Omán ha sido, durante años, uno de los países más pobres de Oriente Medio, sin embargo, en 1970 se encontraron unas reservas de petróleo que consiguieron enriquecerlo y levantar ciudades como Mascate. En este lugar conservar la estética y el orden se ha convertido en algo importantísimo, por este motivo los rascacielos están prohibidos por ley y la construcción de edificios está estrictamente controlada. ¿Te apetece saborear el auténtico sabor árabe?
El sabor de Mascate
Una de las características que llama más la atención de este lugar es la limpieza. Todas sus calles y todos sus rincones están exageradamente limpios y es que el gobierno premia a la población por ello, esto provoca que todos pongan empeño en su aseo.
El Sultán Qaboos bin Said es uno de los protagonistas de Mascate y desde el momento en el que se pisa este lugar su presencia es permanente. Desde hace aproximadamente 44 años, es el que decide absolutamente todo lo que se lleva a cabo en la ciudad de Omán. La construcción de mezquitas es una de las muchas decisiones que toma y de entre todas, la Gran Mezquita del Sultán Qaboos es la más visitada.
La Gran Mezquita del Sultán Qaboos
Todas las visitas guiadas incluyen en la lista esta gran mezquita que posee una increíble cúpula de oro. Este lugar sagrado y sus fantásticos jardines fueron inaugurados hace ya unos diez años. Está formada por dos salas de oración y un patio que pueden recibir hasta a 20.000 fieles. Mármol, piedra del Rajastán (India), lámparas de araña con cristales de Swarovski, oro, mosaicos,… forman una mezquita que deja a cualquier visitante boquiabierto.
Una auténtica ciudad arábiga
Puede llegarse a Mascate en barco, a bordo de alguno de los numerosos cruceros que atracan en el puerto que está situado en el mismísimo centro histórico. Se cree que las mejores playas del país están aquí, en Omán, y también se cree que el mejor mármol tiene sus orígenes en este lugar. De hecho, la bonita Royal Opera House fue construida con este material.
La vieja Muscat crea un bonito puerto natural que acoge cruceros e, incluso, los yates de lujo del Sultán. Este paseo por el mar lleva hasta las callejuelas de Mutrah, distrito en el que se encuentra uno de los mercados más importantes y en el que los productos estrellas son la plata y el incienso. Las compras y la playa, sin embargo, no lo es todo. Desde el paseo de la bahía y encajada entre el mar y las desérticas montañas, se obtienen unas fantásticas vistas de la ciudad histórica.
Y no se puede abandonar Omán sin visitar el parque de Riyam, que tiene un curioso mirador con forma de quemador de incienso, y el Palacio Alam, principal palacio del Sultán.
El mar de Omán
Es muy habitual que en las playas de Omán se practiquen actividades como el kayak, el buceo o la navegación. Y es que, como ya se ha dicho anteriormente, Omán posee las playas más bonitas del país pero también las más atractivas para practicar actividades varias.
¿Conocías ya este rinconcito árabe?
Fotografías: Martha de Jong-Lantink, Stéphane PERES, Andrew Moore, Tristan Schmurr