¡Bienvenido nuevamente a El Viajero Feliz! Sabemos que te fascina descubrir lo que el mundo guarda en cada uno de sus rincones. Es por eso que, en esta ocasión, hemos recorrido todo el camino hasta Europa Central para sentarnos a la mesa y probar la comida típica de República Checa, un país reconocido por sus deleites arquitectónicos, su historia y sus costumbres.
¿Y por qué nos dedicamos a la cuisine y no a recorrer sus calles? Creemos que una de las principales riquezas de viajar radica en la posibilidad de tener acceso a determinadas experiencias que no podríamos encontrar cerca de casa. La cocina es, sin duda, parte de esta aventura. ¡Tu paladar lo agradecerá!
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Comida típica de las República Checa: introducción a su gastronomía
La comida tradicional de República Checa guarda una importante relación con la cocina de Europa del Este y Europa Central, recibiendo una influencia directa de países como Alemania y Austria. Esto podrás observarlo por ti mismo en algunos de los platos que enumeraremos a continuación.
Además, su rico entorno natural habilita la presencia de una variedad de verduras, hortalizas y frutos del bosque en cada una de sus comidas, así como también hallarás setas y carnes, principalmente de cerdo, pollo y ternera. Las sopas también cumplen un rol fundamental en la gastronomía checa, dado que las bajas temperaturas llevan a sus pobladores a buscar un shock de calor momentáneo y delicioso.
Hablamos de platos abundantes que suelen ser acompañados por una cerveza, bebida imprescindible para los checos. ¿Sabías que han batido el récord como la población con mayor consumo de cerveza en el mundo entero, y que cada 27 de septiembre celebran el día de este símbolo nacional? En tu paso por este país, no debes desaprovechar tu oportunidad de probarla, del mismo modo en que te sugerimos visitar sus restaurantes y puestos de comida callejera para sumirte en una parte de la cultura a la que vale la pena dedicar unos mordiscos.
Para guiarte en tu búsqueda culinaria, acompáñanos a descubrir ahora los platos típicos de República Checa. ¡No te pierdas nuestro bonus track de bebidas al final del artículo! ¡La mesa está servida!
Platos imprescindibles de República Checa
1. Goulash
La primera de las comidas típicas de República Checa es el goulash, un plato originario de la cocina húngara. Sin embargo, los checos han encontrado la manera de incorporarle nuevos ingredientes y una presentación alternativa. En este país, el menú consta de una carne estofada sumergida en salsa, usualmente acompañada de knedlíky, el infaltable de la mesa checa.
Al modo de una deliciosa sopa, esta comida se sirve dentro de un pan al que se le ha retirado la miga, convirtiéndolo en una excéntrica delicia que no puedes dejar de saborear como buen viajero feliz.
2. Bramboračka
Un plato que encontraremos realmente satisfactorio es la bramboračka, una sopa que será tu aliada número uno durante cada día helado. Es una de las comidas más populares de la República Checa y no debería sorprendernos. Se encuentra elaborada con patatas, una dosis de champiñones y otras verduras a elección del cocinero. Para aderezarla, se agregan especias tales como pimienta y perejil.
Suele consumirse a modo de entrada, aunque, indudablemente, también es perfecta para disfrutar como plato principal. Podríamos asegurarte que se trata de una comida sumamente sabrosa, pero lo mejor será que… ¡te aventures a probarla! Luego nos cuentas en la sección de comentarios qué te ha parecido.
3. Tatarák
Otro de los imprescindibles dentro de la comida típica de la República Checa es el tatarák. A pesar de inspirarse en el tartar de carne francés, la versión que aquí presentamos goza de su propia popularidad. Su presentación es un plato de carne triturada, que se consume cruda y se sazona con especias, aderezos y salsas varias, siendo la de tomate Worcestershire la más habitual.
Se acompaña de tostadas, huevo, cebolla picada y dientes de ajo para un sabor fuerte y novedoso. Si bien se sirve mezclado, también se estila una presentación de ingredientes desplegados alrededor del plato para que el comensal los integre a gusto. Podrás acompañarlo con unas sabrosas tostadas fritas, llamadas topinky, y enriquecer la experiencia con una deliciosa cerveza checa.
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4. Trdelník
El trdelník es cien por ciento uno de los favoritos entre los dulces de la República Checa. Lo hallarás innumerables veces a lo largo de tus paseos, dado que nunca faltan los puestos callejeros desde los cuales su irresistible aroma se desprende hacia tu nariz. Al acercarte a ellos, observarás cómo estos rollos de masa se cocinan lentamente envueltos en una barra que gira sobre las ardientes brasas.
En el hueco interno podrás añadir helado, crema, chocolate, entre muchas otras delicias. Por fuera, son recubiertos de azúcar y frutos secos. Realmente vale la pena rastrear el trdelník entre las calles de este país, ¡no te arrepentirás!
5. Nakládaný hermelín
Un aperitivo icónico de la República Checa es el nakládaný hermelín, o «queso al escabeche». Como producto de su enorme popularidad, te será ofrecido en cada uno de los pubs y restaurantes que visites. Ante tus ojos tendrás un queso hermelín, similar al camembert o al queso brie, suave y cremoso.
El queso se va marinado durante varios días en aceite, pimientos, ajo y especias, a veces picantes. El mismo se sirve con pimientos, cebollas y un chorrito de aceite. ¿Con qué lo acompañamos? Un checo sugeriría rápidamente una cerveza helada y unos trozos de topinky.
6. Koleno
Si eres de los amantes de la carne, aquí te tenemos una propuesta gastronómica excepcional. Es el turno del codillo de cerdo asado o koleno, uno de los platos típicos de la República Checa favoritos. El plato se presenta como una prominente pieza de carne asada, de textura y sabor peculiares, tierna por dentro y crujiente por fuera.
El truco del chef radica en marinar la carne con hiervas y cerveza checa, obteniendo como resultado una comida realmente satisfactoria. Una de las formas más populares de acompañarlo es con encurtidos, mostaza y pan checo. ¡Otro imperdible!
7. Svíčková na smetaně
Otro de los imprescindibles que no debes dejar de buscar en tu viaje por la República Checa es la svíčková na smetaně, solomillo de ternera reposando sobre nuestra adorada salsa checa, con su característico color anaranjado, elaborada con verduras obtenidas de los recursos locales, entre las cuales predomina la zanahoria.
El solomillo se suele condimentar con pimienta negra, pimienta de Jamaica, laurel y tomillo, y es hervido con crema para promover un remolino de sabores asombrosos. Su receta data del año 1826 y se ha mantenido prácticamente intacta hasta nuestros días. Es por eso que si deseas un platillo tradicional danzando con tus papilas gustativas, este es el correcto.
8. Vepřo-knedlo-zelo
El vepřo-knedlo-zelo es uno de los ganadores en nuestra lista de comida típica de República Checa. ¿Por qué? Pues porque además de ser uno de los platos nacionales indiscutibles, es absolutamente delicioso. La carne mantiene su papel protagónico, en este caso, en forma de piezas de cerdo que pueden pertenecer a la parte de la cabeza, el lomo o el jamón.
Estas adquieren un plus de sabor con el agregado de ajo y cebolla, así como también, haciendo uso de especias tales como comino y pimienta. Esta comida se sirve con repollo y knedlíky, acompañamiento que esclareceremos en el próximo punto.
9. Knedlíky
Probablemente descubras el knedlíky tan pronto como llegues a República Checa, puesto que se trata del más famoso acompañamiento para toda comida tradicional. Hablamos de un pan esponjoso capaz de absorber los sabores a su alrededor, consolidándose como un verdadero manjar. Pueden hacerse de patatas o de panecillo, agregando huevos, harina, leche y sal.
Una vez integrados y amasados en forma de cilindro, son hervidos y posteriormente cortados en rodajas de aproximadamente dos centímetros. Su color suele ser blanco o amarillo y se sirven a los costados de cada plato, superpuestos a la comida en cuestión. ¡Te los querrás llevar a casa!
10. Ovocné knedlíky
Si quieres probar uno de los dulces típicos de la República Checa te recomendamos fervientemente el ovocné knedlíky, unas albóndigas de fruta y queso. ¿Cómo, cómo cómo? Sí, es una combinación tanto extraña como maravillosa. Este plato se ha encontrado dentro de la cocina casera checa por muchos años. Es por ello que, si tomas un libro de cocina tradicional, lo hallarás entre sus páginas.
El ovocné knedlíky está hecho de leche, mantequilla, harina, huevos, sal y queso cottage seco. Juntos forman unas pequeñas bolitas que suelen rellenarse con fresas, albaricoques, ciruelas o mermelada. Es uUna delicia vegetariana clásica de inmenso prestigio que merece, sin duda, ser saboreada.
Bonus track: la cerveza
Como hemos mencionado con anterioridad, la cerveza es también un imprescindible en la vida checa. El país se ha constituido como uno de los más famosos productores de cerveza del mundo entero y sus habitantes no dudan a la hora de acompañar los deliciosos platos enumerados en este artículo con un vaso de cerveza o «pivo», como suelen llamarla.
La historia de esta bebida es extensa, data del año 1082 y alcanza su auge en 1842, cuando en la ciudad bohemia de Pilsen se produjo una cerveza dorada de carácter excepcional. Se inició entonces una tradición cervecera que continúa practicándose día a día. Para más información, te ofrecemos nuestro artículo sobre la ruta de la cerveza por la República Checa. ¡Disfrútalo!
Aquí termina nuestro artículo de comida típica de República Checa. ¿Qué platillo probarías primero? ¿Te gustaría descubrir la comida típica de algún otro lugar? ¡Cuéntanoslo en los comentarios! Estamos aquí para hacer de tu viaje una experiencia gastronómica maravillosa. ¡Hasta la próxima!
Te recomendamos echar un vistazo a los 7 consejos para viajar a República Checa.