La Ruta del Císter, un viaje fascinante por la historia y la espiritualidad, ofrece una experiencia única en la región de Cataluña, España. Este itinerario, que recorre tres monasterios cistercienses majestuosos (Santa María de Poblet, Santes Creus y Santa María de Vallbona) es un testimonio vivo del legado artístico y cultural de la Orden del Císter.
La ruta, además de invitar a explorar sus monumentos históricos, también ofrece la oportunidad de sumergirse en paisajes naturales de extraordinaria belleza. Este artículo de El Viajero Feliz, por tanto, busca profundizar en su significado histórico y cultural, ofreciendo una perspectiva informativa y detallada de uno de los itinerarios más emblemáticos de España.
Índice de Contenido
¿Qué es la ruta del Císter?
La Ruta del Císter, situada en Cataluña, España, es un itinerario turístico y cultural que conecta tres monasterios cistercienses: Santa María de Poblet, Santes Creus y Santa María de Vallbona. Estos monasterios, fundados entre los siglos XII y XIII, son ejemplos destacados de la arquitectura medieval, reflejando estilos gótico y románico. La ruta ofrece una visión de la arquitectura histórica, así como una inmersión en la vida monástica y su impacto en la cultura y la historia de la región.
Además, la Ruta del Císter permite a los visitantes explorar el paisaje natural y la rica gastronomía de la zona. Los monasterios, ubicados en entornos de gran belleza, están rodeados por viñedos y campos, lo que añade un atractivo paisajístico al recorrido. Esta ruta atrae a amantes de la historia, la arquitectura y la naturaleza, ofreciendo una experiencia educativa y espiritual única.
Etapas de la ruta del Císter
La Ruta del Císter, un recorrido que conecta los monasterios de Vallbona de les Monges, Santes Creus y Poblet, se despliega a través de paisajes cautivadores y pueblos con encanto en las provincias de Lleida y Tarragona. Esta ruta, ideal para ser realizada en cuatro etapas, ofrece una experiencia única que combina historia, cultura y naturaleza.
Primera etapa: Lleida a Rocallaura
La aventura comienza en Lleida, desde donde se viaja a L’Espluga de Francolí. El sendero lleva al Santuario de Tallat, ofreciendo vistas panorámicas y un contacto íntimo con la naturaleza. La ruta continúa hacia Montblanquet y Vallbona de les Monges, destacando por sus campos de cereales y la belleza de sus pueblos. Finalmente, se llega a Rocallaura, un descenso a través de valles que revela el encanto rural de la región.
Segunda etapa: Rocallaura a Santes Creus
Esta etapa, la más desafiante, se extiende por 38 kilómetros. Comienza en Rocallaura, pasando por Belltall, Fores y Rocafort de Queralt hasta Montbrio. Los caminos rurales conectan estos pintorescos pueblos, ofreciendo vistas de molinos eléctricos y una arquitectura bien conservada. El tramo más exigente es entre Montbrio y El Pont d’Armentera, recomendándose dividir esta etapa para una mejor experiencia. La llegada a Santes Creus se hace por senderos que permiten avistar el monasterio desde la distancia.
Tercera etapa: Santes Creus a Montblanc
El recorrido de Santes Creus a Montblanc, de 23 kilómetros, inicia con una travesía por una loma y luego por planicies hasta El Pla de Sta María. La ruta sigue hacia Figuerola del Camp y Prenafeta, marcada por una ascensión empinada que ofrece vistas espectaculares del valle. La etapa concluye en Montblanc, una entrada a través de campos de cereales hacia esta ciudad medieval.
Cuarta etapa: Montblanc a L’Espluga de Francolí
La última etapa, de 14 kilómetros, comienza en Montblanc hacia la Ermita de San Joan, ofreciendo una larga ascensión y vistas panorámicas. El camino desciende hacia Les Mases y luego hacia Poblet, pasando por zonas hoteleras y carreteras que revelan gradualmente el monasterio. Finalmente, se llega a L’Espluga de Francolí, cerrando el círculo de esta ruta histórica y natural.
Monasterios que ver en la ruta del Císter
La Ruta del Císter, en Cataluña, se estructura principalmente en tres etapas, cada una centrada en uno de los monasterios cistercienses clave: Santa María de Poblet, Santes Creus y Santa María de Vallbona. La ruta se puede recorrer en cualquier orden, y cada etapa ofrece una experiencia única y enriquecedora.
Santa María del Poblet
Esta etapa comienza en el Monasterio de Poblet, uno de los conjuntos monásticos más grandes y completos de Europa. Fundado en 1151, este monasterio es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es conocido por su impresionante arquitectura y su papel histórico como panteón real de la Corona de Aragón.
Este punto de la ruta es el único que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Una treintena de monjes viven en Poblet, que fue de nuevo habitado tras la Guerra Civil, rodeados de montañas y viñedos. La belleza de este lugar, sin embargo, no está solo en la parte más visible y exterior, su interior esconde tesoros de un valor incalculable. La iglesia, por ejemplo, de un estilo entre románico y gótico, guarda los restos de ocho reyes y siete reinas consortes.
Catas de vino, rutas en bicicleta que permiten conocer todo el entorno, paseos nocturnos para disfrutar de las estrellas… son muchas y muy variadas las actividades que se organizan en este lugar. Todas para disfrutar de Santa María del Poblet y conocerlo un poquito más profundamente.
Antes de llegar a Vallbona de les Monges, puede realizarse una breve visita al pueblo de Vimbodí, que guarda un interesante Museo del Vidrio; pasear por la villa roja de Prades, siempre colorida y encantadora; conocer Montblanc, totalmente amurallado y donde tiene lugar anualmente una fiesta medieval; o visitar la cueva de Font Major, en la Espluga de Francolí.
Santes Creus
La siguiente etapa lleva al Monasterio de Santes Creus, fundado en 1158. Este monasterio es notable por su iglesia abacial, claustro y capillas, que representan la transición del románico al gótico. Santes Creus destaca por su tranquilidad, ya que es el único de los tres que no alberga una comunidad monástica activa.
Espacios que normalmente en un monasterio estarían vetados a los visitantes, en el monasterio de Santes Creus están totalmente abiertos al público porque es el único, de esta ruta, que no está habitado por monjes. Este monasterio se levantó junto al río Gayá y junto al frondoso bosque de Albareda de Santes Creus. Aquí pueden encontrarse restos reales porque en la iglesia yacen los de dos reyes de la corona de Aragón.
Si surge la posibilidad de llegar hasta Valls, además de poder ver una actuación de Castells (Torres humanas), el plato fuerte sería conocer la gastronomía típica de la localidad con una buena calçotada.
Vallbona de les Monges
La última etapa es el Monasterio de Santa María de Vallbona, el único monasterio femenino de la ruta. Fundado en el siglo XII, destaca por su mezcla de estilos románico, gótico y barroco. Este monasterio ofrece una perspectiva única de la vida monástica femenina y es notable por su iglesia abacial y su claustro.
Esta comunidad femenina se unió al Císter en 1173. Además, también tuvo una estrecha relación con la realeza. Las monjas que viven en este monasterio se dedican a la oración, al estudio y a la cerámica. El claustro y el campanario son dos elementos muy destacables de este monasterio. Y el coqueto pueblecito es todo encanto y tranquilidad.
Pueblos que Ver en la Ruta del Císter
La Ruta del Císter, además de sus famosos monasterios, atraviesa varios pueblos encantadores que ofrecen una visión única de la cultura y la historia de Cataluña. Estos pueblos, con su arquitectura tradicional y su ambiente tranquilo, son paradas imperdibles para los viajeros.
1. Montblanc
Este pueblo medieval, conocido por sus bien conservadas murallas y torres, es una joya histórica. Montblanc, declarado conjunto histórico-artístico, alberga calles empedradas y edificios de época que transportan al visitante a la Edad Media. Destaca especialmente por su impresionante iglesia de Santa María, que es un magnífico ejemplo de arquitectura gótica. La visita a Montblanc es esencial para entender el contexto histórico de la Ruta del Císter.
2. Poblet
Situado cerca del Monasterio de Poblet, este pequeño pueblo ofrece una experiencia auténtica de la vida rural catalana. Poblet es ideal para disfrutar de la tranquilidad y del paisaje natural que rodea el monasterio. Además, cuenta con restaurantes y tiendas donde se pueden adquirir productos locales, como vinos y quesos de la región.
3. Vimbodí i Poblet
Este pueblo es conocido por su rica artesanía en vidrio. Al visitar Vimbodí i Poblet, se puede explorar la Fábrica de Vidrios de Vimbodí, un lugar perfecto para entender el arte del vidrio y su importancia en la historia local. Además, el entorno natural del pueblo, con sus rutas de senderismo y paisajes pintorescos, lo convierte en un destino atractivo para los amantes de la naturaleza.
4. Espluga de Francolí
Este pueblo es famoso por sus cuevas prehistóricas, que ofrecen una ventana al pasado antiguo de la región. Además, Espluga de Francolí tiene un interesante museo de la vida rural, que muestra las tradiciones y el estilo de vida de la Cataluña rural. Sus calles y plazas, llenas de historia y cultura, hacen de este pueblo una parada encantadora en la ruta.
5. Vallbona de les Monges
Conocido por su monasterio femenino, este pueblo también ofrece una arquitectura tradicional y una atmósfera pacífica. Vallbona de les Monges es ideal para quienes buscan un escape del bullicio y desean sumergirse en un entorno más contemplativo y sereno.
Cómo hacer la ruta del Císter
La Ruta del Císter ofrece diferentes maneras de ser explorada, dependiendo de las preferencias y capacidades de cada viajero.
Ruta del Císter a pie
Realizar la Ruta del Císter a pie es ideal para los amantes del senderismo y aquellos que buscan una experiencia más íntima con el paisaje. Este método permite una inmersión total en el entorno natural y la historia de la región.
- Preparación: Antes de iniciar la ruta, es esencial planificar el itinerario, considerando la distancia entre los monasterios y los pueblos. Se recomienda llevar un mapa detallado y un plan de rutas con tiempos estimados de caminata.
- Equipamiento: Es importante llevar calzado cómodo, ropa adecuada para diferentes condiciones climáticas, y suficiente agua y comida para el camino.
- Etapas: La ruta puede dividirse en etapas diarias, con paradas en los monasterios y pueblos cercanos para descansar y disfrutar de las atracciones locales.
Ruta del Císter en bici
La bicicleta es una excelente opción para quienes desean cubrir distancias mayores y disfrutar de una experiencia activa. Esta modalidad requiere una buena condición física pero ofrece una forma rápida y ecológica de recorrer la ruta.
- Planificación de rutas: Es vital seleccionar rutas adecuadas para bicicletas y tener en cuenta las carreteras y caminos disponibles entre los distintos puntos de interés.
- Equipamiento: Una bicicleta en buen estado, un casco, herramientas básicas de reparación y un kit de primeros auxilios son esenciales. Además, es recomendable llevar un GPS o un mapa detallado.
- Alojamiento: Planificar el alojamiento con antelación es importante, especialmente en temporada alta, ya que algunas áreas pueden tener opciones limitadas.
Ruta del Císter en coche
Viajar en coche es la opción más accesible para aquellos que prefieren comodidad o tienen limitaciones de tiempo. Permite una mayor flexibilidad en el itinerario y la posibilidad de visitar más lugares en un período más corto.
- Planificación de la ruta: Es importante planificar el recorrido con antelación, considerando los horarios de apertura de los monasterios y los puntos de interés.
- Paradas estratégicas: Aprovechar las paradas para explorar los pueblos y paisajes cercanos enriquece la experiencia. Es recomendable también tomar descansos regulares para evitar el cansancio al conducir.
- Alojamiento y comidas: Al viajar en coche, se tiene la ventaja de poder elegir entre una amplia gama de opciones de alojamiento y restaurantes en los pueblos y ciudades cercanas.
Consejos prácticos para viajeros en la ruta del Císter
Realizar la Ruta del Císter es una experiencia enriquecedora, y para aprovecharla al máximo, es esencial tener en cuenta algunos consejos prácticos.
- Investigación previa: Antes de emprender el viaje, es importante investigar sobre los monasterios y los pueblos que se planea visitar. Conocer los horarios de apertura, las tarifas de entrada y los eventos especiales puede ayudar a planificar mejor el itinerario.
- Alojamiento: Reservar alojamiento con anticipación es crucial, especialmente durante la temporada alta. Es recomendable buscar opciones en los pueblos cercanos a los monasterios para vivir una experiencia más auténtica.
- Transporte: Dependiendo del medio de transporte elegido (a pie, en bicicleta o en coche), es esencial asegurarse de que todo esté en orden. Para los ciclistas y automovilistas, revisar el estado de la bicicleta o el vehículo antes de partir es fundamental. Los caminantes deben tener calzado adecuado y ropa cómoda.
- Clima: Informarse sobre el clima de la región y prepararse para cambios inesperados es importante. Llevar ropa y equipo adecuados para diferentes condiciones climáticas asegurará una experiencia más agradable.
- Equipaje: Empacar de manera ligera pero eficiente es clave. Incluir una botella de agua reutilizable, snacks saludables, un botiquín de primeros auxilios, protector solar y un sombrero puede ser muy útil durante el recorrido.
- Documentación: Mantener la documentación personal, como el pasaporte y los seguros de viaje, seguros y accesibles es vital. Además, llevar algo de dinero en efectivo puede ser útil en áreas donde no se acepten tarjetas de crédito.
- Respeto cultural: Ser respetuoso con los lugares de culto y las tradiciones locales es esencial. Esto incluye vestir de manera adecuada al visitar los monasterios y respetar las normas de cada lugar.
- Alimentación y agua: Probar la gastronomía local puede ser una de las grandes alegrías del viaje. Sin embargo, es importante mantenerse hidratado y comer de manera equilibrada para mantener la energía durante el recorrido.
- Comunicación: Aprender algunas frases básicas en catalán o español puede mejorar significativamente la interacción con los locales y enriquecer la experiencia de viaje.
En conclusión
La Ruta del Císter representa un viaje enriquecedor a través del tiempo y la fe, donde la historia, la arquitectura y la naturaleza se entrelazan armoniosamente. Este recorrido es una ventana abierta a un pasado fascinante, que continúa impactando el presente cultural y espiritual de Cataluña. ¿Han visitado estos monasterios históricos? ¿Qué aspectos de la Ruta del Císter encontraron más inspiradores? ¡Haznos saber en los comentarios tus opiniones!