¿Es un cráter, quizás una montaña o un volcán apagado tal vez? ¿Y si te dijera que es el mismo paraíso? Por lo menos esto pretendía quien lo mandó a edificar y lo bautizó Herodium: aunque por su aspecto nadie lo diría, esta colina en medio del desierto un día albergó un verdadero paraíso, una ciudad construida como un trofeo para celebrar una gran victoria, y por ello debía reflejar la grandeza y poderío de su soberano, Herodes el Grande.

Herodium

Herodion

Viajamos hasta Tierra Santa para ver esta asombrosa construcción que ocupa el pico más alto del desierto de Judea, en Cisjordania, a sólo 12 kilómetros al sur de Jerusalén y 5 kilómetros al sureste de Belén.

Fue este el lugar elegido por Herodes para situar su fortaleza edificada entre el 23 y el 15 a.C. por manos de esclavos que la construyeron sobre una colina en medio del desierto. Todo un desafío para los arquitectos e ingenieros de la época, que tuvieron que inventar un sistema exclusivo que llevase el agua a tan recóndito lugar para cumplir el ambicioso proyecto que comprendía un Palacio, una Sinagoga, unas Termas, un Teatro e incluso, y quizás esta sea la parte más increíble del proyecto, una inmensa piscina tan grande que en la misma podían navegar pequeñas embarcaciones. ¿Te lo imaginas?

Palacio de Herodes

Accedemos al Herodium a través de una serie de túneles por los que discurren unas estrechas escaleras, que conducen a la fortaleza que se alza a 758 metros sobre el nivel del mar.

Palacio de Herodes

Como no podía ser de otra forma, el palacio es el lugar más destacado de toda la fortaleza a modo de acrópolis, en forma circular con cuatro torres de siete pisos, un gran patio con columnas que contenía un hermoso jardín que era todo un oasis, una pasarela «el Curso», salas de banquetes y unas serie de viviendas completamente extravagantes para el mismo Herodes y sus afortunados huéspedes. Todo ello decorado con preciosos mosaicos que aún se pueden apreciar.

Las Termas

Las Termas

Ahora pasamos a las termas, algo prácticamente indispensable en la vida social romana y, aunque Herodes no era romano de nacimiento, se comportaba como tal adoptando totalmente usos y costumbres del gran Imperio. Por eso, en su paraíso privado, hizo construir las termas que como podrás comprobar están en muy buen estado: se conservan aún los mosaicos, la cúpula y se ven claramente las tres áreas caldarium, tiepidarium y frigidarium. Es fácil imaginar lo elegante y suntuoso que debió ser.

La Tumba de Herodes

Tumba de Herodes

Gracias a las últimas excavaciones realizadas en el 2007 en un lugar situado por encima de los túneles de acceso al Herodium, se ha descubierto el mausoleo donde fue sepultado el mítico Herodes el Grande y su familia, que ya es posible visitar. El mausoleo tiene forma piramidal y desde el mismo se desciende por unas angostas escaleras hasta las tres cámaras. Impresionante.

La Sinagoga

La SinagogaEs curioso ver que en este conjunto arquitectónico creado con una finalidad puramente recreativa hubiese también un templo de culto, pero aquí está la Sinagoga del Herodium, con su clásico diseño escalonado y las hileras de columnas que sostenían la sección central y el techo.

Es realmente alucinante lo que una colina puede esconder en sus entrañas. ¿No crees? ¡Dinos tu opinión!

Imágenes: Ian Scott, Seetheholyland.net, mnjatallah, Josh Graber, Lyndon Perry