¿Te gusta visitar lugares curiosos y llenos de secretos fascinantes? ¿Te apetece darte un paseo por uno de los cementerios más atractivos a nivel turístico del mundo? Pues no te pierdas esta entrada de El Viajero Feliz en la que te mostramos el Cementerio de Tulcán, en Ecuador. Es uno de los principales lugares turísticos de la Provincia de Carchi.
Seguramente te preguntarás por qué el Cementerio de Tulcán es un lugar tan especial y un sitio turístico. Pues, muy fácil: mientras que la mayor parte de los cementerios del mundo llaman la atención por sus santuarios y tumbas, este es más popular por sus cipreses podados con arte y por sus setos. Sí, es una obra de arte jardinero en un lugar oscuro e inquietante, la mezcla ideal que siempre sienta bien.
Índice de Contenido
Historia del Cementerio de Tulcán
El Cementerio de Tulcán se fundó en el año 1932 para sustituir el antiguo cementerio que había sido dañado gravemente después del terremoto que había arrasado esta región una década antes.
Se construyó a las afueras de la ciudad, acatando la norma que expresa que los cementerios deben estar ubicados lejos de las zonas pobladas para evitar las epidemias. De esta manera, Tulcán acabó construido con base de suelo calcáreo, perfecto para el nacimiento de cipreses.
Significado de las figuras del Cementerio de Tulcán
Los jardineros municipales de Tulcán dedicaron su arte a tallar los cipreses y los setos en miles de siluetas, demostrando así sus habilidades y esculpiendo diferentes figuras vegetales.
Las figuras podadas que adornan el Cementerio de Tulcán están basadas en tótems precolombinos, personalidades mitológicas, motivos religiosos y otro tipo de formas geométricas.
¿Cómo fue declarado el cementerio de Tulcán?
En 1984, Tulcán fue declarado Patrimonio Cultural del Estado por el Instituto Patrimonio Cultural de Ecuador. Por otro lado, el Ministerio de Turismo declaró ese mismo año el jardín del cementerio como un lugar de interés nacional.
Sobre el mármol del jardinero al que se le ha considerado promotor de la idea, se presenta la siguiente frase: «Tulcán, un cementerio tan bonito que invita a morir». ¿Y tú? ¿Has estado de paseo por algún cementerio? ¡Cuéntanoslo!
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