Todos los sitios que ver en Roma son impresionantes, pero hay rincones maravillosos que a veces pasan desapercibidos para buena parte de los visitantes que llegan a la Ciudad Eterna. Uno de esos lugares son las Termas de Diocleciano, que en su momento fueron los baños termales más grandes de la antigua Roma. Son una auténtica maravilla de la que apenas queda en pie una pequeña parte y que guarda verdaderos tesoros en su interior. ¿Quieres verlos? ¡Acompáñanos en este viaje de El Viajero Feliz.
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Historia de las Termas de Diocleciano
Vamos a empezar explicando cómo fueron estas fantásticas termas, por cierto, mucho más grandes que las de Caracalla. Tenían capacidad para albergar a más de 3 000 personas y contaban con gimnasio, jardines, biblioteca y baños a diferentes temperaturas. Todo en un magnífico complejo construido en ladrillo, revestido en mármol y decorado con hermosos mosaicos y esculturas.
Esta maravilla se construyó en apenas 6 años, entre el 298 y el 305, bajo el mandato de Diocleciano. Pero el coste en vidas fue tremendo, en esos años murieron miles de esclavos, muchos de ellos cristianos. El emperador fue acusado por ello y no le quedó más remedio que abdicar.
El complejo, que se abastecía de agua gracias a un imponente acueducto, no solo abrió sus puertas, sino que permaneció en funcionamiento durante más de dos siglos, hasta que los bárbaros cortaron el suministro de agua a la ciudad.
Entonces todo se precipitó, las termas sufrieron el abandono y los saqueos. Aquel complejo magnífico se redujo a poco más que unas ruinas. Solo se salvó una pequeña parte, gracias, en buena medida, a la decisión de Pío IV de transformar la parte central de las termas en una basílica en honor a todos aquellos que dejaron su vida en los trabajos de construcción del complejo termal.
Qué ver en las Termas de Diocleciano
Basílica de Santa María de los Ángeles y de los Mártires
La primera sorpresa que aguarda al visitante es un templo magnífico gracias a la transformación que del espacio hizo el genial Miguel Ángel. Y es magnífico en todos los sentidos, porque nada más entrar en la Basílica de Santa María de los Ángeles la vista se pierde en la inmensidad de un espacio que maravilla y sobrecoge. Una enorme nave de 100 metros de largo, 28 de ancho y otros tantos de altura. ¡Espectacular!
A pesar de encontrarnos en una de las alas de las antiguas termas, cuesta trabajo imaginar cómo era el inmenso complejo. Aunque no hay que dejarse llevar por la imaginación para contemplar las ocho impresionantes columnas de granito rosa de Egipto que hay en su interior. Columnas de casi 14 metros de altura y cinco de diámetro ¡de una sola pieza! Pero todo es maravilloso en esta basílica, desde el suelo hasta el ábside o las capillas laterales, que ocupan el espacio donde antiguamente estaban las bañeras con agua templada.
Museo Nacional Romano
Vayamos ahora a la segunda de las sorpresas que nos aguarda en los restos de las antiguas termas de Diocleciano: parte del Museo Nacional Romano. Pocos espacios había más apropiados para mostrar una impresionante colección de esculturas, sarcófagos, bajorrelieves y todo tipo de objetos de la Antigua Roma. Y aún hay más: en la parte exterior se puede pasear por un claustro que muestra centenares de piezas y obras escultóricas de la época imperial.
Iglesia de San Bernardo
En uno de los torreones que delimitaban las termas de Diocleciano se construyó en 1598 la Iglesia de San Bernardo. Llamará tu atención por tratarse de una gran sala cilíndrica con bóveda de cúpula. En las paredes curvilíneas de su interior encontrarás monumentos funerarios, dos altares menores y ocho grandes estatuas en estuco que representan santos.
Las Termas de Diocleciano: datos útiles
- Ubicación: Viale Enrico de Nicola, 79.
- Precio de las Termas de Diocleciano: Los adultos pagan 13 € (15 USD), los ciudadanos de la Unión Europea entre 18 y 25 años pagan 2 € (2,30 USD) y los menores de 17 años y mayores de 65 tienen entrada gratuita.
- Horario: De martes a viernes abre desde las 14:00 hasta las 19:45 horas y sábados y domingos de 10:30 a 19:45. Los lunes permanece cerrada.
Las Termas de Diocleciano son una visita imprescindible en Roma, un lugar capaz de transportar al visitante en el tiempo y hacerle sentir pequeño ante una muestra más del esplendor de un antiguo imperio.
Impresionantes, ¿no crees? Pero, evidentemente, cualquier visita a Roma debe tener otros protagonistas indiscutibles como el Coliseo o el Foro Romano ¿Los has visitado?
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