Hace poco, concretamente el 6 de agosto, se ha cumplido el 70 aniversario del lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima. Fue la primera vez en la historia que se lanzó este arma letal sobre población civil y durante estos días, como cada año, se han realizado actos conmemorativos en el parque de la paz de la ciudad japonesa. Una ciudad que no quiere olvidar lo que pasó, pero que se refundó bajo unos principios pacifistas muy arraigados entre su población.
El parque de la paz de Hiroshima es posiblemente el lugar del mundo más representativo del poder de destrucción que tiene la raza humana. Construido justo debajo de donde explotó la bomba, a unos 600 metros del suelo, y que provocó la muerte de unos 140.000 japoneses, la mayoría civiles, ha sido testigo de 70 años de paz en territorio nipón y prueba visible de lo que provoca la guerra gracias al museo situado en su interior.
Obviamente es duro visitar el museo, lleno de imágenes y testimonios de lo que supuso el lanzamiento de la bomba por parte del ejército estadounidense pero es un esfuerzo que debemos hacer para concienciarnos de lo que supuso y lo que puede suponer si la historia de vuelve a repetir.
Hiroshima
La ciudad se construyó desde cero después de la guerra por lo que todos son edificios modernos con amplias avenidas y bellos parques. Y paseando por ella también podemos entender el mensaje que los japoneses quisieron dar al mundo con su reconstrucción. Fueron testigos del peor ataque de la historia y aún así se puede florecer igual que floreció la Adelfa, la primera especie en salir a la luz después de la bomba. No en vano, es la flor oficial de Hiroshima.
Así que, si vais a Japón, no dudéis en visitarla y daros una vuelta por el parque de la paz y su museo. Además, se puede llegar en 4 horas desde Tokio gracias a los trenes de alta velocidad nipones. Una visita que, seguro, no dejará indiferente a nadie.
Imágenes: kmf164, inefekt69, Jeremy Carver, Hansel and Regrettal