Colinas de Chocolate. Suena bien ¿Verdad? Pero no, no son dulces, aunque durante la estación seca este maravilloso rincón de Filipinas más bien parezca una inmensa caja de bombones. Está situado en la isla de Bohol y se trata de una hermosísima formación geológica formada por casi 1.300 colinas de forma cónica. No nos hemos equivocado ni exageramos, son ¡nada menos que 1.268 colinas!
Casi idénticas
La gran peculiaridad es que estas colinas son prácticamente iguales. Montículos que apenas superan los cien metros de altura y de un diámetro muy parecido que ocupan una superficie de 50 kilómetros cuadrados. Redondeadas, sin aristas, casi perfectas y armónicamente distribuidas, dan forma a un paisaje espectacular.
Tan perfectas son que hay sorprendentes teorías que aseguran que son obra de una misteriosa civilización y que realmente se trata de pirámides sepultadas por tierra ¿A ti que te parece? Más adelante te explicaremos lo que opinan los científicos, pero antes, vamos a ver un par de curiosidades.
El nombre
¿Por qué el nombre de Colinas de Chocolate? La razón es sencilla. Durante los meses más lluviosos esta zona es un verdadero vergel. La vegetación cubre el lugar con un manto de un color verde intenso.
Pero cuando las lluvias cesan, la hierba y los arbustos de las colinas se secan, ofreciendo ese color parduzco que tanto se parece al del chocolate.
Las leyendas
Un lugar tan hermoso y extraño como este tiene, como no, su propia leyenda. Y no una, sino varias ¿Tienes curiosidad? La más conocida cuenta que este lugar es el resultado de las peleas de dos gigantes enemigos que no pararon de lanzarse enormes bolas de barro hasta que murieron agotados. Otra cuenta que las colinas son realmente las amargas lágrimas que el gigante Arogo derramó tras perder a su amor.
Ahora sí, las teorías científicas
A pesar de teorías más fantásticas y del romanticismo de las leyendas, este maravilloso rincón parece ser obra única y exclusivamente de la naturaleza. Según los científicos las colinas no son más que acumulaciones de coral y materiales calizos que se formaron cuando Filipinas estaba bajo el mar. Al emerger a la superficie, la erosión las fue moldeando hasta darlas esta forma tan particular.
Un increíble paisaje que se puede admirar en toda su magnitud desde el mirador construido en una de las colinas. Y el espectáculo, que se ofrece ante la vista es sobrecogedor, casi irreal. Las Colinas de Chocolate nos muestran una vez más, que la naturaleza es capaz de crear paisajes absolutamente perfectos.
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Imágenes: m.a.r.c., Slava Myronov, Ric Obedencio, ace_alejandre, mendhak, Judgefloro.