A pesar de las pocas o inexistentes horas de luz que hay durante el invierno o las frescas temperaturas que gobiernan en Laponia, sus paisajes y sus auroras boreales desprenden tanta belleza que todos esos pequeños inconvenientes pasan a ser aspectos insignificantes. Y Trompsö, la mayor ciudad de Laponia y capital del ártico, tiene numerosos alicientes la convierten en un destino ideal. ¿Te apetece conocerla?
Trompsö, la preciosa capital del ártico
Inicialmente eran muchos los que viajaban a Trömpso para cazar osos, sin embargo, actualmente, todos van en busca de auroras boreales y paisajes de infarto. Pero después de una larga caminata no hay nada mejor como pasar la noche en Trömpso rodeado de buenos restaurantes, alojamientos confortables y calentitos, pubs y demás.
La naturaleza está siempre cerca y alcanzable pero en el Museo Universitario aún está más próxima. Este museo está dedicado a la naturaleza y a la cultura del norte de Noruega y, sobre todo, se centra en la cultura sami. También pueden encontrarse aspectos arqueológicos, arte religioso, geología, auroras boreales y otros temas árticos.
Las mejores vistas están en Laponia y en Trömpso pueden mejorarse aún más. El teleférico de Fjellheisen asciende al monte Storsteinen, de una altura de 420 metros, y regala unas panorámicas increíbles de la capital y sus alrededores.
Desde el aire, no obstante, Trömpso puede resultar lejana pero desde su calle principal, Storgata, con sus bajos edificios, sus tiendas de todo tipo y su oferta gastronómica puedes acercarte a ella a la vez que se conoce su alma.
Y, finalmente, un viaje a la capital del ártico no será completo jamás si no se visita la Catedral Ártica. Fue construida en el año 1965 y se inspiraron en los paisajes del norte de Noruega, lo que más la caracteriza es su original y único mosaico de cristal.
¿Qué te parece? Interesante, ¿verdad? Y para aprovechar tu viaje por Trömpso o Laponia al máximo, ¿sabes ya que actividades son las más interesantes?
Fotografías: The Municipality of Tromso, Jean-Marie Muggianu, El Coleccionista de Instante, Simon Morris