Este pequeño país centroeuropeo es una joya cultural imprescindible para conocer cuando se viaja por tales latitudes. Sus exquisitas muestras arquitectónicas, erigidas en el transcurso de una maravillosa historia, y sus impresionantes paisajes naturales la hacen un recorrido único. Hoy en El Viajero Feliz te contamos qué ver en Austria.
La historia de Austria se remonta a la Prehistoria, con sus antiguos asentamientos celtas que luego pasaron a formar parte del Sacro Imperio Romano. Luego, presa de invasiones bávaras y eslavas, llegó a las manos de los Habsburgo que la llevaron a su apogeo, imprimiéndole la mayor influencia que hoy podemos observar a lo largo y ancho de la nación. De hecho, su larga historia explica muchas de las interesantes curiosidades de Austria que conocemos actualmente.
No tiene salida al mar, pero está atravesado por el Danubio que, al ser perfectamente navegable, le permitió alcanzar un gran poder comercial. Por último, los Alpes le otorgan a su historia un escenario maravilloso donde hay mucho por ver, hacer y conocer. Por eso, para que no te pierdas de nada, te ofrecemos una lista con 10 lugares imprescinibles que ver en Austria. ¿Comenzamos?
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Qué ver en Austria: 10 lugares imprescindibles
1. Palacio de Schönbrunn
Uno de los edificios históricos más importantes que hay que ver en Austria es el Palacio de Schönbrunn. Llamado también «el Versalles vienés» ha sido, desde el siglo XIX, una de las principales atracciones turísticas de la capital austríaca de Viena. Desde 1996, el palacio junto a sus hermosos jardines forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Fue construido en el siglo XVII y sirvió como la residencia de verano de los Habsburgo, la familia imperial durante muchos años.
Hoy en día las habitaciones funcionan como salas de museo donde se puede apreciar la suntuosidad de su decoración, que te permitirá hacerte una idea de la vida que llevaban las familias más poderosas de la época. Durante sus recorridos podrás conocer la Gran Galería, el Salón Chino Circular, el Salón del Desayuno y el Salón Chino Azul, que vieron pasar personajes tan ilustres como la emperatriz María Teresa y el rey Carlos I.
2. Palacio Belvedere
Ubicado en Viena, el Palacio Belvedere es un conjunto de dos palacios considerados el mayor exponente del barroco de la ciudad. Ambos se encuentran unidos por un enorme jardín francés. Los palacios fueron construidos entre 1714 y 1723 como la residencia de verano del príncipe Eugenio de Saboya, con la intención de celebrar fiestas que aumentaran su popularidad. Después de la muerte del príncipe, María Teresa adquirió el conjunto palaciego.
En el interior del Belvedere podrás ver colecciones de pintura que van desde la Edad Media hasta nuestros días, incluyendo obras representativas del barroco, arte medieval, neoclasicismo, romanticismo. También son recomendables la Sala de los Espejos, la Galería de Mármol y la Sala de los Grotescos.
Sin embargo, los visitantes suelen estar de acuerdo en que el mayor atractivo del conjunto es su jardín francés, hermosamente decorado con fuentes y esculturas que lo convirtieron, en su época, en uno de los jardines más hermosos de toda Europa y un lugar perfecto para alejarse y descansar de la ciudad sin tener que abandonarla.
3. Fortaleza de Hohensalzburg
Ubicada en Salzburgo y con más de 900 años de historia, la Fortaleza de Hohensalzburg es la más grande y mejor conservada de todas las fortalezas de Europa. Esto la convierte en un lugar verdaderamente imprescindible que ver en Austria. Su construcción definió para siempre el horizonte de Salzburgo y se ha convertido en un símbolo inequívoco que aparece en prácticamente todas las postales de la ciudad austríaca.
Para acceder a la impresionante fortaleza, hoy convertida en museo, puedes tomar un funicular, aunque también, si estas en buena forma física, puedes llegar a pie a lo largo de un camino. Si vas por esta última vía, podrás conocer distintos parajes que harán que la caminata valga la pena. En su interior podrás visitar distintas salas que exponen objetos cotidianos y artefactos de guerra que formaron parte de la vida del castillo por más de nueve siglos. Todo ello en un ambiente gótico que te hará sentir parte de su historia.
4. Palacio de Mirabell
El Palacio de Mirabell es uno de los edificios más hermosos que hay que ver en Viena. Fue construido en 1606 por orden del príncipe arzobispo Wolf Dietrich Raitenau como residencia y muestra de amor a Salomé Alt. Sin embargo, solo 6 años después, Wolf Dietrich fue depuesto y arrestado, por lo que Salomé fue expulsada junto a su familia del palacio. En 1710 el castillo se reconstruyó en el estilo ostentosamente barroco que hoy podemos apreciar.
En el interior del palacio se encuentra la Sala de Mármol, un salón utilizado por el Dietrich Raitenau como sala de baile durante sus festejos. Hoy en día se utiliza como uno de los salones de boda más hermosos del mundo. Sin embargo, los jardines de Mirabell son, al igual que los del Shönbrunn, uno de sus mayores atractivos. Cuenta con muchos elementos decorativos como la Fuente de Pegaso, el Teatro de Setos y el Jardín de los Enanos que, entre muchos otros, lo convierten en un paseo placentero que te permitirá escaparte del bullicio de la ciudad.
5. Ópera Estatal de Viena
La Ópera Estatal de Viena es el hogar de la compañía de ópera más importante del mundo. El edificio de corte neorenacentista, construido entre 1861 y 1869, fue un proyecto muy ambicioso y criticado en la época. Se dice que provocó la muerte de sus arquitectos encargados, que no llegaron a ver la obra concluida.
El edifico tuvo que ser sometido a una gran reconstrucción después un bombardeo durante la II Guerra Mundial, del que solo se salvaron la escalera, la fachada principal, la gran escalera central y el vestíbulo con los hermosos frescos de Schwind. Para conocerla debes apuntarte a una visita guiada. Aquí podrás recorrer los espacios originales ya mencionados, así como su impresionante auditorio para 2 800 personas y un salón del té, donde las mayores estrellas del escenario toman sus descansos en los entreactos.
6. Salzkammergut
Considerado uno de los paisajes naturales más hermosos de toda Austria, Salzkammergut es un distrito montañoso de 650 km² que se reparte entre Alta Austria, Salzburgo y Estiria. Su nombre proviene de las salinas de la región que han sido explotadas desde hace unos 7 000 años, es decir, desde la Edad de Bronce. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en el año 1997.
El paisaje de las salinas está atravesado por los Alpes austríacos. En su haber podrás encontrar 27 lagos con paseos en botes y rodeados de sederos, cinco cuevas donde encontrarás un museo arqueológico con piezas prehistóricas, dos trenes, trineos de verano y conciertos al aire libre cada martes, entre muchas otras actividades distribuidas a lo largo de la región. Un lugar verdaderamente imprescindible que ver en Austria.
7. Museo de Historia del Arte de Viena
Inaugurado en 1891, es uno de los primeros museos de bellas artes del mundo, así como el más visitado de Viena. Se ubica enfrente del Museo de Historia Natural, que fue construido con el mismo diseño, a modo de espejo, de la hermosa Plaza de María Teresa. La belleza de los edificios junto a las obras que alberga, lo convierten en un lugar imprescindible que ver en Austria.
El emperador Francisco José I encargó la construcción del complejo museístico con la finalidad de proteger y compartir con el mundo la impresionante y valiosísima colección artística de los Habsburgo. Entre sus salas podrás ver exposiciones dedicadas a antigüedades griegas, romanas, orientales y de Egipto.
Verás momias, objetos religiosos, esculturas y una exposición de pinturas que abarcan desde el siglo XV hasta el XIV, ordenadas geográfica y cronológicamente, con obras de Velázquez, Tiziano, Rembrandt y Rafael, solo por mencionar algunos.
8. Abadía de Melk
La Abadía de Melk es uno de los monasterios cristianos más importantes del mundo. Su construcción data de principios del siglo XVIII, pero su historia se remonta al siglo XI cuando Leopoldo II donó uno de sus castillos a los monjes benedictinos, quienes crearon una escuela y una importante biblioteca.
Está emplazada sobre un acantilado rocoso, desde donde domina el Danubio. Y es, con toda seguridad, uno de los ejemplos más hermosos del barroco austríaco. El interior de la Abadía guarda tesoros que la convierten en una parada obligatoria que ver en Austria.
Su biblioteca, exquisitamente decorada y con más de 85 000 volúmenes y manuscritos de un valor incalculable; su majestuosa iglesia con esculturas doradas, columnas de mármol y fantásticos frescos; así como su museo sacro, sus jardines y una espectacular terraza te harán sentir que estás en un paraíso histórico y cultural del que nunca te podrás olvidar.
9. Grossglockner
El monte Grossglockner se traduce al español como «Gran Campanario». Es, con 3 798 m s.n.m., la montaña más alta de los Alpes austríacos y, después del Mont Blanc, la segunda de toda la cadena alpina en cuanto a su altura relativa. Para llegar a ella debes transitar por la Grossglockner Hochalpenstrasse, la carretera más famosa de Austria.
La Grossglockner Hochalpenstrasse forma parte del Parque Nacional Hohe Tauern. A lo largo de sus 48 km te hará superar un desnivel de 1 500 m, lo que te permitirá contemplar las panorámicas más variadas mientras atraviesas distintas zonas climáticas, pasando por prados y bosques, hasta llegar a los 2 369 msnm, donde verás la nieve eterna de los glaciares de la imponente Gossglockner.
10. Cataratas Krimml
Ubicadas también en el Parque Nacional Hohe Tauern, las Cataratas Krimml es otra de las maravillas naturales que hay que ver en Austria. Tiene una altura total de 380 metros, lo que la convierte en la cascada más alta de la nación y en un importante paradero turístico que atrae a más de 400 000 visitantes cada año. Ello hace que, eventualmente, colapsen las calles de la pequeña y apacible localidad homónima de Krimml.
En la entrada del parque encontrarás información de los distintos senderos que puedes tomar. Estos te llevarán a diversos puntos de la cascada, cada uno con una perspectiva variada, pero todos con algo en común: la bruma que se desprende de las cataratas. Estas se consideran medicinales y todo aquel que se deja envolver en ellas puede notar de inmediato una mejora en su respiración, siendo especialmente beneficiosas para aquellos que sufren de asma y alergias.
En el parque encontrarás también un restaurante con vistas privilegiadas a las caídas de agua, así como juegos interactivos y educativos que entretienen a grandes y pequeños.
Sabemos que aún tiene mucho más para ofrecer. Por eso queremos que nos cuentes qué otros lugares que ver en Austria crees que faltan en nuestra lista. Con tu ayuda haremos de nuestros paseos una experiencia inolvidable 🙂
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