Una vez más la naturaleza nos sorprende ofreciéndonos lugares maravillosos y, esta vez, también relajantes y terapéuticos. ¿Dónde? En Chile, Japón, Nueva Zelanda, Costa Rica, Islandia y en las islas Azores existen unas lagunas termales en plena naturaleza. Ideales para tomar un cálido baño, relajarse y deleitarse con las vistas. ¿Te apetece?

1. El Tatio, Chile

A menos de 100 kilómetros de San Pedro de Atacama, a 4200 metros de altitud, cada mañana se despiertan los cráteres de El Tatio, al norte de Chile. Entre las seis y las siete de la mañana las fumarolas son más potentes y abundantes, es el mejor momento para disfrutar del baño y también para ser testigo de un bonito amanecer y ver salir a las vicuñas, vizcachas, ñandúes y otras aves. Estas numerosas pozas con agua termal, alrededor de los géiseres, contrastan con el frío del ambiente.

Chile
Pozas de agua termal de El Tatio, en Chile

2. Umi Jigoku Onsen, Japón

Japón es por excelencia el país de las fuentes termales naturales y se calcula que hay alrededor de 3000 repartidas por todo el territorio. Tomar baños termales en los onsen, que es el nombre por el que se conoce estos lugares, es una costumbre muy arraigada dentro de la cultura japonesa.

Japón
Umi Jigoku, en Beppu, Japón

El Umi Jidoku, conocido también como el infierno marino, es un estanque de color azul cobalto rodeado de una naturaleza exuberante y montañas. Este estanque, situado en Beppu, tiene unos 1200 años, 200 metros de profundidad y surgió tras una erupción volcánica. Uno de los principales problemas de este lugar es que el agua está, ni más ni menos, que a 98 grados. Imposible bañarse en esas aguas, una lástima. Sin embargo, en este mismo lugar se han creado unos onsen para los pies, donde la temperatura es mucho más baja y se puede conseguir ese relax tan deseado.

3. Wairakei Terraces, en Taupo, Nueva Zelanda

En la zona central de la isla Norte, en la ciudad de Taupo y alrededor del Gran Lago Taupo, un conjunto de piscinas termales naturales, con aguas a altas temperaturas, fueron acondicionadas para el baño. Ahora se conocen por el nombre de Wairakei Terrace y están formadas por piscinas de barro, géiseres y fuentes de agua hirviente.

Nueva Zelanda
Wairakei Terraces, en Taupo, Nueva Zelanda

4. Jardbodin, Islandia

En la parte este de la grieta Grjotagja, al oeste de la montaña Namafjall y en una zona de gran actividad geotérmica, se encuentra la piscina de Jardbodin. La belleza de este lugar reside en las espectaculares vistas panorámicas sobre el lago Myvatn y sus alrededores. Estas aguas no son tan conocidas como las de la glamurosa Laguna Azul pero durante el verano es posible disfrutar de un baño entre rocas volcánicas hasta la medianoche y durante el invierno puede verse la fantástica aurora boreal.

Islandia
Jardbodin, Islandia

5. Baldí, Costa Rica

Al pie del volcán Arenal, en La Fortuna, provincia de Arajuela centro-norte de Costa Rica, hay un conjunto termal formado por 25 piscinas y cuya agua mana desde el volcán a una temperatura que oscila entre los 33 y 67 grados. Aunque aún conserva su aspecto natural, alrededor se ha levantado un gran complejo termal con unas muy modernas instalaciones.

Costa Rica
Complejo termal de Baldí, en Costa Rica

6. Caldeira Velha, en las islas Azores, Portugal

En las Azores pueden encontrarse varios conjuntos termales como el de las Poças de dona Beija, pero el de Caldeira Velha tiene un encanto especial. En el mismísimo corazón de la isla de San Miguel, a través de un profundo bosque de laurisilva, se encuentra este relajante y bonito lugar. Caldheira Velha está formada por un conjunto de pozas de aguas termales ricas en azufre pero donde es posible el baño.

Portugal
Caldeira Velha, en las islas Azores, Portugal

Y ahora ¿sigues pensando que solo puedes relajarte en un spa?

Fotografías: Don SampsonkarendesuyoJordi Sanchez TeruelChristopher Wagner, Bruce McAdam, Sarah OosterveldDavid Stanley