La Exposición Internacional de Milán, que se celebró el pasado 2015 bajo el lema «Alimentar el planeta, energía para la vida», ha dejado huella en la ciudad. El Árbol de la vida, junto al Pabellón Italia y algunas otras estructuras de la zona del Cardo, seguirá en pie y podrá conocerse aunque la exposición ya sea cosa del pasado.
El Árbol de la vida, la herencia de la expo de Milán
Tal y como ocurrió con la Torre Eiffel de la Exposición Universal de París de 1889 o con el Atomium de la Feria Mundial de 1958 celebrada en Bruselas, el Árbol de la vida se queda en Milán. Varios barrios de la ciudad, pueblos e incluso Roma pidieron que este árbol de 37 metros de altura, una instalación interactiva de Orgoglio Brescia diseñada por Marco Balich, no fuera desmantelado. Desafortunadamente, no todas las obras han corrido la misma suerte porque mientras algunas serán enviadas a su país de origen, otras serán desmanteladas para reutilizar su material.
El Árbol de la vida fue construido con madera y acero y está ubicado en el Lake Arena, un lago artificial circular que tiene a su alrededor unos 3000 espacios verdes. Su iluminación led, las proyecciones y los variados y originales efectos especiales con agua, luz y sonido lo convirtieron en una instalación interactiva en forma de árbol, que metafóricamente echa sus raíces en el pasado y proyecta con sus ramas el futuro.
Una parte del terreno que fue utilizado para la exposición se convertirá en parques, la otra en una ciudad de ciencia, investigación y formación. De hecho, se pretende construir el Instituto Italiano de Tecnología de Génova, facultades de ciencias de la Universidad Pública de Milán y varios espacios para estudiantes y empresarios. En definitiva, lo que durante varios meses albergó la Exposición Internacional de Milán se convertirá en la cuna del futuro tecnológico.
Y si el Árbol de la vida llegará a ser o no lo que la Torre Eiffel y el Atomium es hoy en día, el tiempo lo dirá pero, durante la expo, aproximadamente 250.000 fotografías fueron subidas a Instagram y cerca de 2 millones en Facebook, lo que lo convirtió en el árbol más compartido del mundo quitándole ese puesto al de Navidad.
Entonces, ¿para cuándo un viaje a Milán?
Fotografías: Pedro, Davide Oliva, Bruno Cordioli