Dicen que es el edificio más antiguo de Amberes, aunque de la fortaleza original poco queda. Pero no importa demasiado cuando se trata de un edificio que ha sido testigo de la historia de una ciudad muy próspera, que está protegido y envuelto por la figura de un gigante y desde el que se pueden contemplar los más hermosos atardeceres. Quizá no sea el más grande ni el más hermoso de Europa, pero el castillo de Amberes es uno de esos viejos edificios que merece la pena conocer. Y es lo que vamos hacer ¿Nos acompañas?

El castillo de Amberes y la figura del gigante

Quizá lo primero que sorprenda al visitante que llega hasta el castillo es la enorme y amenazante figura que hay a su entrada. Si ya has paseado por la ciudad, seguro que has conocido su historia, si no es así, es el momento de pararte a sus pies y dejarte llevar por la leyenda.

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Una leyenda que narra que vivía en Amberes un terrible gigante de nombre Antigoon. Era una especie de mafioso que aterrorizaba a vecinos y comerciantes, a los que no dudaba en cortarles la mano si no accedían a pagar un peaje por entrar a la ciudad. Nadie se atrevía a desafiarle hasta que llegó un capitán del ejército romano, Silvio Brabo. No solo se enfrentó al gigante y le venció, sino que le cortó la mano y la tiró al río, exactamente lo mismo que el gigante había hecho con sus víctimas. Una leyenda relacionada con el nombre de la ciudad: Amberes en neerlandés es Antwerpen, que significa algo parecido a “lanzar una mano”.

Ya conocemos la historia del temible gigante que nos da la bienvenida al castillo. Unos pasos más adelante nos espera otra sorpresa. También relacionada con una leyenda. Mirando hacia el arco de la puerta de entrada al castillo se parecia una especie falo de piedra. ¿Qué hace ahí? En realidad es la representación del dios Semini, la deidad escandinava de la fertilidad. Cuentan las historias que las mujeres venían hasta aquí a pedirle hijos cuando tenían problemas para quedarse embarazadas.

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Pasamos de la leyenda a la realidad, a la historia del castillo. La primera fortaleza se construyó en este mismo lugar en el siglo VII, pero fue destruida por una incursión vikinga. En el siglo XIII se construye un nuevo edificio y siglos más tarde, Carlos V ordenaría su remodelación. Hay que tener en cuenta que la ciudad era un puerto importante, pero el río suponía un punto débil que era necesario proteger de invasiones.

Pero el castillo tendría otra función bastante más cruel: la de prisión. Y su reputación no era nada buena, por cierto. Aquí se encarcelaba a herejes y condenados a muerte, que eran ajusticiados en el mismo castillo.

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Y una curiosidad. El castillo de Amberes tuvo un inquilino ilustre, pero no por sus fechorías. Su nombre: Peter Paul Rubens. Sí, el célebre pintor, que lo compró y pasó en él sus últimos años de vida.

La entrada al castillo es gratuita. Su interior tal vez no sea demasiado espectacular, pero desde el mirador se observan unas vistas preciosas de la ciudad y del río Escalda, especialmente al atardecer.

Por su historia y por sus leyendas, el castillo es visita obligada en la ciudad de Amberes. Además, está a un paso de la plaza del Mercado y el centro histórico. ¿Te ha gustado? Entonces sigue descubriendo con nosotros pequeños tesoros de Bélgica.

Imágenes: VISITFLANDERSMario Ray BorgBertrand SmitJean-Pol GRANDMONT.