Viena es una ciudad con mucho por ver, mucho por descubrir y mucho por disfrutar. Viena es una ciudad adictiva, antigua y moderna a la vez, multicultural y con una gastronomía digna de ser conocida. Pero ¿conoces sus puntos arquitectónicos de mayor interés?
Hundertwasser-Haus

Este curioso y bonito bloque de edificios fue diseñado por Friedensreich Hundertwasser, un artista austríaco multifacético, que consiguió sorprender tanto a los vieneses como a los turistas con sus fachadas ondulantes, irregularidades y gran colorido y vegetación (aproximadamente 250 árboles y arbustos forman parte de este edificio).
Se trata de una obra arquitectónica fuera de lo común, no se adapta a la convencionalidad y, en ocasiones, esta creatividad puede recordar la obra del arquitecto catalán Antoni Gaudí.
Amalienbad
Los años 20 fue un periodo de cambios y también el momento en el que se construyeron estos baños públicos. Tiene la piscina más grande de Europa, sus instalaciones son al estilo Art Déco y aunque con los años han tenido que ser reformados, aún conserva toda su esencia.

Su última reforma consistió en cambiar el tipo de iluminación, de la que se encargaron con mucho cariño los diseñadores PodPod Design, y cuyo objetivo era resaltar todos los pequeños detalles arquitectónicos e iluminar los mosaicos con motivos marinos. Equilibrio, simetría y belleza son los tres adjetivos que mejor definen estos baños que pronto tendrán 100 años.
Pabellones de Karlsplatz

Estas antiguas estaciones de metro, catalogadas como monumentos históricos y obra del arquitecto austríaco Otto Wagner en 1898, actualmente son una cafetería y una sala de exposiciones. Ambos pabellones fueron fielmente restaurados y su elegancia y refinamiento, sin excluir la modernidad técnica, aún pueden percibirse hoy. Sus grandes paneles con motivos florales y sus vidrieras son espectaculares.
Villas Wagner
Otto Wagner diseñó esta mansión como residencia de verano tras su segundo matrimonio y se inspiró en la obra de Palladio. Actualmente es el museo de Ernst Fuchs, un artista surrealista vienés.
Lo más destacable es su gran simetría y geometría. El arquitecto le dio una especial importancia a la entrada y quiso, ante todo, superar la arquitectura establecida utilizando azulejos y otros ornamentos. Sus vidrieras, elegantemente decoradas, son también uno de los puntos fuertes de esta magnífica mansión.
Iglesia de San Leopoldo del hospital de Steinhof
Una obra más del arquitecto austríaco Otto Wagner. Con este proyecto, considerado una obra maestra, consiguió romper con la estética tradicional de las iglesias y consiguió levantar el edificio religioso más importantes del siglo XX.

Su espectacular cúpula dorada puede verse desde cualquier punto de la ciudad y, con el tiempo, la iglesia se ha convertido en uno de los símbolos de Viena. Aunque se ha restaurado en varias ocasiones, siempre se ha respetado su esencia y su estilo.
Iglesia Wotruba
Este maravilloso y espectacular templo fue diseñado en 1976 por Fritz Wotruba, escultor austríaco considerado uno de los más importantes del siglo XX. Como dato curioso, Wotruba falleció antes de que se finalizara su construcción.

La iglesia es sorprendente ya a simple vista y para cualquier visitante es la oportunidad de entrar y conocer una forma de arte más común a pequeña escala. Está compuesta por ni más ni menos que 152 bloques de cemento, un inusual diseño para un edificio religioso.
Si creías que los palacios barrocos eran el único atractivo de Viena, ¿qué crees ahora?
Fotografías: Andrea Calvo Echenique, Kate, H.KoPP, Jürgen Mangelsdorf, Andrew Nash, Wojtek Gurak