Si visitas el departamento del Cauca, en Colombia, por nada del mundo te puedes perder esta aventura: subir el volcán Puracé. Una experiencia que se quedará en tu memoria por siempre. ¿Te animas a vivir esta aventura?
Volcán Puracé, la Montaña de Fuego
El volcán Puracé se encuentra a 52 km de la ciudad de Popayán, sobre la Cordillera Central y forma parte del Parque Nacional Puracé. Su altura es de 4.646 metros y es uno de los volcanes más activos de Colombia.
Este hermoso volcán pertenece a la Cadena volcánica de los Coconucos que comprende los volcanes de Puracé, Piocollo, Quriquinga, Calambas, Paletara, Quintín, Los Charcas, Manchagara, Pan de Azúcar y Pucará.
Para subir el volcán deberás primero llegar a un lugar conocido como «La Mina». Aquí es donde se extrae el azufre para diferentes usos. Está prohibido subir solo, así que necesitarás el acompañamiento de un guía local. Hay bastantes así que no tendrás problema.
El ascenso puede realizarse de dos maneras: con buen clima o con mal clima. Se dice que el volcán siente las energías positivas y negativas de las personas, su disposición a la aventura y actitud de respeto, así que si el clima no es muy bueno más te vale ponerle actitud, ¡verás que pueden suceder cosas casi mágicas!
El trayecto hasta «la base» dura unas dos horas y podrás disfrutar de los más bellos paisajes del páramo, donde las plantas parecen tener abrigos y el agua brota de todas partes. En la base podrás decidir si continuas o no, ya que este es el punto más cercano al volcán. En este momento es posible que tengas mucho frío, así que es conveniente llevar dulces para recuperar la energía.
Si decides seguir serán otras dos horas hasta la cima y una o dos de regreso, dependiendo de tu ritmo. El camino empieza a llenarse de colchones de agua repletos de flores y pequeños hongos. Un paraje increíblemente mágico. Más arriba la vegetación empieza a disminuir y las enormes rocas, que parecen sacadas de una película de extraterrestres, llenan el paisaje. Son perfectas como refugio contra el viento implacable. Eso sí, una vez descanses un poco, ¡prepárate! porque viene la parte más empinada. El último tramo para llegar a la cima. Darás cinco pasos y retrocederás dos, ya que la altura se empieza a sentir y la arena se resbala en tus pies, ¡pero no te desanimes que viene lo mejor!
Llegar a la cima es una sensación increíble, a pesar del frío y de las buenas o malas condiciones que te hayan acompañado durante el viaje. Lo que sí es seguro es que tendrás la satisfacción de haber subido la Montaña de Fuego y, si el volcán te lo permite, podrás ver el increíble y majestuoso cráter. ¡Lo lograste!
Esta actividad es perfecta para romper la rutina y conectarse con la naturaleza. ¿Qué esperas? No olvides llevar ropa adecuada para clima frío, impermeables, botas de caucho y alimentos energéticos, ¡nos vamos a la aventura!
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Imágenes: Estefanía Bautista