¡Hola, viajero! ¿Estás listo para partir a las mágicas tierras de Heidelberg? ¿Qué? ¿Aún no sabes qué ver Heidelberg? En El Viajero Feliz te traemos una guía sobre este destino, un sitio tan maravilloso y espléndido que no lo podrás creer. Esta ciudad alemana tiene todo lo que imaginaste y mucho más: es hogar de siglos de historia, de rica cultura, de una arquitectura sin igual y bellos paisajes extraídos de libros de dibujo o refinadas pinturas.
Goethe dijo que Heidelberg tenía algo ideal. Bueno, este escritor no se equivocaba, incluso durante su estadía en la ciudad recibió inspiración para su personaje Fausto, de la novela homónima. Dicen que es una de las ciudades de Alemania más románticas. Esta mítica ciudad medieval se ubica en el Valle del río Neckar y es refugio de sueños, leyendas e historias que harán que te enamores de ella.
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Qué ver en Heidelberg: 10 lugares que no puedes perderte
1. Castillo de Heidelberg
No hay otra forma de iniciar nuestro recorrido sobre qué ver en Heidelberg que con uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad: el Castillo de Heidelberg. Es una impresionante fortificación palatina que fue construida entre los siglos XIII y XVI. Se erige majestuosa en la ladera del monte Königsthul, observando y rigiendo la ciudad a unos 195 metros de altura a esta. Es el sitio perfecto para transportarse a una época de reyes, caballeros, monjes y princesas.
El castillo está en ruinas debido a una invasión francesa en el siglo XVII, además de la caída de un rayo en 1573 y otro en 1764. ¿Quién dice que un rayo no cae dos veces en el mismo lugar? Sin embargo, esto no le resta ni una pizca de encanto, por el contrario, genera una encantadora atmósfera que seduce a los visitantes.
Algunas habitaciones han sido restauradas, como la legendaria Sala del Rey, en donde aún hoy en día se realizan distintos eventos y festejos. El castillo cuenta además con un museo de farmacia alemana. Este, a pesar de ser pequeño, guarda unas 20 000 piezas de esta antigua ciencia en exposiciones muy interesantes. Y si eres amante del vino, verás en este castillo el barril de vino más grande del mundo, con una capacidad de 22 000 litros.
2. Old Bridge
El puente Karl Theodor Brucke, mejor conocido como el Puente Viejo, es una sorprendente edificación que cruza el Neckar y une las dos partes de la legendaria ciudad. Debe su nombre al príncipe Karl Theodor que ordenó su construcción. Este puente ofrece vistas maravillosas del Neckar y es el mirador por excelencia para contemplar el Castillo de Heidelberg.
¿Cómo no poner esta maravillosa obra en este listado sobre qué ver en Heidelberg? ¡Es uno de los principales símbolos de la ciudad! Hecho en arenisca roja y contando con nueve arcos, es transitado frecuentemente por miles de turistas en busca de vistas maravillosas.
Por si fuera poco, para acceder al puente, en una de las dos partes de la ciudad, debes pasar por la Puerta de Carlos, la cual era parte de una antigua muralla y que guarda algunas estatuas… ¡incluyendo un bello monito! Sí, un mono de bronce que, según la tradición, te traerá buena suerte si lo tocas, o si tocas sus dedos, volverás a Heidelberg. Créenos, seguramente pases horas tocando los dedos del mono para regresar.
3. Palacio de Schwetzingen
Cerca de la ciudad, hallarás la casa palatina de verano de los príncipes: el sorprendente Palacio de Schwetzingen. ¿Y por qué está esto en el conteo sobre qué ver en Heidelberg?. Pues verás, es una edificación impresionante y queda realmente cerca a la inmortal ciudad. No puedes perder la grandiosa oportunidad de visitarlo.
Este palacio es todo un complejo arquitectónico que cuenta con templos, jardines y diversos pabellones donde los príncipes tomaban un reposo. Es un sitio famoso por su tremendo eclecticismo. Así, encontrarás un jardín inglés, uno francés, uno turco, un arboreto, un lago, templos erigidos a deidades romanas y teutonas, un sorprendente acueducto romano e incluso un puente chino. Visitar este palacio es casi dar una vuelta al mundo, por estas razones es que fue declarado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
4. Iglesia del Espíritu Santo
La Heiliggeistkirche o Iglesia del Espíritu Santo se ubica en la Plaza de Mercado de la ciudad. Su construcción finalizó en 1544 y es de los principales exponentes del gótico, salvo su campanario barroco que fue añadido en 1709 porque el anterior cedió en un incendio. Esta iglesia es el principal lugar de culto en la ciudad.
Sirvió de refugio para cristianos y protestantes durante muchos años. Y, adivina qué, al mismo tiempo los separaba un muro en su interior que duró unos 200 años. Sorprendente, ¿no lo crees? Por su bellísimo diseño arquitectónico y fina ornamentación esta iglesia es un sitio obligado cuando te preguntas qué ver en Heidelberg.
Sus vidrieras son algo alucinante, tanto así que una de estas está dedicada a la física y presenta la famosa fórmula de Albert Einstein. También se encuentra la fecha del bombardeo a Hiroshima, una bella forma de rendir homenaje. Además, es sorprende también que esta iglesia haya sobrevivido a todos los estragos de la guerra. Podrás acceder a la torre del campanario y contemplar la maravillosa vista de la ciudad, aunque esto tiene un costo adicional.
5. Königstuhl
El monte Königstuhl, o Silla del Rey, es la montaña donde se ubica el Castillo de Heidelberg, toda una obra de arte de la naturaleza. Este monte tiene una altura de 568 metros y ofrece vistas inigualables de la ciudad y de todo el valle del Néckar. Podrás seguirlo con la vista hasta que culmine en las llanuras del poderoso Rin. Si eres amante de la vida silvestre, los bosques y te preguntas qué ver en Heidelberg, debes arriesgarte a dar una travesía por este monte.
Hay modernos funiculares que facilitan el ascenso a este. Una vez allí, podrás explorar las rutas dispuestas para senderismo: la oportunidad perfecta para relajarse y respirar aire puro. Además de eso, encontrarás una halconería, un bellísimo parque infantil, perfecto para los más chicos del grupo, y el legendario Observatorio de Heidelberg, el sitio perfecto para contemplar el cielo nocturno en plenitud.
6. Heidelberger Bergbahn
No solo por tener un encantador diseño moderno, sino también por las facilidades que ofrece, el funicular de Heildelberg es una de las modalidades de transporte fascinantes que debes visitar en Heidelberg. Estos funiculares son los que te conducirán al Castillo de Heidelberg y al Monte Königsthul de forma eficaz y cómoda. Son mundialmente famosos por su diseño y el de sus estaciones que generan un juego perfecto entre una rústica cabaña en las montañas y un paraíso de la modernidad.
Este metro ofrece un servicio perfecto para el turismo, pues por tan solo siete euros pagas el tíquet que cubre el viaje de ida y de regreso a la ciudad, además del ingreso al Castillo de Heidelberg. La subida que recorre es muy empinada y sus túneles son un espectáculo fascinante. Ya que estás en esta joya alemana, ¿por qué no transportarse con estilo?
7. Studentenkarzer (Heidelberg)
Heilderberg es conocida por ser una ciudad universitaria, lo que la convierte en un atractivo destino para la gente joven, dada la alegría y vida que se inhalan en las calles. La Universidad de Heildelberg es la universidad más antigua de Alemania, por tanto, el ambiente académico se da a flor de piel.
Esto guarda particularidades históricas que seguro ni te imaginabas. Una de ellas es el Stundentenkarzer o el Calabozo de Estudiantes. Sí, así tal cual lo lees. Se trata de un calabozo que era propiedad de la universidad y a donde iban a parar los estudiantes con mala conducta que se vieran involucrados en peleas, hurtos o borracheras.
El calabozo estuvo activo desde 1778 hasta 1914. Los estudiantes podrían pasar aquí un par de días o semanas antes de volver a clases. Pero no te preocupes, no es tan cruel como suena. Al parecer, los muchachos la pasaban demasiado bien aquí, tanto así que el ser llevado a este calabozo se convirtió en un rito de inicio para los estudiantes de la universidad. Estos se embriagaban y voluntariamente provocaban que los llevaran.
Actualmente es una experiencia increíble. Verás los grafitis que los alumnos dejaron en las paredes, que son muchos y están intactos, los escritos que dejaron en las mesas de trabajo y otras curiosidades.
8. Heiligenberg
Para los amantes de la magia, de lo místico y de las leyendas olvidadas, llega a este conteo sobre qué ver en Heidelberg la sorprendente Heiligenberg. Esta es una colina boscosa junto al Neckar. Visitar esta colina es dejarse llevar por historia de druidas, de hierofantes y de monjes, sin mencionar que, por su belleza natural, es todo un espectáculo para la vista.
Esta colina resguarda ruinas y construcciones incluso de la Prehistoria. Entre ellas se cuentan antiguas ruinas celtas, un templo romano y varios monasterios medievales. Resulta que esta colina ofrece una tremenda posición defensiva, por lo que es de entender que tantas construcciones tengan lugar aquí. Antaño fue un punto de extracción de hierro, pero actualmente se encuentra protegido, lo que es una enorme ventaja, pues así podremos seguir disfrutando este paraíso por un largo tiempo.
9. Heidelberg Zoo
¿Y a quién no le gustan los animales? El siguiente sitio en este conteo sobre qué ver en Heidelberg es para ti. Nos referimos al magnífico Zoológico de Heidelberg, una fundación creada para la preservación de la vida silvestre. Han edificado toda una sucesión de santuarios para la vida salvaje en su interior. Es un perfecto edén de la fauna.
El zoológico cuenta con aproximadamente 1 100 animales de más de 250 especies distintas, entre los que se cuentan flamencos, elefantes, tigres, monos de todo tipo, una amplia gama de aves y muchos otros. Todas las especies que aquí se conservan son especies en peligro de extinción, por lo que es de resaltar el enorme esfuerzo que lleva a cabo el personal de este zoológico para la preservación, y reproducción, para salvar a estas especies del exterminio.
10. Museo Kurpfälzisches
Y finalmente, para los amantes del arte que se preguntan qué ver en Heidelberg, llega el soberbio Museo Kurpfälzisches o Museo Palatino, un recinto dedicado al arte y la arqueología en el Palais Morass. Esta edificación resalta por su delicado color rojo en la fachada y un estilo arquitectónico muy típico que lo hace absolutamente encantador. Su interior exhibe grandeza, no solo por sus piezas, sino por los finos detalles arquitectónicos con los que cuenta. Es todo un palacio del siglo XVIII.
Desde lápidas medievales de monasterios hasta grabados modernos de Peter Anton von Verschaffelt se resguardan en este museo. También hay artefactos de millones de años de antigüedad, incluyendo una mandíbula del Homo Heidelbergensis. Entrar en este museo es viajar por toda la historia de la ciudad: Prehistoria, ocupación romana, Medioevo y modernidad. Es un sitio imprescindible si en verdad quieres conocer Heidelberg.
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