A veces recorremos miles de kilómetros para descubrir algún lugar insólito o particularmente hermoso sin darnos cuenta de que quizá lo tengamos a la vuelta de la esquina. Es lo que ocurre con la Garganta de los Infiernos para los españoles.
Situada en el Valle del Jerte, en Cáceres, esta reserva natural es todo un tesoro para los amantes del senderismo. Un lugar para recórrerlo despacio, disfrutando de los colores de cada estación y del ruido de riachuelos y cascadas.
Los Pilones
Es uno de los grandes tesoros que esconde este paraje. Un enorme bloque de granito que el agua ha ido esculpiendo durante miles de años para dar forma a un increíble conjunto de marmitas de gigante. Agua pura y cristalina cuyo reflejo va cambiando de color según avanzan las horas. La corriente salta de un pilón a otro, dando además forma a un curioso grupo de toboganes que los más atrevidos no dudan en disfrutar cuando el calor aprieta.
Saltos y cascadas
El agua es el gran protagonista en la Garganta de los Infiernos. A lo largo de todo el recorrido se suceden los arroyos, las cascadas, las piscinas naturales y algunos saltos de agua espectaculares cuando llega la época del deshielo, como el Chorrero de la Virgen.
El bosque
Un paisaje espectacular, rodeado de un denso bosque de alisos, fresnos, robles o abedules acompaña el recorrido de ríos y arroyos. Hay varias rutas para explorar esta reserva natural, algunas de escasa dificultad, otras aconsejables solo para senderistas. No importa cual se elija, cualquiera de los caminos permite disfrutar de increíbles rincones que, desde luego, no hacen honor al nombre de este paraje.
La Garganta de los Infiernos es un auténtico paraíso para los amantes de la naturaleza. Un lugar que merece la pena recorrer en todas las estaciones, porque en cada una de ellas encontraremos sonidos y matices completamente diferentes. Un lugar fantástico para disfrutar de una escapada.
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Imágenes: Miquel González Page, Angelvi, Jnj, Senderismo Sermar, Jesús Pérez Pacheco