Apenas alcanza los 100 km², pero esta isla alemana es toda una joya. Sylt, en aguas del mar del Norte, es la mayor de las islas frisias, un paraíso natural de forma extraña, con sus 38 kilómetros de largo por apenas unos centenares de metros en su parte más estrecha y algo más de 12 kilómetros en la más ancha. Unida al continente por un dique de 11 kilómetros, Sylt no destaca solo por su belleza paisajística.
Maravillosos paisajes
Sylt es un verdadero edén. Al oeste destacan sus playas, nada menos que 40 kilómetros de arena. Maravillosas, pero poco aconsejables para el baño, por cierto. ¿Por qué? Uno de los motivos, evidentemente, son las temperaturas, y el otro es el viento, que hace imprescindible refugiarse en las “körbe”, una especie de cestos de mimbre.
La parte este de la isla es bastante diferente. Una zona poblada por dunas que alcanzan los 50 metros de altura y por hermosas marismas. Un paisaje declarado Patrimonio de la Humanidad
Lugar perfecto para los amantes del deporte
La fuerza del oleaje en esta isla la hace perfecta para muchos ¿Adivinas por qué? Sí, para practicar deportes como el windsurf o el kitersurf. De hecho aquí se celebran grandes campeonatos.
Pero no solo deportes acuáticos, Sylt es perfecta para los amantes del golf gracias a sus 4 fantásticos campos. Y si prefieres otro tipo de actividades, prueba con la bicicleta, la isla es ideal para los que se decantan por los pedales gracias a sus kilométricos senderos, perfectamente acondicionados.
Lujo y glamour
Pero Sylt es también un auténtico tesoro para los amantes del lujo, de hecho hay quien la conoce como “la isla de los ricos”. La isla ya fue lugar de vacaciones para personajes de la talla de Thomas Mann. Su salto definitivo a la fama se produjo en los años 60, cuando la divina Brigitte Bardot la escogió para descansar.
Desde entonces Sylt se ha convertido en refugio de “ricos y famosos”. Tiendas de lujo, galerías de arte, coches de película…
Claro que si el presupuesto no llega para alquilar o comprar una casa (los precios son astronómicos) siempre puedes disfrutar de una jornada de relax es alguno de sus fantásticos balnearios o spas.
Más barato pero encantador puede resultar un paseo por alguna de las localidades de la isla, como Keitum, con sus calles empedradas y sus casitas típicas ¡auténticamente de cuento!
Una exquisita gastronomía
¿De repente te ha entrado hambre? No hay problema, en Sylt puedes encontrar desde restaurantes de comida tradicional a otros con varias estrellas Michelin…tú eliges. Pero lo que no puedes hacer es abandonar la isla sin probar las ostras, en la localidad de List hay un criadero que cultiva cerca de un millón de piezas al año.
Como ves, Sylt lo tiene todo ¿Conocías esta isla? ¿Quieres seguir recorriendo rincones de la hermosa Alemania? Acompáñanos y conoce algunos de sus más bellos pueblos y castillos.
Imágenes: Andrea – Cethosia, doritweber, Noop1958, Randolf Rautenberg, Ralf Roletschek.