Amigos viajeros, ¡hemos encontrado el paraíso! Creo que estaréis de acuerdo conmigo en que esta idílica playa parece el mismísimo edén. Casi como escondida entre gigantescas formaciones rocosas que la rodean prácticamente en su totalidad, confiriéndole un aspecto selvático como de un mundo perdido o fantástico que sale de las profundidades de la tierra o del mar. Pero te aseguro que es completamente natural, nada de diseño gráfico o de construcción artificial. Como siempre, la naturaleza supera la ficción, incluso en belleza. ¿Quieres saber como llegar hasta este paraíso natural? ¡Pues, vámonos!
El paraíso de la Calobra
Para poder disfrutar de un relajante día de sol en los dorados cantos de esta fantástica playa tienes que llegar hasta la isla balear de Mallorca. ¡Fenomenal!, ¿no crees? No podrías estar en un lugar mejor, bien comunicado con la península, con barcos o avión, multitud de sitios de interés cultural y natural que la convierten en un enclave turístico perfecto. Pero, nuestro viaje no se queda aquí, sino que prosigue hasta una pequeña localidad de la Sierra de Tramontana.
La Sierra de Tramontana es, como podéis ver, un precioso macizo montañoso situado en la zona noroeste de la isla compuesto por picos de gran altitud como el Puig Major, que es la montaña más alta de Mallorca con 1.436 metros. Estos gigantes de roca kárstica esconden en su interior cuevas de gran belleza como la Cova de sa Campana, profundos cañones como el Sa Fosca y rincones de una belleza sublime como el formado por el Torrent de Pareis conocido como cala de la Calobra, el paraíso terrenal que veíamos al principio. Por eso, en 2011, entra dentro del Patrimonio Natural de la Humanidad UNESCO.
Precisamente, es el Torrent de Pareis que, en su desembocadura hacia el Mediterráneo atravesando los cañones de la Sierra de Tramontana, crea esta espectacular playa que se ha convertido en un reclamo turístico más de la isla: La cala de la Calobra. Un pequeño oasis natural que da cobijo a un total de 300 especies endémicas entre flora y fauna, por lo que ha sido declarado Monumento Natural por el Gobierno Balear. Pero, la verdad es que su mayor atractivo es la belleza paisajística que posee.
Para alcanzar los rincones más hermosos que se esconden en esta preciosa cala podemos hacerlo de dos formas: por mar, contratando una excursión en las llamadas «golondrinas», pequeñas embarcaciones a vela que salen del puerto de Soller para alcanzar este pedacito de cielo; por carretera, para gozar de los sugestivos panoramas que ofrecen al descender las escarpadas montañas de la sierra a más de 200 metros de altitud. Rodearás los acantilados por una carretera de 4 km que cuenta con más de 800 curvas diseñada, especialmente, para evitar la construcción de un túnel, algo que se pensó allá por 1932 de manos del arquitecto Antonio Paretti. ¿Te atreves? Todo un desafío que te garantizo que merece la pena.
Si, además, decides emprender tu aventura a principios del mes de julio, tendrás el gran privilegio de disfrutar al 100% de este paraje natural, pues su forma de corona lo convierte en un verdadero teatro y las paredes del cañón favorecen la acústica del lugar que viene aprovechada cada primer domingo de julio para celebrar el Concert de Sa Calobra. ¿No te parece genial?
Ya solo te queda compartir este artículo con tus amigos y reservar ya tus próximas vacaciones en la cala paradisíaca de la Calobra. No te olvides de contarnos después tu experiencia y descubre Coron, Palawan: un paraíso terrenal.
Imágenes: Morfheos, Andreas Mariotti,Sergei Gussev, Iñigo Silanes, Mike, Nicola