durante periodo helenístico con grandes bloques de piedra apilados en los que se produjo una grieta que llamaron Plutonium.
Descendiendo al Averno…
Tras esta grieta llamada Plutonium, según el geógrafo griego Estrabón, estaba la puerta del Infierno… Hace un año un grupo de arqueólogos italianos de la Universidad de Salento quiso averiguar qué tenía de cierto esta teoría y lo que encontraron fue escalofriante…
Tras la grieta encontraron una cueva que daba acceso a una zona igual a la descrita por Estrabón, una escalera que daba acceso a una piscina y, tras ella, un templo sobre el que se encontró una inscripción en honor a los dioses del inframundo. Dentro de este, el Cerbero, el perro con tres cabezas guardián del Infierno.
¿Entrarías? ¡Reta a tus amigos y cuéntanoslo!
Imágenes: Javier Barco,Lorenzo Bianchi, fisherbray, mxpeyne, dreamshaper, Marie-Hélène Cingal, Lise G., fisherbray, Marie & Olivier, Letizia Barbi,