En Aragón, a menos de media hora en coche de Zaragoza, se encuentra la comarca «Campo de Belchite». Un paisaje estepario dominado por los colores ocres que contrastan fuertemente con el azul del cielo; una región con un legado histórico impactante y estremecedor que recuerda amargamente los horrores de una guerra entre hermanos. Quizás todavía no tenías este destino en tu lista de lugares por visitar, pero estoy seguro de que después de que te cuente nuestra experiencia allí, vas a querer marcar una fecha en el calendario para visitarlo.

En el Viajero Feliz hemos tenido la oportunidad de visitar Campo de Belchite a fondo y la verdad es que nos ha sorprendido gratamente. En este artículo te ofrecemos una guía completa para descubrir esta región y disfrutar de todas las experiencias que puede ofrecerte.

5 motivos por los que visitar Campo de Belchite

Antes de comenzar con el viaje y para ir abriendo boca, te voy a dar los 5 motivos por los que deberías visitar Campo de Belchite.

Historia: Esta región tuvo un papel protagonista durante la Guerra Civil española. Con epicentro en el municipio de Belchite, fueron muchas las batallas que acontecieron aquí. Hoy en día es uno de los mejores lugares de España para apreciar las consecuencias de la guerra, todavía se puede ver el pueblo viejo de Belchite destruido en los bombardeos, así como toda una basta infraestructura de bunkers, nidos de ametralladoras y otras estructuras militares.

Turismo activo: Si eres de los que disfrutan con la actividad física en sus viajes, en Campo de Belchite encontrarás numerosas opciones. Tiene una red de más de 300 kilómetros de senderos para disfrutar de buenas caminatas, excursiones con mountain bike o incluso salidas a caballo.

Naturaleza: En Campo de Belchite se encuentra «El Planerón» una reserva natural propiedad de SEO/Birdlife con importancia ornitológica protegida (en él se puede observar, además de otras aves, a la escurridiza Alondra de Dupont en las rutas de observación de aves que se organizan). Además, podrás recorrer la Ruta de las Grandes Hoces, un paisaje excepcional con un origen geológico todavía misterioso.

El legado de Goya: Francisco Goya, uno de los grandes maestros de la historia del arte, nació en Fuendetodos, un pequeño pueblo de esta comarca. En Fuendetodos, cuna de Goya, se puede visitar su casa natal y el museo del grabado en el que se pueden observar las cuatro series de grabados de este pintor: Los desastres, la tauromaquia, los disparates y los caprichos (además de otras obras de artistas invitados).

Gastronomía: La gastronomía también es un punto importante de este viaje. En Campo de Belchite podrás visitar Almazaras que siguen produciendo aceites de olivares centenarios, probarás deliciosos quesos artesanos o incluso catarás algunos de los vinos con carácter que se preparan en esta tierra. Todo ello sin olvidar algunos de los platos clásicos de Aragón como el ternasco.

Ruta de 4 días en Campo de Belchite

Si finalmente decides visitar Campo de Belchite, esta ruta que nosotros hicimos en 4 días te resultará una buena referencia.

Día 1. Paseando entre olivos

Desde Barcelona cogemos el AVE hasta Zaragoza y en menos de hora y media llegamos a la estación Delicias. Allí nos espera un coche que nos lleva hasta Codo, una localidad de no más de 200 habitantes situada en el corazón de Campo de Belchite y en la que se encuentra nuestro alojamiento.

«Casa Altero» será nuestro campamento base desde el que recorreremos toda la zona. Se trata de una excelente casa rural levantada en las antiguas dependencias que el Monasterio de Rueda construyó en Codo. En sus paredes todavía pueden verse frescos y hasta una capilla de aquella época.

Casa Rural El Altero - Codo

Comemos algo, nos refrescamos y salimos al atardecer hacia «Molino Alfonso», una almazara en la que se lleva produciendo aceite de gran calidad y con olivos de la zona, desde hace más de cien años. Allí conocemos a Tino, cuarta generación de la familia dedicada a la elaboración de aceite.

Pero antes de enseñarnos cómo se elabora el aceite, Tino nos lleva a conocer mejor la materia prima. Nos guía hasta un bosque de olivos en el que árboles centenarios nos ofrecen aceitunas de la variedad empleltre, una variedad tradicional de la zona cuyo sabor tiene toques de almendra y manzana.

Molino Alfonso

Pero en este bosque hay un olivo que llama la atención por encima del resto. Un olivo de tronco ancho y raíces profundas con una edad difícil de calcular. Podría subir una foto de él en este artículo, pero no lo voy a hacer, si quieres conocerlo, tendrás que hacerle una visita. 😀

Una vez terminado el recorrido por el olivar nos fuimos a la Almazara para que Tino nos explicara el proceso de elaboración del aceite: desde la recogida de la aceituna hasta el envasado de tan preciado líquido. Un proceso más laborioso de lo que podríamos pensar.

Los olores de la almazara poco a poco nos iban abriendo el apetito, por suerte, la visita culminaba con una cata de aceites y es entonces cuando pudimos disfrutar realmente de todo lo que habíamos aprendido a lo largo del día. Probamos dos variedades de aceites preparadas en esta almazara, la variedad empreltre y la variedad arbequina. Primero fue una cata a ciegas en la que ni siquiera podíamos ver la tonalidad del aceite para que así el resto de sentidos se agudizaran. Después, pudimos probar el aceite con diversos productos de la zona. ¡Maravilloso! Nos pusimos las botas.

La visita a la almazara de Tino es sin duda un paso obligado de este viaje, pero recuerda, si quieres hacer tú una cata también, deberás llamar previamente para reservar cita.

Molino Alfonso Almazara

Como la almazara quedaba cerca del pueblo viejo de Belchite, quisimos aprovechar para hacer unas fotos desde el exterior. (Actualmente no se puede entrar en el recinto si no es con una guía oficial ya que existe riesgos de derrumbes y sin la experiencia de un profesional, podría resultar peligroso). El Sol ya había comenzado a esconderse y la luz pintaba un lienzo ideal sobre las estructuras ya derruidas del pueblo que alguna vez fue Belchite. La imagen resultaba sobrecogedora.

Belchite viejo

Día 2. Viajando al pasado y disfrutando de la naturaleza

El segundo día nos despertamos temprano: teníamos muchos planes en nuestra agenda y muchas ganas de poder realizarlos todos. ¿Qué mejor forma de comenzar el día que con un buen desayuno de productos de la zona? (queso de Letux, embutidos artesanales, mermeladas caseras, miel) ¡Rico, rico!. Eva y Marta de Casa Altero fueron las responsables de que no nos faltaran energías gracias a los super-desayunos que nos preparaban.

Desayuno en Belchite

Cogimos las cámaras, nos pusimos las mochilas y nos dirigimos en coche desde Codo hasta el pueblo viejo de Belchite (unos 5 minutos). Allí nos esperaba Carlota, nuestra magnífica guía que nos enseñaría las ruinas del pueblo y nos explicaría su historia y algunas de sus curiosidades.

Belchite Viejo Ruinas


Contexto del pueblo viejo de Belchite

[Si ya conoces la historia de este pueblo, puedes saltarte esta sección]

Durante la guerra civil española Belchite se convirtió en una de las peores pesadillas del ejército popular. Entre 3.000 y 7.000 soldados nacionales se habían atrincherado en este pueblo para retrasar el avance de las tropas enemigas hacia Zaragoza. Y aunque en un primer momento carecía de gran importancia estratégica, las fuerzas republicanas decidieron eliminar el foco de resistencia.

Belchite ruinas

El problema es que esto no resultó tan fácil como habían pensado, perdieron hombres y recursos y se vieron obligados a cercar y bombardear el casco urbano para acabar con los ánimos y las fuerzas de los defensores. Finalmente la brigada internacional logró tomar Belchite, pero para entonces el pueblo ya estaba completamente destruido.

Una vez finalizada la guerra, Franco decidió no restaurar el pueblo viejo sino construir uno nuevo al lado. Sería una herramienta propagandística para demostrar la destrucción que habían causado «los rojos». Desde entonces el pueblo viejo no ha ido a mejor: los saqueos, el bandalismo y la naturaleza han hecho mella y lo que queda del pueblo es sólo un reflejo de lo que fue en su día


Visita a Belchite

Una de las cosas que más llaman la atención al entrar en Belchite Viejo es lo atractivo que resulta a pesar de la destrucción. No es que quede mucho en pie, pero, con todos los respetos, las ruinas que quedan conforman un pueblo fantasma con un encanto místico. Posiblemente esto se deba a que no existen muchos lugares como este en los que se pueda apreciar la devastación provocada por la guerra.

Belchite viejo historia

La torre del reloj, las ruinas de la iglesia de San Martín, el convento de San Rafael, el convento de San Agustín o el arco de la villa son algunos de los puntos que más te sorprenderán de la ruta. Pero el simple hecho de caminar por las calles escuchando la narración de la batalla puerta a puerta que allí aconteció; resulta impresionante.

Como curiosidad cabe mencionar que Belchite ha servido de escenario a numerosos rodajes cinematográficos y publicitarios. Entre ellos el rodaje de la película «Las aventuras del baron de Munchausen» o el reciente anuncio publicitario del juego Mobile Strike en el que aparece Arnold Schwarzenegger paseando por las ruinas de este pueblo.

Belchite ruinas historicas

Una vez terminada la visita del pueblo viejo de Belchite, cogimos el coche rumbo a Fuendetodos (20 minutos). Se trata de la pequeña y pintoresca localidad en la que nació Francisco Goya, nuestro objetivo: Visitar la casa natal de Goya y descubrir parte de su obra en el museo del grabado y la sala ZuloagaFuendetodosVisitamos el interior de la casa de Goya que aún conserva es aspecto rural de aquella época, muy interesante descubrir la disposición que tenía entonces la casa e imaginar cómo debió ser la vida de este artista en ella. La verdad es que la casa llama la atención ya que es un tipo de construcción que no se ve en el resto del pueblo.

Justo al lado de la casa se encuentra la Sala Zuloaga que en esta ocasión exponía la obra de Eduardo Naranjo; no conocíamos previamente a este artista, pero todos quedamos encantados al descubrir su obra.

Después de comer, tomar un café y reponer energías llegaba nuestro plan de la tarde que rompía con la tónica de la mañana. Tocaba turismo activo, tocaba andar y pasear por El Planerón para observar a las aves que allí habitan. Nuestro guía fue Iván, un auténtico crack que además de sus conocimientos de biología y ornitología, nos sorprendió con grandes dosis de historia de la guerra civil.

El planeronEn El Planerón nos acercamos hasta una cabaña de avistamiento cerca de un pequeño estanque artificial. A pesar de que las aves de esta zona son un poco escurridizas, tuvimos la suerte de ver unas cuantas y de descubrir gracias a Iván, algunos de sus curiosos comportamientos. Independientemente del aspecto semi-desértico de esta zona, tiene una gran importancia ornitológica y es por ello que visitantes de todo el mundo llegan hasta aquí para observar algunas de sus aves que la habitan.

Tanto si eres un aficionado a la ornitología como si no lo eres, estas excursiones son muy recomendables. No sólo te permiten hacer un poco de deporte, sino que también resultan muy entretenidas. Localizar aves y seguirlas silenciosamente sin que detecten nuestra presencia tiene un poco de aventura y de trabajo en equipo.

El planeron aves

Cuando terminamos en El Planerón, volvimos a nuestra casa rural, encendimos la Barbacoa y nos preparamos una buena cena. La noche era un buen momento para recapitular y recordar todo lo que habíamos visto a lo largo del día.

Día 3. Deporte y misterio

Nuestro tercer día en Campo de Belchite también comenzó con un buen desayuno (para no perder la costumbre), pero en esta ocasión, el desayuno contundente estaba más que justificado: Nos tocaba un día de turismo activo, así que nos pusimos nuestras prendas más deportivas y las zapatillas de montaña y salimos dirección a la Ruta de las Grandes Hoces.

Las hoces son unas formaciones geológicas similares a los cañones con profundas paredes rocosas. Después de haber visto el día anterior la gran planicie esteparia de «El planerón» ver las hoces nos resultó muy sorprendente. Estas grandes grietas de roca están llenas de vegetación a diferencia del paisaje que las rodea. A simple vista podría parecer que un río transcurre en lo más profundo de estos cañones, pero no es así, la vegetación sólo surge porque en el interior de las hoces se conserva la humedad. De hecho, muchos geólogos consideran que la formación de estos grandes socavones se debe al hundimiento de los techos de grandes cuevas hace muchísimos años. Sea como sea, son dignas de ver.

Hoz Mayor Fuendetodos

Conforme nos vamos acercando a la Hoz Mayor de Fuendetodos, Iván, nuestro guía de referencia, nos pide que seamos silenciosos. En las paredes de roca hay nidos de buitres y otras aves, que de notar nuestra presencia, se asustarían y se esconderían. Nuestro sigilo dio sus frutos, cuando llegamos a un punto desde el que podíamos visualizar bien toda la hoz, sacamos el telescopio y vimos varios nidos con sus respectivas crías de buitre. ¡Espectacular!

Observadores de aves

Una vez terminamos esta fabulosa ruta que puso a prueba nuestro nivel físico, nos fuimos a descansar a nuestra casa rural, nos esperaba una noche, cuanto menos, intensa…

Antes de ir a nuestro siguiente punto, fuimos a cenar al pueblo nuevo de Belchite, más concretamente al Bar Ernesto. ¡Todo un acierto! Tiene unas tapas y unas raciones fabulosas y los postes….ay los postres…

Bar Ernesto Belchite

¡Volvemos al pueblo viejo de Belchite! ¿Por qué? Porque vamos a hacer la visita nocturna. Una visita en la que el misterio es el protagonista. Y es que no lo he mencionado antes pero Belchite se ha convertido también en un enclave muy relevante para los amantes de lo paranormal (si conoces a Iker Jimenez ya sabes de lo que hablo). Son muchas las personas que aseguran que en Belchite ocurren cosas paranormales y no son pocos los que han llegado a grabar psicofonías en las que se escuchan las voces de algunos de los caídos en la guerra.

Belchite de noche

Si Belchite da un poco de miedo a plena luz del día, se podría decir que por la noche no mejora. Carlota, la guía que nos enseñó el pueblo por la mañana, también fue nuestra guía en la visita nocturna; pero por la noche, las historias son diferentes así que no dudes en repetir. En la visita nocturna se cuentan otro tipo de anécdotas y curiosidades un poco más aterradoras. Tanto si te gustan los temas paranormales o escabrosos, como si no, esta visita nocturna también merece mucho la pena: sólo pasear por este pueblo a oscuras, es toda una EXPERIENCIA.

Belchite visita nocturna

Después de descubrir los misterios más ocultos de Belchite, seguro que a más de uno le costaría conciliar el sueño. A nosotros, más que por los fantasmas, nos tuvo despiertos el saber que al día siguiente acabaría nuestra aventura.

Día 4. Vinos y despedidas

¡Último día! Ohhh… Pero antes de deprimirse, ¿por qué no disfrutar de lo que nos queda por hacer? Nuestro tren salía al mediodía, aún teníamos toda la mañana para disfrutar de lo que Campo Belchite aún nos reservaba.

Empezamos la mañana quedando con Iván, pero en esta ocasión, no íbamos a buscar nidos de aves sino nidos de ametralladoras, bunkers y otras construcciones bélicas que quedaron en la zona después de la batalla. Nos adentrábamos en la ruta de las huellas de la Guerra Civil.

Bunkers belchite

Nos sorprendió un montón la cantidad de edificaciones militares que se construyeron en aquél entonces y que aun quedan en pie. Básicamente, alrededor de todos el pueblo de Belchite, se construyeron tanto refugios para defenderse de los atacantes, como puestos de artillería para atacar a los defensores. Además parece ser que las tropas del bando nacional contaban con ingenieros alemanes que les asesoraron en la construcción de la línea defensiva. Gracias a esto en parte resistieron tanto pese a estar en desventaja numérica.

También visitamos el Antiguo Seminario de Belchite. Un lugar donde se produjeron virulentos ataques por parte de la guardia de asalto republicana que intentaba acabar con un grupo de requetés que allí se habían atrincherado. La batalla fue encarnizada, aún se pueden observar los orificios formados por las balas y las explosiones de artillería. Incluso hay una pared en la que se pueden apreciar unos disparos de lo que parece fue un fusilamiento.

Seminario Belchite

Finalmente las tropas republicanas lograron tomar la posición y unos 60 requetés consiguieron escapar rompiendo la línea republicana. Así es como quedó el edificio. Nos fuimos de allí con la certeza de que muchas personas habían perdido la vida en ese lugar, era lo que transmitía su atmósfera.

Seminario antiguo Belchite

Después de visitar el seminario tocaba despedirse de Campo de Belchite. ¿Qué mejor forma de hacerlo que hacerlo en unas bodegas de vino de la zona? ¡Y así fue! Nuestra última visita fue a las bodegas Tempore. Unas bodegas familiares que se enorgullecen de el carácter propio y generacional de sus vinos. Además, otro aspecto diferenciador de estas bodegas es que son ecológicas y por lo tanto la forma con la que tratan sus vides es totalmente natural. Pudimos hacer una cata de dos de sus magníficos vinos: un tinto y un rosado. Sin duda fue un broche perfecto para un viaje fenomenal. ¡Fue una pena ir con las mochilas tan cargadas, de otro modo, nos hubiéramos llevado media bodega con nosotros!

Bodegas tempore

Espero que os haya gustado nuestra experiencia en Campo de Belchite y que si tenéis la oportunidad de viajar a este lugar: ¡No os lo perdáis! Es un viaje ideal para toda la familia y sobre todo para reunirla si está separada en ciudades como Madrid y Barcelona ya que Belchite queda en un punto equidistante. ¡Hasta la próxima viajeros felices! Cualquier duda, sugerencia o experiencia que tengáis sobre este destino, podéis comentárnosla más abajo.