El famoso canal de Corinto, que separa el Peloponeso de la Grecia continental, conecta el golfo de Corinto con el Golfo Sarónico.
El espectacular Canal de Corinto
Sin embargo el canal no se terminó a finales del siglo XIX, y fue una idea y sueño que se remonta a más de dos mil años. El canal se extiende a lo largo de 6.34 kilómetros y proporciona un canal de agua entre el mar Jónico y el mar Egeo. Antes de que fuese construido el canal, los barcos tenían que viajar por todo el Peloponeso, lo que añadía aproximadamente 185 millas náuticas, y varios días más de viaje.
Junto al actual canal, las excavaciones en 1956 revelaron parte de los Diolkos, un antiguo camino empedrado construido antes de que cualquier canal de existencia. Esto permitió a los buques de guerra en la antigüedad ser transportados por tierra entre los golfos. Los buques mercantes solían atracar y sus cargamentos eran transportados por esta ruta de tierra.
El primer intento serio de la construcción de canales lo llevo adelante el emperador Nerón, que en el año 67 dC, anunció a los espectadores de los Juegos ístmicos que él iba a cavar un canal que «uniese los dos mares». Hubiera sido una de las maravillas del mundo antiguo, si Nerón hubiese sido capaz de terminar lo que empezó con una pala de oro. Al parecer él también cargó la primera canasta de tierra en su propia espalda. Pero a pesar de que Nerón tenía aproximadamente 6.000 esclavos que trabajabaron en el canal durante meses, su plan maestro nunca se materializó.
La idea del canal se quedó durante siglos, hasta que fue revivido de nuevo durante la década de 1800. Después de varios intentos fallidos, el Canal de Corinto fue finalmente completado, y después de una ceremonia de inauguración, el 6 de agosto de 1893, en presencia del rey Jorge I de Grecia y Francisco José, emperador de Austria y rey de Hungría, el canal se abrió al tráfico el 28 de octubre 1893.
Dos húngaros, Istvan Turr y Bela Gerster, diseñaron, organizaron y dirigieron la construcción del canal, con el trabajo real que se llevo a cabo mediante una combinación de obreros franceses y griegos. Un nuevo monumento se ubica actualmente en el lado de Atenas del canal, dedicado a los dos húngaros. El Canal de Corinto se basa en realidad en el Panamá y Suez Canals y, a menudo se ha denominado el «hijastro» de estos dos canales más grandes.
El Canal de Corinto se encuentra todavía en uso hoy en día, aunque muchos barcos modernos son demasiado grandes para pasar a través. Sin embargo, el canal está siendo utilizado por muchos pequeños buques, embarcaciones y yates y también hay cruceros organizados, donde se puede viajar a través del canal.
Para aquellos con un poco más de aventura dentro, se puede hacer ‘puenting’ desde el puente principal de la carretera y experimentar el salto de su vida, por unos 60 euros. Para aquellos con menos ganas de aventura, podréis obsevar desde en el puente, y ver a los valientes saltarines que se zambullen desde el puente, así como ver los barcos que pasan, ¡aunque no al mismo tiempo!
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Imagen: Stef, AJ Alfieri-Crispin y Andrew Barclay vía Flickr