En El Viajero Feliz hemos tenido la oportunidad de hablar en varias ocasiones sobre las maravillas de Japón: desde nuestra ya mítica recopilación sobre qué ver en Japón hasta un repaso por los platos típicos japoneses que no puedes dejar de probar durante tu viaje. Este mítico país es tan sorprendente como enigmático, su historia es sumamente rica, al igual que sus edificaciones y entornos naturales. En esta ocasión nos dirigimos al epicentro político y espiritual del Japón ancestral; bienvenidos a esta entrada sobre qué ver en Nara, una de las ciudades japonesas más místicas y fascinantes de la nación nipona.
Nara es la capital de la prefectura homónima en Japón, una ciudad en la cual podemos encontrar maravillosas rutas de peregrinaje, templos ancestrales, las famosas flores de cerezo que pintan las calles y parques de rosa y la capital permanente de los ciervos en Japón. Recorrer Nara es dejarse seducir por los pasajes milenarios, por las antiguas tradiciones del budismo y el sintoísmo, las legendarias edificaciones donde monjes y samuráis habitaron antaño y miles de sorpresas más. ¿Estás listo para descubrir algunas de las más atractivas? 🙂
Índice de Contenido
Qué ver en Nara: 10 Lugares que no puedes perderte
1. Parque de Nara
Iniciamos nuestro recorrido sobre qué ver en Nara con el emblemático Parque de Nara, el cual se ubica a los pies del Monte Wakakusa y donde tendrás la oportunidad de disfrutar la presencia de cientos de ciervos domesticados, los cuales son bastante juguetones. Este parque es un entorno natural con extensos bosques vírgenes, templos ancestrales y lagos donde habitan tortugas y carpas. Cabe mencionar que, si bien Kioto puede ser una ciudad más conocida que Nara debido a sus impresionantes templos, los de la ciudad que nos trae hoy aquí son mucho más antiguos, pues los de Kioto a menudo son reconstruidos. Puedes descubrir algunos de ellos en nuestra entrada sobre qué ver en Kioto.
Los alrededores del parque son también altamente atractivos, como el Templo Tōdai-ji (del cual hablaremos a continuación), el Templo Kōfuku-ji, el Museo Nacional de Nara, los jardines japoneses Yoshiki e Isuien, las lámparas y los farolillos de piedra y bronce del Santuario Kasuga Taisha y… ¿Cómo no mencionarlos? Acariciar y alimentar a los más de 1200 ciervos sika que se pasean con suma libertad en lo que es su hogar. Ya sea para un entorno romántico, una salida en solitario para reflexionar o un plan familiar, este parque ofrece lo que estás buscando.
2. Tōdai-ji
Transitando hacia el norte por el Parque de Nara llegamos a nuestro segundo destino en este listado sobre qué ver en Nara, se trata del Templo Tōdai-ji, cuya traducción literal es «El Gran Templo Oriental». Esta impresionante edificación fue hasta 1998 la estructura en madera más grande del mundo, y alberga en su interior la estatua de bronce de Buda más grande del planeta: se trata del Buda Vairocana, mejor conocido como Daibutsu, lo cual traduce literalmente «El Gran Buda», una impresionante escultura de casi 15 metros de altura.
El acceso al templo está marcado por el Nandaimon, la Gran Puerta del Sur, la cual es un pórtico de veinte metros de altura que data de finales del siglo XII y la cual proyecta el umbral que permite el acceso del exterior de la muralla al templo, una enorme muralla que distancia la vida espiritual del entorno mundano. En los costados laterales se alzan dos figuras de 8,5 metros, los cuales son guardianes del templo que se han mantenido en pie, gracias a los trabajos de los restauradores, desde el siglo XII. Los orígenes de este templo se remontan al 728, cuando fue construido como centro de reposo del hijo del emperador Shomu.
3. Kasuga-taisha
Ocupando el tercer lugar de nuestro listado sobre qué ver en Nara, llega el impresionante santuario Kasuga-Taisha, uno de los santuarios sintoístas más antiguos e influyentes de Japón. Este fue construido, según la leyenda, en el año 768, casi sesenta años después que Nara fuera declarada como la capital del imperio, privilegio que gozó por poco tiempo. Este es el santuario de la Familia Fujiwara, una de las más poderosas de esa época.
El Kasuga-Taisha se encuentra al pie de las montañas sagradas de Kasugayama y Mikasayama y es fácilmente reconocible por las 2000 lámparas de piedra que conducen el ascenso hasta el mismo, claro que eso no es todo, una vez se llega al santuario se contemplan unas 1000 lámparas de bronce que ornan el lugar. Estas lámparas generalmente están apagadas, salvo en tres ocasiones al año durante Mantōrō, en donde pueden verse bellísimas figuras de luz al caer el Sol.
4. Kōfuku-ji
Continuamos nuestro recorrido sobre qué ver en Nara con uno de los templos budistas más antiguos de la ciudad, se trata del Kōfuku-ji, un majestuoso templo que, de hecho, se ha mudado con cierta insistencia hasta finalmente reposar aquí. Original fue construido en el pueblo de Yamashina, en la prefectura de Kioto, hacia el 669; en 672 se movió a Fujiwara-Kyo, una capital planeada de forma artificial únicamente para recibir este templo y finalmente en el 710 se movió a Heijō Kyō, la que conocemos como Nara, en donde aún reposa. ¿No han sentido que en ocasiones no pueden hallar la posición perfecta para dormir? Pues algo así le ocurrió a este monumental templo.
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, junto a casi todos los monumentos y edificios de Nara, este templo es sede de la escuela Hosso, una corriente del budismo japonés. Destaca de este templo su increíble pagoda, que, con 50,1 metros de altura, es la segunda más alta de Japón (el primer lugar se lo lleva la pagoda del Templo de Toji en Kioto, con 54,8 metros de altura). El pabellón octagonal Nan’endō es también destacable, además de porque funciona como parada dela ruta de peregrinaje Saigoku Kanon, porque es una extensa ruta que cruza por 33 templos de la región de Kansai.
5. Hōryū-ji
Al principio de nuestro artículo te advertimos de que Nara era el corazón espiritual del Japón ancestral, por lo que es de esperar que hallemos varios templos legendarios e impresionantes. Hōryū-ji es uno de los templos más antiguos de todo Japón, fue fundado en el año 607 por el Príncipe Shotoku, que ha sido reconocido como quien promovió el budismo en Japón, además de ser uno de los edificios de madera que más tiempo ha sobrevivido (evidentemente, Patrimonio de la Humanidad).
El complejo de este templo cuenta con dos recintos fácilmente distinguibles, el Saiin Garan, recinto oeste, y el Toin Garan, recinto este. Saiin Garan se halla cerrado por pasillos con tejado y en él reposan propiamente la estructuras de madera más antiguas del mundo, a saber, la puerta central, la sala principal y una pagoda de cinco pisos. Toin Garan, por su parte, tiene a su haber la impresionante Sala Octagonal de las Visiones, mejor conocida como Yumedono, la cual está dedicada al príncipe Shotoku, de quien hay una estatua a tamaño real en su interior, rodeada de estatuas de Buda y varios monjes.
6. Monte Wakakusa
Al este del Parque de Nara se halla el próximo destino de nuestro listado: el hermoso Monte Wakakusa, una montaña de casi 350 metros de altura a las afueras de la ciudad. Este monte guarda una enorme particularidad, y es que en él se lleva a cabo el festival Yamayaki, un espectáculo visual impresionante en el que se le prenden llamas a la montaña. Pero calma, ahora te explicaremos de qué va esto.
El cuarto enero de cada año se disponen las hierbas muertas del Monte Wakakusa para ser incineradas en un entorno absolutamente controlado. La luz que esto genera es tan potente que puede verse desde cualquier lugar de la ciudad e incluso desde fuera de ella. Es una tradición que viene desde el siglo XVIII, cuando se generó una disputa entre los templos Tōdai-ji y Kōfuku-ji por cuestiones limítrofes y, dado que las mediaciones no sirvieron, al parecer la mejor opción que hallaron fue prender en llamas todo el monte. Miembros de ambos templos son los que preceden esta ceremonia anualmente, la cual inicia primero con el fuego en la montaña y se sigue con pirotecnia.
7. Isui-en
Hemos visto de todo en esta ciudad, la cual no deja de sorprender por su increíble belleza ancestral, no obstante, no todas las joyas que se revelan a los ojos del aventurero en esta ciudad deben guardar varios siglos de historia. El próximo destino en nuestro listado sobre qué ver en Nara pretende demostrar esto. Se trata de Isui-en, un impresionante enclave secreto que se halla en el camino a Tōdai-ji, increíble jardín finalizado en 1939 por un rico comerciante que coleccionaba arte coreano y chino.
Este maravilloso paraje dibuja una trayectoria marcada por el agua, la madera, la piedra y la increíble vegetación. Antes de ser adaptados por este comerciante, estos predios pertenecían al templo Manishu-in, en el corazón de los recintos del Kōfuku-ji. La mayor gloria de estos jardines está en incorporar elementos que figuran distantes a la belleza de su paisaje, tales como el capitel de la ya mencionada puerta Nandaimon o los montes Wakakusa y Kasuga.
8. Museo Nacional de Nara
El legado espiritual de Nara no tiene precedentes, además, como es de esperar, es difícil mantenerse al margen de la religiosidad en una ciudad como esta, por lo que ya sabemos que de un momento a otro empezarás a sentirte más atraídos por el budismo al estar aquí. Es por eso que, pensando en esto, incluimos el siguiente destino de nuestro listado sobre qué ver en Nara; se trata del fascinante Museo Nacional de Nara, un museo dedicado a la historia del budismo en esta ciudad.
Podrás saber cómo se consolidó esta doctrina religiosa, que por demás es modo de vida y es filosofía. No puedes perderte el increíble Rollo del Infierno, el cual presenta representaciones de los infiernos menores. También encontrarás una estatua del siglo IX del Buda de la Medicina sentado o la casa de té Hassoan, una de las mejores casas de té de Nara. Pero no todo lo sensacional está en su interior, de hecho la increíble arquitectura de este edificio que aúna influencias francesas y occidentales con la tradición oriental es de por sí una obra de arte. Este museo también tiene una sala dedicada a la investigación, donde se hallan centenares de libros sobre el budismo, dispuestos para todos aquellos que se sientan atraídos por el tema.
9. Nigatsu-do
Nigatsu-do, conocido como el Pabellón de Febrero, es una de las estructuras más destacadas del Tōdai-ji, y fue fundado en el 752 y consagrado en 760 a la Diosa Kanon de once caras. La construcción es de madera y se alza sobre la colina como un maravilloso mirador hacia la ciudad y las montañas.
El camino que conduce a este recinto esta trazado por cientos de lámparas de piedra que iluminan la escalinata de acceso y los pasillos que le rodean. En este lugar se viene llevando a cabo el Festival Omizutori desde su fundación (752), también conocido como el ritual Shuni-e, dedicado a la Diosa Kanon; este festival se celebra para promover la paz en el mundo y realizar rezos por las cosechas, en la actualidad se festeja entre el 1 y el 14 de marzo. En este período de tiempo se lleva a cabo diariamente el Otaimatsu, en donde los monjes pasan corriendo por los pasillos con antorchas encendidas, se supone que una persona es bañada por las chispas de este fuego recibirá protección divina contra los malos espíritus.
10. Palacio Heijō
Finalizamos nuestro artículo sobre qué ver en Nara con el imponente Palacio Heijō. Ubicado al norte de Nara, el Palacio Imperial de la antigua capital es tan enorme y cuenta con tantas cosas que pareciera ser una pequeña ciudad dentro de la ciudad; no en vano, cuenta con un kilómetro de longitud y 1,3 kilómetros de ancho. Este inmenso palacio está lleno de símbolos de poder que celebran la vida y lo excepcional y en el siglo VIII erala cara que Japón mostraba al resto del mundo para demostrar su prosperidad.
Impresionantes jardines y estructuras sin igual como el Daigokuden, el cual era la antigua sala de audiencia, el simétrico y sorprendentemente armónico Toin teien (Jardín del Este) con su maravilloso estanque y el edificio que servía como salón de banquetes para la familia imperial. En 784 el título de capital fue otorgado a Kioto y e poco tiempo Nara pasó de ser la próspera a ser la abandonada, razón por la cual varios de los edificios que componían este maravilloso palacio se perdieron, sin embargo en la actualidad casi la totalidad de esos edificios han sido reconstruidos y también se ha añadido un maravilloso museo que cuenta la historia de la familia imperial y de la gloriosa Heijō Kyō.
Además de qué ver en Nara, no te pierdas…
Si has disfrutado con nuestra recopilación sobre qué ver en Nara y quieres seguir descubriendo en mayor profundidad el país nipón, no te pierdas este interesante artículo sobre Curiosidades de Japón, donde descubrirás datos de lo más sorprendentes, como por qué los tatuajes están prohibidos en los baños públicos o por qué sus típicos dibujos manga tienen los ojos tan grandes.
Asimismo, en nuestro blog viajero encontrarás mucho más contenido de Japón que te puede interesar, tanto si estás valorando la opción de viajar al país como si estás en fase de organizar tu itinerario. Te dejamos nuestras entradas a continuación:
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- Si eres un amante del buen comer, no te pierdas qué ver en Osaka, la cuna de la gastronomía japonesa y de la vida nocturna.
- Para desconectar de la faceta más urbana de Japón, nada mejor que una excursión. Descubre una de las opciones más demandadas con nuestro artículo: qué ver en Nikko.
Así finalizamos nuestro recorrido sobre qué ver en Nara, esperamos que el misticismo y la espiritualidad de este lugar te haya cautivado y no des más espera a tu visita. ¿Te gustó el artículo? ¿Cuál sitio fue tu favorito? ¿Ya has visitado Nara previamente? ¡Déjanos tu comentario!