París, la ciudad del amor, es considerada también la ciudad de los monumentos. Siendo la capital de Francia, un país con una increíble historia, en ella se han dedicado monumentos a todo tipo de acontecimientos. Pero sin duda, el más impresionante de ellos es el Arco del Triunfo, el monumento a la victoria más famoso del mundo.
Fue mandado construir por uno de los hombres más importantes de la historia universal, Napoleón Bonaparte. En su mente se dibujaba una entrada triunfal de sus soldados al estilo de las que hacían los romanos en su capital y por eso pensó en un arco a imagen y semejanza del Arco de Tito. Pues bien, después de la victoria en la batalla de Austerlitz, prometió a su ejército que volverían a casa bajo arcos triunfales. Y se puso a ello. Lástima que él no lo pudiera utilizar ya que se terminó 30 años después de que se mandara construir en 1806.
Levantado en la actual plaza de Charles de Gaulle, conecta con la plaza de la Concordia gracias a los Campos Elíseos, posiblemente una de las calles más bonitas del mundo. Además, su enorme rotonda tiene 11 brazos más que se expanden por todo París.
Cómo visitarlo
No os atreváis a cruzar por la rotonda, es posiblemente la más peligrosa del mundo debido al gran número de coches que pasan por ella en cada momento. Por ello, tiene entradas subterráneas por las que podréis llegar cómodamente.
La entrada general vale 9.50€, aunque los menores 18 años y los que tengan entre 18 y 25 años y sean ciudadanos de la Unión Europea pueden entrar gratis. Y por supuesto merece la pena, ya que dentro del Arco del Triunfo se encuentra la tumba del soldado desconocido, con una llama eternamente encendida en recuerdo a los fallecidos en la I Guerra Mundial, un museo y como no, las escaleras para disfrutar de unas de las vistas más espectaculares de París.
Pero obviamente París no es solo el Arco del Triunfo por lo que aquí os damos más ideas para conocerla en profundidad.
Imágenes: oatsy40, Loïc Lagarde, Esa L, Erik B.